Capítulo: 28

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Hola cómo están?

Picante verdad?

Crepúsculo no me pertenece.

Si, murió.

Fue en un robo, iba con sus padres en el vehículo, venían de ver una película y yo no los pude acompañar por lo de mi pie. Ellos trataron de razonar con el hombre, pero él se volvió loco y le disparó a su padre, ella le empezó a reclamar y el... le voló los cesos.

Luego de las obras fúnebres y demás actos protocolares, mi vida se vino a pique, esto era mucho peor que verla besarse con Dimitri. Ella, ya no sería para mi. No la vería jamás.

Victoria estuvo allí siempre, hablándome y dándome ánimos. Te puedo decir que quería morirme en ese momento.

Los días pasaban y yo no hablaba, comía por órdenes de mi padre. No tenía nada por lo que luchar.

Victoria, me tocaba y acariciaba para tratar consolarme, pero un día la sorprendí encima de mi, besaba mi cuello. Yo estaba dormido cuando eso pasó y me despertó su tacto. Le pregunté qué estaba haciendo y ella me dijo que ya no podía más y me besó.

La aparté y traté de incorporarme, pero ella me empujó en la cama y me besó de nuevo. Le rogué que me soltara, pero estaba mareado. En la mesa de al lado vi la jeringa vacía. Mi cuerpo reaccionó a la droga y esa fue la primera vez que ella se aprovechó de mi.

La aborrecí por lo que me hizo y le pedí a mi padre que mejor ella ya no volviera. No le dije lo que me había hecho, pero si le dije que ella estaría perdiendo su tiempo porque yo no quería ver ni hablar con nadie.

Si ya estaba deprimido, terminé en un psicólogo, pero no le dije lo que pasó con Victoria. Tenía miedo.

También me daba mucha vergüenza admitirlo. Por eso, me sumergí en en mis estudios y si antes era un genio me volví en un cerebrito.

Pasaron los meses y Victoria insistía en verme, yo me negaba por completo, no queria volver a verla. Yo habia confiado en ella y ella me traicionó.

De repente, todo colpasó. Mi madre, fue secuestrada y mi padre se volvió loco. Escuchaba a mi padre gritar desde su habitación, desgarrado por el dolor. Las llamadas de Victoria, eran cada vez más y más constantes y más agresivas. Conseguí bloquear el número, pero le siguieron las cartas. No me dejaba en paz.

No le podía decir a mi padre, porque... ya tenía suficiente con lo de mamá y pensé que lo mío no era tan importante. Fue un grave error.

Mi madre fue rescatada después de dos semanas. Estaba tan cambiada y solo se la pasaba llorando. Le gustaba estar abrazada a mi y siempre me decía que yo era su razón de vivir. Su tacto me reconfortaba y que ella me abrazara, me quitaba algo de dolor.

Con el tiempo, la tranquilidad volvió a nuestras vidas y yo me gradué del bachillerato con el mejor promedio de ese colegio.

Mi padre, decidió cambiar de residencia y país. Regresamos a Italia, su país natal. La seguridad había aumentado y mi madre parecía haber recuperado ese brillo, pero seguía igual se temerosa. Mi padre estaba en casa la mayor parte del día y miraba a mi madre todo el tiempo, yo no sabía lo que le habían hecho, pero al parecer había sido muy traumático.

Tenía quince años, cuando estaba en la universidad estudiaba mucho para que mis padres no tuvieran quejas de mi. Me esforcé mucho y un día, en una gira de la universidad, el autobús en el que íbamos, fue asaltado y mataron a mis escoltas.

Desperté horas después y fue como repetir la primera vez que ella se aprovechó de mi, pero esta vez, ella estaba furiosa. Me dijo que yo era de ella y que jamás la dejaría.

A partir de allí, mi vida se fue a la mierda.

Abusó de mi cada vez que le dio la gana, y cada vez que terminaba conmigo ella me abrazaba y me besaba. Decía que seríamos una hermosa familia.

No entendía lo que quería decir hasta que un día me confesó que estaba embarazada de tres meses y me hizo una cena romántica.

Ella estaba muy feliz.

Te juro que yo también. Me sentía bien pero también muy mal por la forma en que había sido concebido y por la madre que le iba a dar. Adoré a mi hijo desde el primer momento en que lo supe y ese día la abracé. Acaricié su vientre todos días y me pegué a su vientre por horas. Ya no me importaba ser asaltado por ella día y noche.

Debo confesarte que ella no me hizo pasar hambre y siempre se preocupó por mi educación. Terminé la universidad en linea y demás.

-Espera... las fechas no concuerdan. Tu tienes casi treinta y cinco años y Anthony diecisiete, me dijiste que el embarazo se dio cuando tenías quince años yo...- estaba confundida. Su historia me estaba destrozando.

- A eso voy...- se llevó las manos a la cara y respiró hondo.

Todo iba "bien" hasta que olvidé el día de San Valentin y ella se volvió loca cuando me escuchó decir que soportaba todo ese infierno solo por mi bebé. Amaba al pequeño Benjamín y deseaba tenerlo entre mis brazos pronto. También escuchó cuando descargué toda mi ira contra mi cama. Y grité que la odiaba.

Luego de eso me llegó una caja con un moño rojo. Por la tarjeta supe que era de ella.

Cuando lo abrí, me quise morir.

Ella había abortado a Ben.

Mató a mi bebé.

Bueno espero que les haya gustado. Nos leemos pronto.

Serie Inocente # 0: Obsesionado con tu InocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora