La mañana del lunes, se levantaron temprano para ir a la universidad. Eran las semanas previas a los exámenes y no podían faltar. Damián no pensaba desviar su atención de la búsqueda de Virginia y estaba preparándose para irse junto a Gastón a recorrer los pueblos más alejados. Llevarían a sus hermanas y luego continuarían viaje.
De repente, el sonido del teléfono los interrumpió. Todos miraron expectantes a Liliana quien había ido a atender la llamada. Desde la noche de la desaparición de Virginia, cualquier llamado o visita los hacía saltar. Tenían un continuo temor a recibir malas noticias. Sin embargo, se relajaron nada más ver la cara de alivio de su madre.
—Hola, querida, ¿cómo estás? Sí, estaba saliendo. Ya te comunico con él.
Le tendió el tubo a Gastón y se marchó. Los demás fueron a la camioneta para esperarlo.
—Hola, Barby —saludó él con culpa.
Desde que se puso de novio, prácticamente no había vuelto a verla y aunque estaba seguro de que jamás se lo recriminaría, se sentía mal por haberla hecho a un lado tanto a ella como a su hermanito. Por supuesto que no se debía a Sofía ya que, después de contarle que ese beso había sido una estupidez que se le había ocurrido para alejarla de Tomás, ella lo había entendido. Sobre todo, después del descubrimiento de que no solo ni siquiera era su verdadero nombre sino de que sus verdaderas intenciones siempre habían sido llevarse a Virginia. Pero en cierta forma también lo era porque le resultaba muy difícil permanecer lejos de ella por mucho tiempo.
—¿Qué? Ay, no. Me re olvidé. ¿Y no podrá cubrirme...? ¿En serio? No sabía que tenía un hijo... Está bien, está bien. En un rato estoy por allá.
Maldijo para sí mismo. Con todo lo que estaba pasando, se había olvidado por completo de que esa mañana todos los profesores de su cátedra les tomarían un preexamen a sus alumnos para ver qué aspectos reforzar. Como sus clases se dictaban al mismo tiempo, solía pedirle a otro compañero cuando necesitaba que lo cubriese, pero al parecer, este tenía un hijo y el mismo se había enfermado.
Solo esperaba que Damián comprendiera su situación y no sintiera que dejaba de apoyarlo. Había notado que sus esperanzas pendían de un hilo y temía que cayera en una depresión de un momento a otro.
En contra de sus temores, su hermano lo entendió y sin perder tiempo lamentándose, se determinó a continuar con la búsqueda solo. Cuando dejó a todos, Diego le insistió para acompañarlo él, pero sabía que lo retrasaría en los estudios y se negó.
Para Gastón, las siguientes dos horas fueron las más largas de su vida. Ninguno de los alumnos había estudiado y el pequeño y simple examen pensado para hacerse en cuarenta y cinco minutos, terminó ocupando toda la clase. Eso lo obligaba a quedarse más tiempo en la universidad ya que debía entregarlos corregidos, y si de algo estaba seguro, era de que, si se iba a su casa, lo que menos haría era su trabajo.
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Entre dos destinos
RomansaLibro 1 Serie Obsesión. ♡ Por el mes de febrero a fines de la década del 90', los hermanos González Herrera: Gastón, Damián, y las mellizas, Laura y Eugenia, se mudan a un pequeño y remoto pueblo de la Provincia de Buenos Aires para acompañar a su p...