¿A qué le llamas temprano?

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40.

Bajé a la cocina con Matt.

-Bueno... -alargó Matt metiéndose las manos en los bolsillos -, creo que ya deberia irme...

 -¿Por qué? -pregunté con el ceño fruncido. Justo nos estábamos divirtiendo -. Es temprano.

 Matt rio.

 -¿A qué le llamas temprano?

 -Bueno... depende de a qué hora me levante, claro -me puse un dedo en la barbilla pensando -. Creo que lo más temprano desde que me mudé con Ann ha sido a las... 12 o 1.

 -¡¿En serio?!

 -Entonces... ¿qué quieres desayunar? -dije sonriente cambiando de tema.

Abrí el refrigerador en busca de algo. Mierda. No hay nada.

 -Unos... ¿huevos con tocino?

 -A mí también me gustan los huevos con tocino -dije cerrando el refrigerador. Matt frunció el ceño -. Entonces, ¿Cómo te gusta el agua hervida? ¿Normal o con azúcar?

 -¿Qué?

 -Oye, yo dije qué quieres desayunar, no dije que lo iba a hacer.

Matt soltó aquella carcajada que era su sello personal.

 »Te advierto que el agua hervida con azúcar a veces se me quema, me sale mejor la normal.

Volvió a reír más fuerte.

 -¿Y si yo no quiero agua hervida que pasará? -dijo con una ceja alzada.

¿Está coqueteándome Señor Bomer?

 -Nada -dije con una sonrisa de medio lado -. Te comeré pedazo por pedazo... -dije seductoramente -. Nah, mentira -contesté volviendo a mi tono original -. Si es así, lo siento, campeón, tendrás que comprar algo. O esperar a Ian.

 -¡No! -gritó como un niño pequeño -¡Ahora me comes!

Se abalanzó sobre mí con los brazos extendidos. Me recargue en la mesa detrás de mí.

 -¡Quítate, tonto!

**Ann**

 -Mierda. Mierda. Mierda. Entra al cuarto.

 -¿Qué? - me dijo confundido Bruno.

 -Allá abajo esta tu tío.

 -Matt -me corrigió -. ¡¿Matt?!

 -¡Entra!

Entró y carraspeé. Al parecer no fue lo suficientemente fuerte ya que Bianka y Matt seguían peleando.

Observé con atención y vi a Matt sobre Bianka. Pero lo más sorprendente fue que Bianka mostraba resistencia ante las insinuaciones de Matt.

 -Oigan... -alargué-, guarden energías para la noche.

Bianka se puso más roja que un tomate y alcance a notar como las mejillas de Matt también se teñían de un fugaz rojo. Tomé un jugo de la nevera y agradecí a Ian que fuera a comprar. En serio no había nada. No sé cómo me seguía sorprendiendo.

 »Todavía no se casan y ya están discutiendo.

Bianka se removió nerviosa.

 -No estábamos discutiendo -levanté una ceja -era... un debate en voz muy alta.

 -Entonces no me imagino su tono de voz en una discusión.

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⏰ Última actualización: Jun 21, 2014 ⏰

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