27.
Prácticamente me lancé al sillón. Creo que me deprimiré. Soplé e intenté oler mi aliento atrapándolo con la mano. ¿Mi aliento olerá mal? Me vi en el espejo. Igual de despeinada como siempre. ¿Lo habré asustado? ¡Rayos! Yo solo quería unos besos. ¡¿Acaso es mucho pedir?! ¿Helado de chocolate ayudaría a mi situación? Sea lo que sea, necesitaba comer. Mis tripas hacían un ruido sobrehumano. Fui a la cocina y revisé el refrigerador. ¡¿A dónde rayos se habían ido aquel par?! "Lo más probable es que a desayunar, Sherlock. " Joder. Salí a comer algo ya que el refrigerador estaba más vacío que el cráneo de Ian. Al salir vi llegar el auto de Matt. Bruno se bajó de él. Oh, sí tenía un asunto. Pero, luego vi salir unos pantalones y una camiseta de alguna banda no muy conocida del auto de mi casi-cuñado. Matt bajó del asiento del conductor y terminó de ayudar a bajar a la desconocida. Bruno se acercó a ella y le besó la frente. ¡¿Qué mier...?! ¡¿Tiene novia?! Nuestras miradas se cruzaron y me miró como si jugar con dos personas no fuera malo. Un chillido y luego la pelinegra brinco a su espalda. La llevaba de caballito. Comenzaron a correr por el patio y le dio un golpe a Matt en la cabeza cuando pasó junto a él. Hasta que Bruno se cansó y callo. Al pasto. Agotado, aplastando a la chica debajo de él. Ella reía e intentaba escapar de esa prisión, pero era muy pesado.
-¿Qué ves? -dijo Bianka asustándome. Llegó con Ian y cargaban una bolsa verde de plástico.
-Mmm... Nada.-traté de alejar mi vista pero... ¿Quién era esa chica? Ian apuntó con sus dedos a la dirección a la que miraba y vio lo mismo que yo. Matt se había unido a la pareja que jugaba como si fueran unos niños en el jardín. La cara de Ian se desencajo y vi un raro brillo en su cara. Oh, oh.
-A esa si le doy. Y no precisamente para el taxi. Entraron entre risas y bromas y yo me quedé parada en el umbral de la puerta.