9*Un mes después

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(Frank).

Me desperté con mucho malestar. las
Náuseas me invadían, bajé de la cama y corrí al baño los más rápido que pude.

–Frank ¿te sientes bien?–preguntó mamá cundo baje a desayunar.

–si mamá, solo es un resfriado.

–tal vez no deberías ir a la escuela hoy, te ves mal.

En efecto, me veía horrible. No solo por las náuseas, también porque no había dormido nada en días por alguna extraña razón y tenía unas enormes ojeras. Además estaba mucho más delgado y mi ropa me quedaba más holgada.

–le prometí a Mikey que iría.

–pero tú dijiste que ya no tienen clases, que solo iban a perder el tiempo.

–lo siento mamá, se lo prometí a Mikey.

–está bien cariño, pero si te sientes mal no dudes en regresar, pídele a tu novio que te traiga.

–¡mamá!–grité sonrojado.

—¿que Gerard no es tu novio?

–solo estamos saliendo.

–por ahora–rió mamá y yo me fui a la escuela.

Si, Gerard aún no era mi novio oficial pero ahora que las cosas iban bastante bien solo estaba esperando a que me lo pidiera.

Llegué a la escuela justo a tiempo. Vi el auto rojo de Gerard estacionarse y corrí hacia el.

–hola–saludé. Gerard me saludó con un beso y Mikey hizo una cara de disgusto que siempre hacia cuando estábamos juntos.

–te ves horrible Frank–dijo Mikey.

–es solo un resfriado–contesté.

–no, hace dos semanas era solo un resfriado, ahora pareces un muerto viviente.

–tal vez deberías ir con un doctor–opinó Gerard.

–les juro que no es nada, ya se me pasará.

–como sea–Mikey me jaló de la manga–llegaremos tarde a clase.

Me despedí de Gerard con una sonrisa.

Las clases pasaron y yo no me sentía mejor. Tenía náuseas, escalofríos y mareos.

Llegó el momento de ir a clase de educación física. Ya me había cambiado a el uniforme deportivo y estaba listo para jugar pero el entrenador no me le permitió.

–Estás enfermo–me dijo–deberías descansar.

–pero yo quiero jugar.

–¿fútbol en el sol? No lo creo muchacho, podrías deshidratare.

Miré a Mikey triste.

–deberías hacerle caso– me dijo.

Me senté en una banca debajo de un árbol mientras los veía a todos jugar. Yo quería jugar con ellos, tal vez de esa manera me sentía mejor.

Una onda de escalofríos invadió mi cuerpo y decidí recostarme en la banca. El sueño me invadió, luchaba por mantener los ojos abiertos y la mente despierta pero no podía. Algo andaba mal conmigo y no sabía que era.

Unacceptable accident Donde viven las historias. Descúbrelo ahora