Unacceptable accident

17* Gerard

(Gerard).

Mamá anunció que la cena estaba lista. Aunque no tenía mucha hambre bajé justo a tiempo para no hacerla esperar.

–¿papá vendrá a cenar?–pregunté.

–no–respondió ella–lo llamé a la oficina aún tiene mucho trabajo, dijo que llegaría tarde.

Comencé a comer lentamente.

–¿por qué no baja tu hermano?

–tal vez esta dormido o haciendo tarea.

Mamá se puso de pie y caminó hasta el pie de la escalera.

–¡Mikey la cena está lista!–gritó.

–¡ya voy!–respondió el chico.

Mamá volvió a sentarse y unos minutos después Mikey bajó por la escalera lentamente.

–¿por qué tardaste tanto cariño? Tu sopa se está enfriando–dijo mamá.

–me quedé dormido–respondió sin ánimos.

Se sentó en el lugar de siempre, junto a mi. No hablamos y tampoco comíamos, solo había un gran silencio entre nosotros.

–¿me pasa en pan?–dije a mamá.

–Mikey, pásale el pan a tu hermano–ordenó ella.

–no, que lo tome él–respondió cortante.

–Michael...–mamá uso es tono amenazador pero yo no le di importancia.

Mikey tomó la canasta de pan y la alejó de mí. Okay, con Mikey molesto jamás tendría pan así que solo me designé.

–Michael, no seas grosero y pásale el pan a tu hermano.

–déjalo mamá...–intervine –ya no quiero pan.

–ay, ustedes dos me van a volverme loca–exclamó ella–si sigues molesto por lo de ayer Michael, tienes que superarlo.

–superarlo ¿yo?–gritó–¿cómo voy a superar lo que le hiciste a mi mejor amigo?

Lo miré impactado ¿acaso el sabía algo más además de lo que yo le había dicho?¿sabía lo que realmente le pasaba a Frank?

–tu...–intenté decir nervioso pero él me interrumpió.

–si, Frank me dijo lo qué pasó, me lo contó todo Gerard ¿y sabes que pensé en ese momento?¡que eres un maldito idiota!–Tomó la canasta de pan y la aventó directamente a mi. está calló en su sopa haciendo que se derramara. Mamá soltó un pequeño grito pero Yo solo bajé la mirada avergonzado, sabía que me lo merecía y mucho más.

Mikey se puso de pie y se marchó.

–¿Michael a dónde vas?

–me largo, no soporto estar un minuto más cerca de ti–dijo dirigiéndome–¡te odio!

Mikey se fue y mamá le gritaba una y otra vez que regresara pero él ya estaba lejos.

–¿qué fue todo eso Gerard?–me dijo moleta–comienzo a creer que lo qué pasó entre tú y Frank fue más que una ruptura amorosa ¿qué está pasando?

No podía soportarlo. Mikey lo sabía y me odiaba, serénate igual que Frank.

Me puse de pie y fue a mi habitación.

–¡Gerard ven aquí!–gritaba mamá pero no respondí solo cerré la puerta com seguro y me tiré en la cama.

Lloré, grité y lloré aún más. Me sentía mal, culpable y sombre todo vacío. Había arruinado lo mejor que me había pasado en la vida y solo por tener miedo a las responsabilidades y al futuro.

Tenía que arreglarlo de algún modo.

Pero era imposible, yo no lo había arruinado, lo había hecho Frank, al embarazarse de otro porque yo no podía ser el padre...¿o si? No, no, no puede ser mi hijo, no puede ser mi hijo....

Me quedé dormido pensando y cuestionándolo todo pero sin llegar a alguna conclusión.

Al día siguiente me preparé como siempre para ir a la escuela pero con mucho desánimo.

Mikey no llegó a casa en toda la noche y tampoco lo hizo en la mañana así que me fui solo en mi auto.

Cuando llegué a la escuela me paré en estacionamiento en caso de que llegara Frank o Mikey y poder hablar con ellos pero no lo hicieron. No aparecieron.

Una vez en clase Ray me miró y me dijo:

–amigo ¿que te pasa? Luces terrible–comentó al ver mi cara hinchada y roja de tanto llorar.

–no lo sé...

–tienes que decírmelo algún día Gerard, no podrás huir pos siempre.

Las palabras de Ray me taladraron el cerebro. Él tenía razón, no podía huir por siempre peor si por un rato.

Cuando la campana sonó un par de horas más tarde salí al pasillo con Ray en busca de mis libros en mi casillero, pero mis pasos me llevaron a un lugar diferente: el casillero de Frank.

No había rastro de Frank.

Pero entonces vi que Mikey se acercaba agitado dando largas zancadas y sin despegar su vista de suelo. Llegó hasta el casillero.

–hazte a un lado–me dijo molesto.

–¿qué estás haciendo?

–no es de tu incumbencia–me empujó molesto, abrió el casillero y comenzó a meter las cosas en su mochila.

–¿qué haces?esas son las cosas de Frank.

–las estoy recogiendo.

–¿le llevas la tarea?

–no, idiota, las estoy recogiendo. Frank no va estudiar más, dejó que escuela.

–¿qué?–exclamé–no...

–si y todo es tu culpa–cerro el casillero de un golpe y se fue.

–¡Mikey espera!–corrí hacia él y lo jalé del brazo.

–¿qué quieres?

–dile a Frank que lo siento, que tengo que hablar con él.

–él no quiere verte–soltó mi agarre bruscamente–él te odia y yo también– se alejó por el pasillo.

Está vez sentí mi corazón romperse, pero me lo merecía por rompérselo a alguien más y fue entonces cuando entendí algo. También Mikey se sentía de la misma manera porque a él también le gustaba Frank, tal vez desde hace tiempo pero justo en ese momento me di cuenta...y reaccioné de La peor manera posible, con enojo.

–no es mi culpa que Frank me eligiera y no a ti–le grité.

El se detuvo, se dio la vuelta.

–¿qué has dicho?–preguntó molesto.

–ya me has escuchado, Frank quiso estar conmigo y eso no te gusta, es por eso que te desquitas conmigo...–fui brutalmente interrumpido por su puño en mi cara. 

Caí al suelo. Me di cuenta de que mi labio estaba sangrando, así que furioso me puse de pie y me aventé sobre Mickey. Comenzamos a pelear y al poco tiempo yo tome la ventaja, pues era mucho más grande y fuerte. Sentí unos  grandes brazos que me sujetaban, era Ray el cual me quito de Mickey, que tenía la cara llena de sangre.

–¡viejo, que estas haciendo!–me dijo Ray y me di cuenta de que casi toda la escuela había formado un circulo alrededor de nosotros y nos miraban curiosos. 

Mickey se puso de pie como pudo, tenía los lentes rotos y el uniforme deshecho.  

–¡te odio!–me gritó y me escupió una asquerosa mezcla de saliva y sangre. 

–basta, se acabo el show–dijo una voz femenina. Todos miramos a la directora que se acercaba a nosotros con pasos firmes–¡Hermanos Way, a dirección, ahora!

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creo que ya nadie lee esta historia jaja, después de dos años de no actualizar creí que era buen momento.

SALUDOS