▪ Dia 4 ▪

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— Capítulo 9

Mis pies descalzos tocaban el frío suelo, aun así, ningún escalofrío recorría mi cuerpo, ya estaba acostumbrada a este tipo de sensación. El sol chocaba contra mi rostro descubierto de mis cabellos húmedos, quienes estaban atados en una cola alta y firme.

Mi cuerpo cubierto por unas cómodas calzas negras con una pollera del mismo color, mis puños adornados con vendas color blanco.

Desvíe la mirada, Hoy era el cuarto día, el día en que pondría en su lugar a ese Lobo engreído de Halk.

—Ya veo que has llegado Preciosa— Halk entra al Ring, el lugar se llena lentamente, en especial por los niños de ayer y lobos adolescentes, o lobos que ya habían estado aquí.

— No me llames así — Me cruce de brazos encima de mí pecho—¿Cómo lo aremos?

Se ve confundido, también se cruza de brazos y me mira con los ojos entre cerrados. —¿Como que como lo aremos?

Este es imbécil. —Como lucharemos Idiota — Suspiro con pesadez— A puño limpio, con armas, con arcos, blah blah blah — Rodó los ojos y sacó la lengua con disgusto.

—Con esto —. Hace una extraña ceño y dos hombres, que supongo que son sus amigos, le lanzan dos varas de madera, acto seguido el me lanza una.

Agarro la barra y miro con detenimiento la mía, es vieja y algo desgastada. Miro la de él, es nueva y tiene pocas marcas. Demonios, sonrió con autosuficiencia y le fulmino con la mirada— Okey, así será.

Nuevamente esta extraña sensación, es la misma que cuando fue el ataque vampiro, empieza la cuenta regresiva para que la bomba que llevó dentro explote.

—10, 9,8,7,6,5,4,3,2... 1 — Todo queda en silencio, mi vara se acopla a la palma de mis manos, la siento más firme.

Él es el primer en atacar, es rápido y ágil, apenas puedo ver el movimiento de sus manos, con mi mano libre detengo el ataque sintiendo un fuerte dolor en la palma de mí mano, aun así, no muestro señal de dolor en mi rostro.

El sonido fue seco, jalo la vara hacia mí por ende el también viene hacia mí, mi pierna se levanta mar rápido y mi pie impacta contra el lado izquierdo de su rostro haciendo que suelte la vara y caiga al suelo.

Se levanta de manera feroz, las dos varas se acoplan a mis manos con fuerza. Corro hacia él y me protejo de una patada con una de las varas la cual se eleva en el cielo.

Miro unos segundos la vara u me reincorporó dejando un fuerte puñetazo en su rostro, doy un salto y llegó a su hombro, me impulso con su hombro y agarro la vara en el aire. Cuando diciendo golpeó su nuca con la vara.

El golpe parece no afectarle, agarra la vara y con mucha fuerza me golpea con ella sacándome el aire de los pulmones. Debo admitir que para ser un chucho sin neuronas es bastante ágil.

Respiro grandes bocados de aire tratando de regular mi respiración, Halk no pierde tiempo y me golpea con la vara, mi cuerpo aterriza al otro lado del ring, me levanto con ayuda de mi vara quien parece no poder más, rompo la vara en dos y me levanto lentamente.

Halk parece hablarme, pero su voz se escucha lejana, no logro escucharlo con total claridad, lo miro con odio, las varas de mis manos son más ligeras, cierro los ojos calmando mi odio, mis oídos se agudizan logrando escuchar todo a mi alrededor.

Al abrir mis ojos Halk está enfrente mío, sus brazos están en el aire con la vara en manos, me va a golpear, pero su ataque es muy lento, me hago a un lado viendo con lujo de detalle como su vara se clava en el piso, sin perder tiempo lo golpeo sin soltarlo, mi rodilla se incrusta en su estómago haciendo que escupa sangre. Le jalo los cabellos hacia atrás ara mirarlo a los ojos.

En el reflejo de sus ojos me puedo ver, mi semblante es serio que me da escalofrió a mí misma, este es el semblante de un Cazador autentico, pero de alguna manera no me gusta. Lo tumbo en el suelo, clavo mis dos varas a los lados de su cabeza, suelta un gruñido de miedo. Saco las vendas de mis manos y se la lanzo.

— Límpiate el hocico... tienes sangre. — Si en estos momentos un Cazador me viera, me hubiera castigado por no haber terminado la pelea, nosotros como Cazadores cuando luchamos por entrenamiento teneos que dejar al contrincante o desmayado, o agonizante.

Salgo del ring sin más que decir, cuando bajo las escaleras todos se hacen a un lado con temor para darme paso, no quiero que me tengan miedo, les dedico una sonrisa pequeña tranquilizándolos.

Cuando estoy a punto de abandonar el gimnasio de entrenamiento Alexander aparece por la puerta echo furia, sus ojos se posan en mi detallándome lentamente, sus ojos paran en mi mejilla roja por un golpe de antes, se acerca a mí y acaricia mi mejilla, levanta la vista y mira unos instantes a Halk quien se estaba limpiando la sangre que le había sacado.

— ¿Tu hiciste eso? — Me mira, sus ojos son indescifrables en estos minutos.

— Si... — Aparto su mano. — Fue una pelea amistosa—

— ¿Amistosa? — Ríe sin gracia ganándose una mirada fulminante de mi parte— Te prohíbo que pelees de nuevo, no puedes ser dañada ni tu dañar a mi manada

— Era amistosa Alpha, ella se retuvo. Me hubiera hecho más daño si en verdad ella quisiera dañarme, solo le pregunte y ella se negó, y acabo aceptando porque le provoque —. Halk trato de defenderme.

— Es que no lo entiendes— Alzo la voz— Yo soy el Alpha aquí, si digo no es no, tengo mis razones porque ella-. Lo interrumpo antes de que siga, algo en mí se rompe, cierro los ojos evitando mostrar decepción en ellos, ya se lo que dirá.

— Es una cazadora y es un peligro —Termino su oración con ironía en mi tono— Cierto, no deben confíen en una cazadora, que puedo matarlos a todos sin piedad alguna— Sonrió de manera retorcida y cínica— ¡Cuidado! que muerdo— Les saque la lengua con un toque de burla, me rio de manera amargada y miro a Alexander seria—No te me acerques por lo que queda de la semana. Cavaste la tumba de tu manada, tu solito. — No me di cuenta en que momento lagrimas recorrían mis mejillas.

Alexander me quiso tocar, parece arrepentido de sus palabras, sé que tiene miedo de que lastime a su manada, me alejo de él, aunque ansíe su tacto como antes de ayer, pero no, me humillo frente a todos, agito la cabeza con rabia, limpio las lágrimas y salgo corriendo del gimnasio.

Regla 2; Jamás, JAMAS, confíes en una criatura no humana.

Regla 2; Jamás, JAMAS, confíes en una criatura no humana

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Capítulo Dedicado a;
Lindy2208







Cazadora | Bajo la Luna. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora