Capítulo 17

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And I want you
We can bring it on the floor
You’ve never danced like this before
We don’t talk about it
Dancin' on do the boogie all night long
Stoned in paradise, shouldn’t talk about it

Milky Chance - Stolen Dance

Media hora después de hablar y fumar más cigarrillos, salen Liam, Danny, Eddy y Derek por la puerta. Son las siete de la mañana y la oscuridad del cielo aún permanece intacta. Stephen, que cruza la entrada cinco minutos después que estos, se dirige a nosotros.

-Chicos, acabo de terminar mi turno y marcho a casa. Estoy reventado y solo me apetece dormir. Si queréis os llevo.

Los demás nos miramos, no tenemos ganas de acabar la fiesta. Llevamos una encima que no os podéis hacer una idea. Natalie sonríe tontamente, Liam, que la agarra de la cintura, tiene dificultad para mantener la compostura, Danny y Eddy comparten un porro porque es lo único que puede mantenerles colocados de alguna manera. Y Derek... Bueno, Derek aparenta normalidad. Seguro que también está bajo los efectos del alcohol (como yo), pero físicamente no lo parece. Me gustaría saber cómo lo hace.

Liam, que se endereza y levanta una mano para que todos prestemos atención, habla:

-Stephen, llévanos a casa.

-Pero...- interviene Danny, con cara de preocupación, sin ningunas ganas de que acabe la fiesta.

-He dicho que nos lleve a casa, no que vayamos a la cama.

Entonces todos nos miramos de nuevo y empezamos a saltar y gritar al pensar que el final de la fiesta aún no ha llegado.

El coche de Stephen está aparcado cerca de la entrada. Cuando llegamos, el dueño del coche se mete en el asiento del piloto y Derek, sin hacer preguntas, alado suyo, de copiloto. El resto nos peleamos por los otros tres asientos que quedan libres. Tres asientos, cinco personas. ¿Cómo es esto posible? Danny, sin pensárselo dos veces, corre hacia la puerta del coche y se mete dentro, ocupando el asiento del fondo alado de la ventanilla. Entonces, Eddy, sonriendo pícaramente, se une a su carrera y se coloca encima de Danny.

-¡Tío, quita! ¡Encima mío no!

-Danny, no seas pudoroso porque estén nuestros amigos- responde Eddy, que le está aplastando las piernas. Su cabeza toca el techo del vehículo, pero no parece importarle. Se concentra en su porro y se lo pasa a Danny, que lo acepta poniendo cara de mala leche.

Entonces solo quedan dos asientos y tres personas. Pero es fácil solucionar el problema. Es más, no ha hecho falta que lleguemos a ningún acuerdo. Liam, que tiene a Natalie agarrada de la mano, se siente en el centro, alado de Danny, y da unas palmadas en sus rodillas invitando a Natalie a que se siente encima. Y ésta, que no duda ni medio segundo, se coloca en sus piernas y gira el cuello para besarle.

Así que solo quedo yo. Por lo menos no estoy en el medio y evito agobiarme y potarle el coche a Stephen. Cierro la puerta una vez dentro y abro la ventanilla para coger aire. Entre la puerta y el culo de Liam no tengo esperanza de aguantar mucho sin acabar haciéndome papilla. Stephen arranca a toda velocidad y solo rezo por no tener un accidente de coche a causa de él o del resto de integrantes del coche.

Con la música de la radio a tope, el sonido de besos húmedos de Liam y Nate a mi lado, causándome arcadas, y las quejas de Danny y risas de Eddy, mi cerebro me está empezando a avisar de que pronto va a explotar.

-¡Eddy! ¡Párate quieto!

-Danny, ¿cómo te atreves a meterme mano? Porque está oscuro, ¿verdad? ¡Serás cerdo!

LOVE IS A BITCHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora