Capitulo tres: Los sentimientos de un niño que sueña con ser hombre (parte 1)

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Cuatro largos años ya habían pasado, el tiempo hizo de las suyas y había convertido a Naruto y a Itachi, en dos hermosos Donceles, pero también había sido generoso con Sasuke y había hecho de él un atractivo y por así decirlo, sensual, varoncito de trece años. Decir que el parecido entre Sasuke y su progenitora no era evidente, era decir una gran falacia, Sasuke era una calca en forma varonil de su madre, era una réplica casi exacta, con el único agregado de que el era varón.

Los años le habían dado la claridad y la sabiduría a Sasuke, como para ser capaz de entender a la perfección sus sentimientos. El realmente estaba enamorado de Naruto.

A pesar de recién empezar con la edad de la pubertad, Sasuke sabía exactamente lo que sentía, estaba enamorado, y no había nadie en este mundo que fuera capaz de negar la veracidad de tales sentimientos.

****S&N****

Sasuke se encontraba sentado en su banca favorita del Instituto, esperando por su amor rubio. En su espera, recordaba todo lo que había pasado en este tiempo.

Hace unos pocos años, su hermano había encontrado nuevos amigos, por lo que sus horizontes se ampliaron y, aunque Naruto seguía siendo su mejor amigo y casi hermano, ya no podía dedicarles tanto tiempo como lo hacían en antaño, por lo que ya no se la pasaban tanto tiempo juntos. En ese tiempo, fue en el que Sasuke aprovechó para volverse íntimo amigo de Naruto y este, evaluando su seriedad y madurez, las cuales hacen parte de las cualidades que no tiene un niño del común, pero que él poseía, lo acepto como su amigo.

Desde ese día, hasta hoy, había tenido que ser testigo de cómo los imbéciles que se hacían llamar varones, le llenaban la cabeza al rubio de promesas baratas y falsas ilusiones, para después de tenerlo y obtener lo que quieren, romperlo y destruirle el corazón sin ningún miramiento.

En esas ocasiones particulares, Itachi y principalmente él, habían tenido que servirle como paño de lágrimas al rubio y ayudarlo a que se repusiera, y regresará a ser el chico ruidoso e hiperactivo de siempre.
Aquello le frustraba profundamente, a pesar de querer gritarle al rubio que lo amaba y que estaría dispuesto a darle todo lo que le pidiera y a hacerlo completamente feliz, de nada serviría, porque, para que negar lo que ya es evidente, el era un simple niño. Ante los ojos de Naruto, el era un pequeño renacuajo, un mango biche que aún no terminaba de madurar.

Otro suspiro salió de sus labios y allí fue que lo vio venir, traía prendada de su rostro una hermosa y resplandeciente sonrisa, de esas que son capaces de robarte hasta el último suspiro. Una pequeña sonrisa asomó en los labios del Uchiha y espero pacientemente, hasta que el rubio se pusiera a su lado.

–hey, Sasu-teme– saludo el rubio, mientras se sentaba a su lado.

–dobe– respondió escuetamente al saludo.

–oye, baka, cuando aprenderás a respetar a tus mayores– comento el rubio molesto mientras hacía un infantil puchero.

–Ja! Mayores, tu eres mayor que yo y aún así te comportas como un crío, entonces no entiendo porque debería respetarte– devolvió el Uchiha con sorna.

–eso es cruel, Sasuke-chan– le dijo el rubio para picarlo.

–tsk, usuratonkashi– chisto con molestia. Una de las cosas que más odiaba en este mundo era que Naruto le agregará el "chan" a su nombre, el no quería ser un niño ante sus ojos, ni un hermano, ni un simple amigo, el quería ser su pareja, el hombre de sus sueños, su varón, su único dueño.

–Sasuke, está tarde no podré ir a tu casa, quede de verme con Neji, avisale a Itachi, por favor– aviso el rubio.

Al azabache le hirvió la sangre, de todos los imbéciles a los que el rubio había tenido la oportunidad de tener como novios, aquel ojiperla era el que peor le caía. Desde que Naruto le había dicho que se habían hecho novios, y se lo presentó por primera vez, algo en el no le terminó de convencer del todo, había algo que le decía que ese sujeto no se traía nada bueno entre manos y que el pagano de todo terminaría siendo Naruto.

Lo suficientemente VarónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora