Capítulo 1

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Sometimes
It's hard to know where I stand
It's hard to know where I am
Well maybe it's a puzzle I don't understandBut sometimes
I get the feeling that I'm
Stranded in the wrong time
Where love is just a lyric in a tail-goes-roundIt sounds by
Is it any wonder that I'm tired
Is it any wonder that I feel uptight
Is it any wonder I don't know what's right

Keane - Is it any wonder

-¡Jane, levántate ya, vas a llegar tarde a tu primer día de clase!

Ya está la pesada de mi madre gritándome por la mañana.

-¡Que ya voy!- La respondo de mala gana.

Me obligo a mi misma a levantarme, me estiro perezosamente y me hago un moño desenfadado para ir a la ducha. Una vez acabado, me pongo unos shorts negros deshilachados, una camiseta de tirantes de mi grupo favorito, Nirvana, y unas botas negras estilo militar. Me miro al espejo y me arrepiento al momento de haberlo hecho. Dios, putas ojeras. Cojo el corrector del estuche de maquillaje e intento disimular lo más posible esta cara-mapache con la que me he levantado. Mientras me desenredo el pelo, un olor a tortitas llega hasta mis fosas nasales y no tardo ni medio segundo en agarrar la mochila al vuelo y bajar las escaleras de dos en dos hasta la cocina.

Como de costumbre me toca desayunar sola. Mi madre es enfermera, así que siempre hace el desayuno para todos y se larga al trabajo hasta el mediodía, y las tardes se las pasa enteras con sus queridas amigas cotilleando. Mi padre es el que más madruga y no aparece hasta la noche, apenas le veo. En resumen, me paso el día sola haciendo lo que me venga en gana y la verdad es que no está nada mal.

Miro el móvil y tengo un mensaje de Natalie, mi mejor amiga:

"Zorra, date prisa que no quiero llegar tarde el primer día de clase"

Natalie y yo nos conocemos desde pequeñas, siempre hemos ido juntas a clase y todo ese rollo, pero hubo una temporada en la que una se fue con un grupito de amigas y la otra más de lo mismo. Así que, prácticamente, solo nos saludábamos cuando nos cruzábamos. Pero por cosas del destino, volvimos a retomar nuestra amistad hasta hoy. Es casi como una hermana para mí.

Le contesto con el emoticono de un corte de mangas, me guardo el móvil y salgo de la cocina a trompicones con la tortita en la boca a medio tragar. Cojo las llaves de casa y el paquete de tabaco (eso nunca falta), saco un cigarrillo, me lo pongo entre los labios y me guardo el paquete en el bolsillo trasero del pantalón. Cierro la puerta de un portazo y como siempre, la pesada de Natalie, está apoyada en el porche con cara de pocos amigos.

-¿Qué, tía? ¿Es que, ni el primer día piensas llegar pronto?

-Bueno, bueno, parece que la fiera se ha despertado de mala ostia- digo entre risas mientras le propino un leve puñetazo en el hombro. Me dramatiza una mueca de dolor y seguido nos ponemos en marcha.

De camino al instituto nos reímos de todo un poco, pero sobre todo de nuestras suposiciones sobre los nuevos estudiantes que, cada año, entran más bajitos.

-Joder tía, cuidado con escupir en el suelo que como lo pise alguno se ahoga en él- dijo entre carcajadas Natalie.

Secándome las lágrimas que mi mejor amiga me ha provocado con su chiste de mierda, le damos la última calada al cigarro y entramos al recinto del instituto, el cual está medio vació ya que hace diez minutos que han empezado las clases. Nada más entrar por la puerta nos encontramos de cara con el corcho donde todos los años cuelgan unas hojas con las indicaciones de cada persona y su respectiva clase. Por suerte y por desgracia no nos ha tocado juntas: por suerte, porque el año pasado nos pusieron juntas y no hay nada más peligroso que poner a dos mejores amigas en la misma clase, y en consecuencia de ello repetimos y aquí estamos otro año más. Pero por desgracia no nos ha tocado juntas y no me apetece aguantar a los putos niños de un año menos a mi sola. Ya no será lo mismo reírme de ellos sin que Natalie me siga las bromas.

LOVE IS A BITCHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora