I, I'll do anything I could for ya
Boy you're my only
I, I'm gonna flip the script on ya
You don't even know me
'Cause I am, I, I don't even want to fight, fight, fight
Said I am, I, I ain't even gonna fight itGot to love you! (x4)
Sean Paul - Got 2 Luv U
El mismo sonido irritante de todos los días me despierta y, como de costumbre, lo silencio de un golpe. El de hoy creo que ha sido uno de los golpes más fuertes que le he dado a ese maldito despertador que me compró mi madre en el todo a un dólar de la esquina. Sigo cabreada con Chris, no se quien se cree para dejarme plantada después de haber sido él quien me escribió la nota, pero supongo que es parte de su asquerosa actitud de capullo, en eso consiste, en intentar tener a las chicas cuando a él le apetece. Pero me parece que todavía no le ha quedado del todo claro quién soy.
Dejo de hundirme en mis pensamientos cuando miro la hora en el móvil y veo que me quedan 25 escasos minutos para desayunar, vestirme e irme al instituto. Empiezo a alarmarme y torpemente intento levantarme de mi cama, aunque en el intento, me acabo llevando la sabana enganchada a un pie. Pero no hay tiempo, así que pego un tirón de ella y la dejo echa una bola en el suelo. Como mamá vea esto me mata, pienso al ver que estoy dejando la habitación como una leonera. Intento hacer todo lo más rápido posible y cuando salgo al porche para reunirme con Natalie veo que todavía no está. Estoy sorprendida de mi rapidez repentina, y me enorgullezco al saber que cuando quiero soy bastante rápida. Abro mi mochila para encenderme un cigarro, pero no lo noto, no tengo mi paquete y estoy segura de que ayer a la noche lo metí en la mochila... es más, le mande un mensaje a mi mejor amiga diciéndole que iba a empezar a guardar el paquete en la bolsa, para que, de ese modo, mis padres no volvieran a echarme sermones sobre que fumar es malo, ni me volvieran a intentar castigar. Joder. Mientras, busco desesperada mis dichosos cigarrillos, pero nada, no están por ningún lado. Supongo que con el cabreo quizás se me olvidó meterlos en la mochila y todavía reposan en mi estantería. Pero lo dudo mucho.
Gracias a Dios aparece mi salvación dando vuelta a la esquina de mi casa, y según se acerca lo primero que le pido es un cigarro:
-Toma anda, y que sepas que no le doy un cigarro a cualquiera, pero por ser mi mejor amiga hago una excepción- me dice colocándome el pitillo entre los labios.
-Joder tía, muchas gracias por el esfuerzo inhumano que te está suponiendo darme el cigarro- la contesto quitándole el mechero de las manos y riéndome mientras me lo enciendo.
Natalie me pega un codazo y después de estar todo el camino restregándome por la cara que me ha dado un cigarro y vacilándome, llegamos al instituto.
Como cada día en los pasillos, mi mejor amiga y yo nos separamos y cogemos rumbo a nuestras respectivas clases; como cada día, yo cojo mis libros de la taquilla de mala gana y los meto en la mochila de cualquier manera; como cada día, entro a clase y el profesor me mira con mala cara por llegar tarde y, como cada maldito día, veo a Chris con una sonrisa de oreja a oreja sentado en la parte trasera de clase.
Cuando me siento ni le miro a la cara. Además, no sé quién coño se cree para sonreírme después de lo de ayer, pero si está esperando a que yo le devuelva la sonrisa ya puede esperar sentado que de pie cansa mucho. En lo que transcurre las clases, ha intentando llamar mi atención de mil maneras; las dos primeras clases no ha parado de pegarme pataditas por debajo de la mesa y disimular haciendo como que atiende, y las demás clases ha utilizado un método más simple: tirarme papelitos. No los he contado, pero creo que por lo menos me ha tirado cinco hojas de su asqueroso y mugriento cuaderno. En todos sus intentos de llamar mi atención no he caído ni una sola vez, ni una mirada, ni un insulto... nada. Mi orgullo es más grande que las tonterías de este niñato. Mientras que algunos juegan a molestar, yo me he limitado a pensar en lo gilipollas que es, en que, si viviría en la otra punta del mundo, mi vida sería mucho más tranquila y, cómo no, en la fiesta del instituto de esta noche.

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LOVE IS A BITCH
Teen FictionHe cambiado sin quererlo. Ya no soy la misma de ayer. Y no sabía que un desastre podría llegar a recomponerme de nuevo. Cada día llevo sobre mis hombros la carga de mi pasado. Si algún curioso desea descubrirla, lo único que debe hacer es no despega...