Licor

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Black Hat disfrutaba degustando un buen vino, intentando averiguar la procedencia del mismo, los años que estuvo añejándose y la calidad de las uvas.
Pero su colección no se limitaba únicamente a ellos.

Cervezas alemanas, Vodka ruso, Tequila mexicano, Whisky escocés, Cremas escandinavas, Champagne francés.
Toda bebida alcohólica de cualquier tipo, aguardiente estilo brandy o fermentados de frutas de la más alta calidad estaban dispuestos en cualquier variedad con un grado de alcohol variable, para disfrute personal.
Era famoso entre villanos de todo el mundo por poseer las bebidas más finas y caras, y los afortunados capaces de ofrecer una suma de dinero tan alta como para tratar negocios en persona con la corporación presumían de haber tomado el trago de sus vidas codo a codo con tan elegante criminal.

A Flug le gustaba el licor, dulce, suave y con sabores tradicionales.
Para ofrecerlos a su pareja Black Hat constantemente viajaba a la Italia del siglo XIII para conseguir las más exquisitas combinaciones que se podía permitir de las manos de los benedictinos más sobresalientes.

Siempre era muy agradecido, aun que le rogaba no se arriesgarse en plena Inquisición por una simple bebida.
-Permíteme darte el lujo- le contestaba.

Para darle gusto ningún riesgo era demasiado

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