Maybe I just want to fly I want to live I don't want to die
Maybe I just want to breathe maybe I just don't believe
Maybe you're the same as me we see things they'll never see you and I
were gonna live foreverOasis - Live Forever
Me pongo en frente del espejo y, cuidadosamente, me aplico un poco de mascara de pestañas para que mis ojos se vean más abiertos. Hago una mueca con la boca para que sea más fácil y, con la mano temblorosa, acerco el pequeño cepillo hasta mis pestañas. Con un pequeño gesto con la boca, deslizo el cepillo y sorprendentemente me quedan unas pestañas de anuncio. Cuando acabo con los ojos, cojo el cepillo que me regaló mi madre por mi cumpleaños, tiene una princesita demasiado cursi dibujada, pero de lo malo-malo no me deja medio calva cada vez que me peino, así que me vale. Me divido el pelo en dos secciones para que me resulte más fácil peinarme esta melena.
Joder, ya viernes, pienso mientras me cepillo la primera sección.
La semana ha pasado muy rápida, demasiado diría yo. Hace nada estaba saliendo de la fiesta del instituto y ahora ya me veo aquí, preparándome para otra más. Parece que fue ayer cuando Chris apareció en mi casa y nos besamos hasta que Nate llamó a la puerta. En cambio, no fue ayer. Hace casi una semana que no le veo, no ha parecido por el instituto. Le he estado llamando pero no contesta... la verdad es que me tiene un poco preocupada, pero conociendo a Chris estará haciendo alguna tontería o simplemente no quiere encontrarse conmigo, ya que se fue bastante cabreado de mi casa la última vez. A diferencia de su amigo Derek, que esta semana me lo he encontrado en unas cuantas ocasiones, y en todas ellas notaba sus ojos clavados en mí. Para mi sorpresa, el cretino de él no me miraba con cara de asco, pero tampoco mostraba alegría. No sé exactamente con qué intención me miraba, solo se que sus ojos se posaban en mí durante un tiempo considerable, sin expresión alguno. Yo ni me molestaba en prestarle ni la más mínima atención, no me gusta tratar con gente tan entrometida y mal educada como él, así que si no hubiera sido por los constantes comentarios de Natalie diciéndome que me estaba mirando, creo que se me hubiera olvidado que existe.
Natalie y yo, durante la semana, no hemos pasado mucho tiempo juntas. Al parecer, Liam y ella han estado quedando y, por lo que me cuenta y veo, les va bien, aunque según Natalie quiere ir despacio para no arruinarlo. Yo en su caso haría lo mismo. No es que no me fie de Liam, pero viendo el grupito del que forma parte, no creo que sea trigo limpio. Pero quizás esté equivocada. Me alegra ver a Natalie así de contenta, y más me alegra que todas las noches nos tiremos horas y horas cotilleando sobre la gente del instituto y sobre Liam, que ahora mismo está en periodo de prueba. Esos momentos me recuerdan a cuando mis padres me castigaron un tiempo sin salir y sin relacionarme con el mundo, esos días fueron los peores, pero me consolaba saber que esa misma noche Natalie me iba a alegrar por teléfono e íbamos a hablar horas y horas hasta quedarnos dormidas. Ahora ya no me castigan, básicamente por que no aparecen por casa, están los dos muy ocupados con sus vidas y yo con la mía, así que, al no verme, no tienen motivos de castigarme.
Y en cuestión de los exámenes en el instituto... he tenido alguno, pero los he suspendido, no es novedad. Algún día me pondré más seria con el tema, pero de momento no será el día.
Termino de cepillarme el pelo y corro al armario y me decanto por unos vaqueros cortos negros rotos, lo conjunto con mi camiseta favorita que, a pesar de ser una camiseta normal y corriente, es muy especial para mí. Me la regalo Natalie en una etapa de mi vida en la que lo pase mal, y desde entonces la tengo mucho aprecio y me recuerda a ella. Para hacer la gracia, en su último cumpleaños le regale una igual y básicamente ahora la denominamos como "La camiseta". Así que cojo la camiseta, que es blanca con un texto en negro que dice Love is a bitch, y me la pongo. Después me coloco unas medias de rejilla, tienen algún que otro agujero pero no me disgusta como quedan y, finalmente, como no era de extrañar, me pongo mis queridísimas militares negras.
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LOVE IS A BITCH
Teen FictionHe cambiado sin quererlo. Ya no soy la misma de ayer. Y no sabía que un desastre podría llegar a recomponerme de nuevo. Cada día llevo sobre mis hombros la carga de mi pasado. Si algún curioso desea descubrirla, lo único que debe hacer es no despega...