✨Capitulo 3✨

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Estaba en mi cama, recién me había despertado y eran las 10 de la mañana. No sirvo para dormir bien ni cuando no voy al trabajo. En fin, estaba sentada y después me levante para desayunar.

Estaba preparando avena caliente para ponerle frutas y miel, eso es un desayuno completo y nutritivo. Cuando estaba por vertir la avena al agua hirviendo sonó el celular, fui a ver quien era...andrew.

-Hola, amor como va tu primer día de descanso? -dijo andrew contento del otro lado, bueno así lo sentía ya que no lo podía ver.

-Hola, todo muy bien y vos? -dije de mala gana, me ponía de mal humor no trabajar.

-Hey, decile a tu voz de que estas bien para que se entere. -dijo haciéndome largar una risotada.

-Que linda sos cuando te reís, haces que me enamore más de vos. -dijo esta vez logrando que me sonroje.

-Andrew, estoy bien tranquila y en paz en mi linda casita. ¿Contento? -dije riéndome.

-Así me gusta, a la noche después del trabajo te iré a ver. Te amo, adiós. -dijo y corto, no me dejo ni responder.

Me quede mirando el celular, después salí del trance en el que estaba y termine de hacer mi desayuno. Me senté a comer, cuando termine lave los vasos y lo que había utilizado.

Prendí la computadora y busqué la ubicación de "blue eyes", aparecía un punto rojo en la pantalla que decía que estaban en Ontario (Canadá). Están lejos dije para mi misma, eso quería decir que en algún momento regresarían para Estados Unidos. Tocaron la puerta, deje la computadora prendida y fui a atender.

-Hola, tu eres Lacey Young cierto? -dijo un chico alto de ojos color miel (avellana) y estaba rapado, muy guapo la verdad.

-Hola, si quién eres? -dije frunciendo el ceño, estaba agarrando con todas mis fuerzas la puerta. No me daba buena espina ese chico.

-Soy Jesse Bieber, vivo en el edificio de al lado. -dijo tendiéndome la mano, que pretendía que hiciera con esa información.

-Ah y te debería conocer, me quieres pedir algo no se. -dije un poco alterada, nunca me pasó esto de que un desconocido se aparezca en la puerta de mi casa y me diga eso.

-No, por favor solo quiero darte esto. -me entrego un sobre y se fue prácticamente corriendo, pero que le sucede a la gente cada día esta más loca.

Abrí el sobre, mientras cerraba la puerta decía: "no te metas en problemas sino querés salir lastimada, viví tu vida y aléjate un largo tiempo de la CIA. No te gustará que destrocemos tu casa."

Quedé en shock me estaban amenazando de muerte y se estaban metiendo con mi trabajo esto ya fue demasiado. Salí en busca del chico que había venido recién, el me dijo que vivía en el edificio de al lado pero no me dijo en que piso, okay tendré que preguntar.

Llegue al edificio y me acerque al portero que estaba leyendo el periódico con una taza de café en la mano.

-Hola, disculpe que lo moleste. Me podría decir en que piso vive Jesse Bieber? -dije un poco dubitativa, no recuerdo si ese nombre me dijo.

-Hola, señorita esa persona no vive aquí y nunca vivió. Ahora si me disculpa tengo cosas que hacer. -dijo ese hombre gordo con cara de pocos amigos.

-Okay, gracias. -dije rodando los ojos, dándome media vuelta. Esto esa una total mierda.

Me fui de ese edificio y fui a mi departamento para vestirme, iba a salir para comprarme cerraduras y todo para estar segura ya que pistolas ya tenía. Llegue al centro comercial y busqué la sección de cerrajería y ferretería.

-Disculpe, tiene cerraduras para este tipo de llaves. -dije sacando la llave de mi tapado.

El hombre examino bien la llave y se fue. Al poco tiempo regreso con unas llaves y cerraduras en las manos.

-Si, mira estas encontré y un juego más de llaves por si la pierdes a la original. -dijo amable, tendiéndome las cosas.

-Muchas gracias, cuánto es? -dije buscando mi billetera.

-$400 en total, pero para vos todo es gratis. -dijo guiñándome un ojo. Estúpido, dije para mis adentros.

-Okay, gracias. -dije rápidamente y salí. Todos los hombres son unos babosos.

Caminé todo el centro comercial, me compré ropa, comida, zapatos, pintura, accesorios personales y objetos para mi casa. La tenía muy descuidada, iba a renovar todo. Pagué todo y me fui a mi casa.

Cuando llegue, entre y cerré rápidamente la puerta no quería tener otra sorpresa inesperada. Estaba acomodando todo lo que había comprado y preparándome para empezar a pintar, entonces golpearon la puerta era Andrew me abalance a sus brazos, en verdad lo extrañaba y la visita de ese chico junto con el sobre me había dejado mal emocionalmente.

-Hola, amor parece que me extrañaste mucho. -dijo riéndose.

-Si te extrañe mucho. -dije apretándolo más fuerte hacia mi. Estaba asustada, pero no iba a decirle nada del chico y la amenaza.

-Bueno, pasemos para que me cuentes que hiciste en el día? -dijo aún abrazándome.

-Vamos, pasemos. Llegaste en el momento justo, estaba por comenzar a pintar. -dije sonriendo de oreja a oreja.

-Me encantó la idea, bueno entonces que esperamos comencemos. -dijo agarrando el balde de pintura junto con los pinceles. Asentí enérgicamente y lo ayudé a abrir el balde, después puse periódico en el piso para no manchar, me puse una remera y pantalón viejos.

Mientras pintábamos sentía la mirada de andrew todo el tiempo sobre mi, me di la vuelta y le dije.

-Andrew Scott, que estas mirando? -dije con el pincel en la mano, cruzándome de brazos haciéndome la enojada.

-Nada, en realidad no puedo creer que sea de este planeta señorita Lacey Young. -dijo como todo un poeta, eso hizo que mi corazón se derritiera de amor.

-Que versero (chamuyero) es usted señor Andrew. -dije dándome la vuelta completamente sonrojada.

-TE PUSISTE COLORADA YOUNG! -dijo gritando y riendo descontroladamente.

-NO!, solo me hizo calor mejor me voy a echar agua en la cara. -dije corriendo al baño.

-SI, te puse colorada y no lo quieres admitir mentirosa. -dijo gritando desde el otro lado de la puerta.

Salí del baño y andrew me esperaba detrás de la puerta, fui lenta para percatarme de lo que iba a hacer cuando ya tenía todo el cuerpo lleno de pintura. Reaccioné rápido y le pinté toda la cara con el pincel que había quedado en el piso.

Así comenzó una guerra de pinturas que era para un largo rato... Después de ensuciarnos y jugar como dos niños, me bañe y cambie. Andrew se baño después y se puso la misma ropa ya que no había traído otra. Nos despedimos con un beso de buenas noches y se fue, yo también estaba totalmente cansada así que rápidamente me dormí sin siquiera comer. Pintar la casa, nunca me pareció tan divertido pero con andrew fue muy divertido realmente.

《In the name of the law》. jbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora