Capítulo 17

2.1K 372 137
                                    

Dos días después, se cumplió la predicción de Gastón.

Esa tarde, Eugenia se había dedicado a limpiar la casa. Odiaba los quehaceres domésticos, pero era consciente de que no podía seguir eludiéndolos. En algún momento, su madre le llamaría la atención y le recriminaría por no colaborar como lo hacían Laura y Virginia. Por consiguiente, aprovechando que todos habían salido, encendió la radio y subiéndola al máximo volumen, comenzó a bailar y cantar al ritmo de la música utilizando la escoba como micrófono.

De pronto, las inconfundibles notas de piano de "Girls just want to have fun" de Cyndi Lauper resonaron con energía disparando la adrenalina en su torrente sanguíneo. Alborotando su cabello en una clara emulación de la cantante, comenzó a mover el cuerpo de forma sugerente mientras cantaba por encima de la voz de ella.

—"The phone rings, in the middle of the night. My father yells "What you gonna do with your life?". Oh daddy dear, you know you're still number one. But girls they wanna have fun. Oh girls just wanna have. That's all they really want. Some fun. When the workin' day is done. Oh girls, they wanna have fun. Oh girls just wanna have fun." —"Suena el teléfono, en medio de la noche. Mi padre grita "¿Qué vas a hacer con tu vida?" Oh papi querido, sabés que seguís siendo el número uno. Pero las chicas quieren divertirse. Oh, las chicas solo quieren tener. Eso es lo que realmente quieren. Un poco de diversión. Cuando termine el día de trabajo. Oh las chicas quieren divertirse. Oh las chicas solo quieren divertirse."

Por un momento se imaginó la cara que pondría su padre si en verdad sucediera lo que decía la letra y fue incapaz de reprimir la risa. "Sería muy divertido", pensó en sintonía con la canción.

De pronto, el teléfono comenzó a sonar interrumpiendo la poca diversión que había tenido en días. Resopló, frustrada, por tener que bajar el volumen para atender la llamada y tras apoyar la escoba sobre la pared, corrió hacia el mismo.

—Hola —dijo, aún agitada.

—¿Eugenia? Soy Cristian. ¿Llamé en mal momento?

—¿Cristian? ¡Hola! —intentó sonar más tranquila— No, para nada. ¿Cómo estás?

—Bien... yo... te llamaba para... quería saber si tenías ganas de ir conmigo al cine esta noche.

Por primera vez en su vida, se había quedado muda. No podía creer que por fin la estaba invitando a salir. Quería gritar de emoción, ponerse a saltar y hacer piruetas, pero debía contenerse para no quedar como una loca.

¿Eugenia, seguís ahí?

—Sí, perdón. Solo me tomaste por sorpresa.

—Entiendo. Entonces... ¿aceptás?

—Sí, claro —respondió.

—Bien —lo oyó expulsar el aire aliviado como si hubiese temido que le dijese que no—. ¿Te gustaría ver el nuevo thriller que están dando? Empieza a las ocho.

A Eugenia le daba absolutamente igual qué película viesen. Solo con estar con él era suficiente. Necesitaba cortar de una vez por todas o no podría contener más la emoción que esta salida generaba no solo en cuerpo, sino también en su corazón.

—Me encantaría. Nos vemos allá.

Cortó sin darle tiempo a que dijera nada más.

—¡Sí! —gritó con todas sus fuerzas a la vez que comenzó a pegar saltitos en el lugar.

Y en ese instante, todo lo demás pasó a un segundo plano.

Y en ese instante, todo lo demás pasó a un segundo plano

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Entre dos destinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora