SEGUNDA PARTE

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Villa de la Concepción, diciembre de 1806

Faltaba poco para llegar a destino. Thomas preguntó dónde estaban y le informaron que se encontraban cruzando la Villa de la Concepción, donde harían noche para continuar el viaje por la mañana. Averiguó también que la distancia que restaba era de unas veinte leguas, lo que equivalía a casi 70 millas —alrededor de 115 kilómetros—. En unos tres días estarían en La Carlota, sede de la Comandancia de la Frontera Sur de Córdoba, donde la comitiva entre la que se encontraba, sería alojada en carácter de prisionera.

Thomas se lamentaba internamente de su situación. ¿Cómo era posible que hubiera terminado así? La invasión había sido todo un éxito y habían sometido a Buenos Aires al dominio británico durante un mes y medio. Era inexplicable que, luego de semejante victoria, se encontrara ahora arrastrando sus penurias hasta lo más recóndito de la colonia española, sin que siquiera se le permitiera comprarse una camisa para reemplazar el harapo que vestía.

***

Cuando se supo de la invasión inglesa, a fines de junio, Agustina lo vivió como si estuviera pasando en otro país. Buenos Aires parecía tan lejano que nunca hubiera pensado que lo que sucediera allá, pudiera afectar a La Concepción de algún modo. ¡Qué equivocada estaba y cuánto la emocionaba que las cosas se hubieran dado como se dieron! 

Crónica de una invasión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora