Capítulo: 53

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Salir del mausoleo de los Cullen, fue muy difícil. Nuestros padres discutieron, yo discutí con Edward y le grité que no lo quería cerca. Que quería el divorcio.

Todos me dijeron y le dijeron que era mejor que nos alejaramos y por más que él se negó, terminé yéndome con mis padres.

Anthony insistió en ir conmigo y aún aceptando yo que viniera, Edward dijo que no. Lamentablemente, era su hijo y Edward tenía su custodia hasta que él cumpliera la mayoría de edad.

No podía creer que Edward tuviera celos de su propio hijo.

Me acomodé en la poltrona que daba cerca de la ventana. Estaba cansada. Cansada de todo y todos.

Me dolía el corazón de saber que mi bebé ya no estaba.

Miré a mi alrededor. No tenía más nada que hacer con mi vida. Ya no tenía metas, no tenía ánimos de nada. No quería nada.

Quería morir, morir e ir con mi hija.

Muchos dirían que yo podría tener más hijos, pero por como estaba mi vida actualmente, no. Edward no permitiría por ningún medio que yo lograra embarazarme por inseminación otra vez y lo más probable es que, si lo permitía, volvería a ser de él. Eso significa problemas, discusiones y Victoria.

No. Ya estaba harta de todo esto.

Mis padres no sabían cómo tratar conmigo, se veían impotentes. Negué con la cabeza. Yo misma no sabía cómo tratar conmigo misma.

Me recosté en la poltrona y miré hacia el jardín. Estaba lloviendo. Por lo menos el clima me acompañaba.

Suspiré. Mi madre estaba temerosa. Razón por la cual, no había ningún objeto punzocortante en la habitación y mis idas al baño, eran controladas.

Ella sabía lo que yo quería en estos momentos y no lo iba a permitir. Razón por la cual tampoco me dejó ninguna píldora cerca. Sólo cuando tocaba y me la administraba una enfermera.

Leah vino ese mismo día, pero en la tarde y me hizo compañía. Ella sabía lo que era perder a un hijo.

—Estoy contigo, Bella - asentí. Apretó mi mano y le sonreí.

—Anthony quería verte... Dice que hará lo posible por venir. Cuando te fuiste discutieron mucho él y Edward - negué con la cabeza.

—Es absurdo... está celoso de su propio hijo - ella asintió.

—De eso nos dimos cuenta todos - me encogí de hombros y solté su mano.

—¿Cómo lo hiciste? ¿Cómo te repusiste? - pregunté mirándola a los ojos. Sus ojos se anegaron de lágrimas.

—No fue fácil y menos por toda la situación que vivía con Garret. Yo estaba embarazada de Carl, pero por sus celos no me creyó y pensó que era de Garret, cosa que me lanzó a sus brazos. Le supliqué que me creyera, pero él no lo hizo. Me dijo que eso pasaba por creer en una chiquilla hormonal. Garret hizo un papel magistral, de padre responsable cuando muy bien sabía que este bebé no era suyo - ahora entendía tanto... Carl era un imbécil—. No podía huir porque Natty estaba de por medio y me amenazaron con no verla más. Me casé y ni bien puse un pie en la habitación marital, él me golpeó. Me destrozó por completo y perdí a mi bebé... quise morir, lo intenté muchas veces pero él lo impidió. Luego caí en cuenta de que necesitaba ayudar a Natty, que ella me necesitaba - bajé la mirada y observé fijamente la alfombra gris.

—Yo no tengo a nadie más -susurré con voz quebrada. Ella sujetó mis manos y negó.

—Tienes a Anthony. Sé que no es tu hijo, pero él te necesita, necesita que estés bien. Creo que ha pasado por mucho y tú eres un soporte para él, para todo te consulta, para todo eres su número de referencia. Él ha visto en ti una roca a la cual agarrarse - sonreí quedamente.

Serie Inocente # 0: Obsesionado con tu InocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora