Cap.16
- ¿Te sientes mejor? -Pregunté como una niña pequeña. ¡No me quería hablar! Yo estaba muy preocupada y el haciéndose el difícil.
-No.
-¡Perdóname, por favor! -Le supliqué al malvado que tenía a mi lado y que no me quería perdonar a pesar de lo mucho que había suplicado. -Solo fue un golpecito pequeñito.
- ¿Pequeñito? -Exclamó desesperado. Podría jurar que casi se le salían los ojos.
-Respira conmigo, Ian. Eso es. 1... 2... 3... así, así. ¿Sabes qué? Olvídalo. Tu dormirás en mi casa así que está en mis manos darte mi cama o el sillón.
-Estas perdonada, amiga hermosa de mi corazón -Dijo con aquella sonrisa sincera tan suya.
Reí ante su intento de convencerme. No lo iba a lograr. ¿Se olvidaba de quién era yo? ¡Yo soy Ann Grey! Y Ann Grey nunca se rinde y no se deja vencer. ¡Nunca!
-Ok, tú vas a dormir conmigo. -Dije y puse los ojos en blanco.
Me dio un sonoro beso en la frente. Y me abrazó.
-Ya te extrañaba, enana.
-Yo igual, princeso.
- ¿Princeso?
Me miro con el ceño fruncido y repitió
- ¿Princeso? ¿Otra vez con eso?
-Sip, acostúmbrate. -Le contesté con una sonrisa. -Bianka estaba hablando de eso el otro día. Yo creo que no lo ha olvidado.
Le habíamos apostado princeso porque una vez perdió una apuesta, y el castigo fue correr con vestido y tacones por todo el parque. Aparte de que Bianka dijo que cómo iba a ser linda si no llevaba una corona. Así que era la princesa más fea y barbuda que hayamos visto en nuestras vidas.
Aunque el vagabundo del parque no pensaba lo mismo...
El tipo llegó coqueto y le pellizco una nalga a Ian. Ian lo insultó, y le dio un puñetazo. El viejito quedó traumado.
Y... supongamos que Ian también.
Porque cada vez que pasamos por el parque aquel ancianito le manda besos y propuestas demasiado indecentes como para ser pronunciadas. Ian siempre le responde con groserías o señas no muy amables.
-Admítelo. Fue divertido.
-Ok... tal vez, solo tal vez... fue un poquito divertido.
- ¡Y casi sales con NOVIO nuevo del parque! -Exclame entre risas. Ian me miró mal. - ¡Admítelo! ¡Ese señor te encanta! -Volví a reír muy fuerte. -Si ese día que te dijo que...
- ¡Cállate! No quiero recordarlo -Dijo con una mueca de asco.
Yo solo reí mas.