Capítulo: 50

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Caminé rápidamente hasta las escaleras. Subí a la habitación con la intención de recoger mis cosas e irme. No iba a tolerar que Edward me pisoteara. Siempre que yo me equivocaba él me quería lastimar.

Negué con la cabeza. No entendía su amor. Un amor castigador. Un amor orgulloso.

Sollocé cuando por fin llegué a la habitación y abrí la puerta. Estaba tan cansada.

Sentí un pequeño tirón en mi bajo vientre, pero me dije que era algo propio de mi estrés. Por las peleas con Edward y toda la situación.

Busqué mi bolso y cuando me giré para dirigirme a la puerta, lo vi allí. Obstaculizando mi salida.

—Deja eso donde estaba. No vas a salir de esta casa - aseguró.

—No voy a quedarme para que me lastimes otra vez. No voy a tolerar que quieras humillarme y castigarme - me acerqué a la salida y me detuve a escasos centímetros de él.

Me alejé cuando se acercó y me miró. Había miedo en sus ojos. Pavor.

Desvié la mirada. No podía flaquear.

—Permiso - pedí tratando de avanzar. Él me detuvo tomando mis brazos. Me alejé y me abracé a mí misma.

Se acercó de nuevo y yo seguí retrocediendo hasta que caí en la cama. Él se posicionó sobre mí y me abrazó. Luché contra él, pero no pude quitármelo de encima.

—No vas a irte, no puedes dejarme - se escuchaba desesperado. Aterrorizado.

Besó mi cuello y su mano fue acariciando mis costados, despertando mi cuerpo otra vez, pero no podía permitir que volviera a hacerme lo de hace unos momentos en el baño.

Me sentí tan rechazada... Tan humillada.

Intentó besarme, pero no lo permití, hasta que me obligó a mirarlo, sosteniendo mi cabeza entre sus manos. Me besó con hambre, como si quisiera consumirme. Tan intenso, que no pude evitar llorar.

—¿Por qué lo hiciste? - preguntó llorando. Traté de apartarme para poder hablar, pero el me lo impidió.

—Habían muchas cosas que nos aquejaban y temí que te fueras a desbordar con la situación... sé cuánto te afecta lo de Victoria y quise evitar que cayeras en alguna crisis o algo... Lamento no decírtelo, pero creí que fue lo correcto en su momento - me encogí de hombros.  Él me miró con lágrimas en los ojos y me besó. Me besó con pasión y deseo.

Sin poder resistirme  él, permití que me besara una y otra vez. Dejé que me desvistiera y tomara mi cuerpo para darnos placer.

Esta vez no me dejó frustrada, me satisfizo de tal manera que quedé muy cansada y rendida.

—No vas a dejarme nunca - besó mi cuello y me abrazó. Sin poder hacer otra cosa más que cerrar los ojos,me dejé llevar por el sueño.

🍁🍁🍁🍁

Me levanté al sentir unas punzadas en mi bajo vientre. Miré a mi lado y vi la cama vacía. Edward se había encargado de dejarme tan cansada que no pude hacer más que dormir. Siempre hacía lo mismo.

Me puse de pie. Igual quería irme. No le iba a perdonar tan fácil sus ofensas.

Caminé con dirección al baño, me sentía pegajosa. Entré en la ducha y me di un baño rápido. Sollocé  por darme cuenta de que él tenía tanto control sobre mí.

Sobre mi cuerpo.

El dolor volvió y me acaricié. Sentía angustia y una necesidad de llamar a Edward para que me llevara al hospital.

Serie Inocente # 0: Obsesionado con tu InocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora