Conejo

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Las personas entraban y salían del gran salón. Era un momento crucial en la guerra entre héroes y villanos que se estaba llevando a cabo, y cualquier artefacto que pudiesen adquirir les sería útil para sobrevivir, primero ganar la guerra y después reclamar la cima por sobre los otros villanos.

Las opiniones se formaban como era correspondiente.

Estaba el imponente villano Black Hat, jefe de la corporación y alguien a quien disgustar significaba nada más que desaparecer de la existencia misma.
Estaba la chica que se encargaba de... algo. Tenía mirada de loca y temblaba como si fuese a explotar en cualquier momento.
Estaba también el, a pesar de su apariencia, intimidante oso que aunque nunca gruñó o levantó una zarpa en contra de alguien seguía teniendo la fuerza de tres hombres y midiendo más de dos metros.

Por último estaba el científico.

Nadie dudaba de su importancia, y le agradecían el poder que cada uno de sus artefactos les aportaban, pero difícilmente podían tomarlo en serio.
Desde su actitud sumisa a la forma en la que vivía demostraban que era claramente el eslabón más débil y menos intimidante del grupo, al menos ante la mirada de los villanos que visitaban la mansión por cuestiones de negocios

Era una presa en una casa llena de depredadores.

Un pequeño conejo rodeado de una poderosa pantera, un oso y alguna suerte de reptil.

Sin embargo, los conejos son en su mayoría animales nocturnos, muy territoriales.
Y cada vez que alguien intentaba ingresar en lo que consideraba su hogar sufría las exageradas consecuencias de una "inocente" y enfadada presa a la que habían allanado el territorio.
De ahí venía la fama de sádicos mal atribuida al resto de los miembros de la corporación.

La emoción de la pantera al presenciar tan encantadores espectáculos no se hacía esperar, y los conejos estaban en celo todo el año.

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