Capítulo 14: Personal

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Mis ojos se llenaron de lágrimas, ahora se sentía más real por haberlo dicho en voz alta. Tenía miedo, yo no quería sentir lo que sentía.

—Dilo- pidió besándo mi cuello, pero negué no podía. Dolía.

—No...- traté de alejarme, pero él me lo impidió-. ¡Edward, déjame!- sollocé.

—Te amo- me besó y me entregué al beso.

—¡Déjame!- quería estar sola, pensar. Yo no quería esto. En el mes que llevamos de casados, había luchado fervientemente, para no enamorarme, pero perdí la pelea y me enamoré de Edward. Era un gran hombre, con sus traumas y problemas, pero era tierno, dulce y me cuidaba.

Pero lo que más me ganó, era sus pláticas diarias, con la pequeña Amanda o Amy, como la llamaba Edward. A él se le había metido en la cabeza que era una niña y todo lo había comprado para niñas.

Cada vez que hablábamos de la posibilidad de que fuera varón, él me miraba fijamente y me decía: "yo no quiero un varón, o es niña o nada" eso me ponía triste. Pero fuera lo que fuera yo iba a amar a mi bebé y en el fondo, yo quería un varoncito. Se me hacía tanta emoción.

—Bella- volví al presente y me di cuenta de que él me había arreglado las ropas y me acunaba entre sus brazos-. Te amo- sus ojos se veían emocionados.

El auto se detuvo, y él se bajó conmigo en brazos y fue al ascensor, que estaba en los estacionamientos y cuando entramos presionó un botón que tenía la letra "P"

Tenía la cabeza escondida en su cuello y una mano en mi vientre.

Él no paraba de besar mi cabello y me apretaba tiernamente contra su cuerpo.

Las puertas se abrieron y llegamos a un ático. El abrió la puerta de vidrio y pasamos. Todo era impersonal, pero no me importaba, solo quería estar abrazada a él. Sintiéndolo.

—Vamos- me llevó a una habitación y había una gran cama matrimonial. Me dejó en el suelo y yo me quedé abrazada a él. No quería pensar.

Esto era lo que no quería, aferrarme a Edward. Exactamente, eso era lo que estaba haciendo. Me sentía dependiente y no me gustaba.

Edward, me quitó la ropa y luego se desvistió él. Me tomó por la cintura, y me condujo hasta la cama. Quitó el edredón y yo me subí, él lo hizo detrás de mi y me abrazó.

Sin poderlo evitar, lo dije.

—Te amo Edward, pero tengo miedo-besó mi cabeza y me hizo mirarlo.

—Nunca te voy a dejar, te amo mucho- me besó y luego me abrazó. Entrelacé nuestras piernas y me acomodé en su pecho.

Así nos quedamos abrazados y él me mecía.

*********Una Semana Después*********

Estaba molesta con Edward, no me dejaba salir a ningún lado. Quería algo de aire. Desde que le había confesado mis sentimientos, nuestra relación era más llevadera, pero él se comportaba muy obsesivo y no me gustaba. ¡Por favor! Si solo quería ir a la plaza o al parque. Pero a él no le gustaba salir. Es más en el tiempo que llevaba casada con él, nunca lo había hecho.

Es como si temiera a salir.

—Yo me voy- tomé mis cosas, aprovechando que él estaba hablando con el gerente de marketing y fui rápido al ascensor.

Pero me di cuenta de que me podían encontrar los de seguridad, así que opté por las escaleras de emergencia.

Bajé con cuidado.

Acariciaba mi vientre a cada rato, esto de bajar tantas escaleras me podría hacer daño. En ese momento salí de las escaleras y tomé el ascensor y me bajé en un piso antes de la planta baja.

Estaba emocionada. Por fin vería la luz.

Palpé mi vientre. Ya tenia dos meses y medio de embarazo y mi pancita, ya estaba algo dura y tenía una pequeña curvatura.

El bebé estaba perfectamente.

Cuando por fin salí de la empresa, suspire contenta, y caminé hasta una cafetería. Me compré un rollo de canela y un chocolate caliente.

Caminé hasta mi parque favorito y fui a mi banca de siempre. Allí me senté y coloqué mi chocolate a un lado. En ese momento, mi móvil me indicó que tenía una llamada de mi esposo.

Sip, ya tenía un celular y éste lo había hecho Edward, era hermoso y solo mi padre y Edward podían tener mi ubicación.

Decidí no prestarle atención, ya que me obligaría a volver y sabía que no demoraría en llegar.

No entendía su sobre protección.

-¡Por Dios! ¿Qué tanto podría pasarme?- dije en voz alta.

—Pues yo creo que mucho- dijo una voz desconocida y sentí como una pistola era presionada contra mi cuello. Mi rollo de canela se cayó al suelo.

Me maldije a mi y a mi maldita terquedad.

—¡Bella!- escuché su voz y cuando levanté la cabeza, lo vi, estaba pálido. El hombre de la pistola, me tomó por el cabello y me puso de pie—. Déjala a ella por favor- rogó Edward.

—Eres hermosa, pero no mi tipo- me empujó y hubiera caído al suelo de no ser por Edward, que me sostuvo.

Miré al tipo y tenía un pasamontañas.

—Dile que me deje en paz- dijo Edward. ¿A quién quería que le dijera eso? ¿Qué mierda estaba pasando?

—Tks, tks, tks- chasqueo la lengua–. Ahí te equívocas, esto es personal- dijo el encapuchado.

— ¿Personal? ¿Quién eres? ¿Qué quieres?-preguntó Edward.

Yo me hacía esas y otras preguntas. Estaba aterrada.

—Al parecer ya no te acuerdas de mi...-se quitó el pasamontañas y me quedé helada. Era idéntico a Edward-... Papá.

Serie Inocente # 0: Obsesionado con tu InocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora