LOVE IS A BITCH

Capìtulo 22

I don't have plans and schemes
And I don't have hopes and dreams
I don't have anything
Since I don't have you

And I don't have fond desires
And I don't have happy hours
I don't have anything
Since I don't have you

Happiness and I guess
I never will again
When you walked out on me
In walked old misery
And she's been here since then

I don't have love to share
And I don't have one who cares
I don't have anything
Since I don't have you

You, you, you...

Guns and roses- Since don't have you

Son las 19:00 de la tarde. Llevo alrededor de una hora corriendo por el parque quemando calorías, sudando como una cerda para matar el tiempo. Esta mañana en casa de Liam, la parejita y yo hemos acabado la comida viendo una película romántica de las que suelen echar en Divinity. No son de mi rollo, ni de las de Natalie, pero como ahora está en la fase "tengo novio y me comporto como una ñoña" las ven juntos mientras se agarran de la mano y se besuquean de vez en cuando. He acabado por irme y dejarles que rematen la película con un buen polvo yéndome a mi casa. Y cuando me he tumbado en la cama se me ha ocurrido que dar unas vueltas por el parque es una forma efectiva de hacer que las horas pasen más rápido.

Creo que ya voy por la vuelta número treinta y tres y mis pies casi van a rastras por el asfalto que rodea todo el parque, donde la gente pasea a sus anchas sin dejarte espacio para adelantarlos y las bicicletas corren atropelladamente, a punto de llevarse por el medio a las pobres palomas que picotean de las migas que algunos ancianos esparcen por el suelo.

El parque es bastante extenso, así que tienen mérito las treinta y tres vueltas que he dando. Bueno, en realidad ya es todo un signo de valentía haber salido de casa decidida a sufrir un poco. Me paro en la primera fuente de agua que veo, me hidrato la garganta y me echo agua por el cuello, refrescándome así un poco el cuerpo sudoroso y calenturiento. Los pelos se me pegan por toda la frente pegajosa y solo deseo llegar a casa para darme una ducha larga y relajante que me ayude a destensar los músculos agarrotados. Pero entonces mi móvil empieza a vibrar en mi culo y lo cojo del bolsillo trasero del pantalón. Miro la pantalla y aparece un número desconocido. Qué raro...

Dubitativa, decido responder a pesar de que en mi mente solo aparece un nombre constantemente, como si me tele trasportara al pasado. Chris.

-¿Sí? ¿Quién es?- pregunto un poco vacilante.

-¿Jane?

Al escuchar la voz del otro lado me tranquilizo, no es la voz de Chris. Pero, ¿qué coño hace Derek llamándome?

-¿Derek?

-Hola- responde Derek.

Arqueo las cejas sin comprender nada y sigo caminando camino a casa. Qué querrá ahora este y cómo habrá conseguido mi núm... ¡Natalie! La mato.

-Eh... ¿Hola?- sin quererlo, me tiembla la voz y carraspeo rápidamente esperando que no se haya dado cuenta. -Digo... ¿Qué haces llamándome?

-Bueno, bueno, si quieres te cuelgo ahora mismo.

-No. Dime para qué me has llamado y si eso luego te cuelgo yo.

Escucho una risita profunda de fondo y me lo imagino con la comisura de la boca ligeramente levantada sonriéndole al móvil.

Jane...

-Te llamaba para saber si te apetecería ir a dar una vuelta por ahí esta noche.

Me paro en seco. Sé que me está vacilando. Lo conozco lo suficiente para saber que se trata de una broma. Me entra la risa y espero a que siga con la broma, pero solo escucho el sonido de su respiración al otro lado del teléfono.