CAPITULO 18

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Después de despedirse de Min y Sooyoung, ambos chicos salieron de la cafetería dirigidos por Jonghyun hacia un parque cercano, estaba pasando algunas cuadras del edificio donde vivía el mayor. Llegaron a un extenso lugar, con grandes árboles y espacios verdes, además de canchas para diferentes deportes, definitivamente no venía seguido pues no lo recordaba de esa manera.

Caminaron un poco más, entrando por uno de los senderos del lugar y se sentaron a descansar en unas de las bancas de madera, Kibum estaba un poco angustiado pues se hacía cada vez más oscuro y tenía que regresar pronto a casa, además de que su corazón seguía estando inquieto al lado del mayor.

- Kibum, yo... no sé cómo decirte esto, así que sólo lo haré. – lo miró a los ojos.

- Ahm Jonghyun... - sabía lo que iba a decir, lo veía en sus ojos, pero por más que se sienta de la misma manera, todavía le resultaba difícil de aceptar. No quería escucharlo, porque entonces tendría que enfrentarlo, y no estaba listo.

- Me gustas Kibum. Me gustas... mucho. – declaró con total seguridad, sus mejillas tomando un leve color rosa ante la atónita mirada del menor.

Estaba helado, no podía, simplemente no podía responder. En su interior seguía contradiciéndose y tal hecho lo estaba sofocando.

- Jonghyun yo... no puedo. – dijo con la voz temblando.

- ¿Por qué? – Se irguió en el asiento y tomó firme su mano – Dime porque lo que escucho no es igual a lo que me dicen tus ojos.

Lo miró angustiado y sorprendido. Pero cuando notó la cálida expresión del mayor sintió sus ojos arder y un fuerte nudo en su garganta.

- Dime qué está mal, por favor... - preguntó el mayor al verlo tan frágil.

- Es sólo... esto... – se señaló a sí mismo y luego al vocalista. – esto, no está bien.

- ¿Por qué no habría de estarlo? ¿Según quién? – preguntó llevando su mano hacia el rostro del menor, este lo miró con sus cejas juntas totalmente agobiado, aquella imagen rompía su corazón. – Dime Kibum, ¿Qué sientes por mí? ¿Qué sientes en este momento? – preguntó mirándolo a los ojos, sosteniendo aún su mejilla.

- Yo... yo siento, me g-... – se detuvo y sin darse cuenta había comenzado a derramar unas cuantas lágrimas.

Maldición... ¿Por qué es tan difícil?

Su corazón quería confesarse y aliviar toda su carga pero sus pensamientos se lo impedían en ese momento.

- ¿Sientes lo mismo por mí? – preguntó y aunque no estaba seguro, asintió a su pregunta. El mayor le sonrió.

- Entonces nada más importa. – subió su otra mano a su cuello y se acercó a él, Kibum soltó un suspiro y comenzó a sentirse más ansioso al momento que el mayor se acercaba cada vez más, cuando estaba muy cerca ladeó su rostro y entonces el mayor besó su mejilla, luego se retiró sonriendo.

Kibum sentía sus mejillas arder, no podía mirarlo a los ojos pero debía admitir que le gustó la sensación cálida que dejaron sus labios en su piel.

- Vamos. – Dijo el castaño, acariciando sus pómulos por última vez para luego ponerse de pie extendiéndole la mano – es tarde. – el menor lo miró y luego a su mano, dudó pero al final la tomó y se levantó. Caminaron tomados de la mano hasta salir del parque.

- ¿Te acompaño a casa? – preguntó el mayor.

- No, no hace falta, aún hay transporte público, puedo ir solo. – respondió tratando de esbozar una sonrisa. Aun sintiéndose tímido para mirarlo directamente.

Mi DecisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora