Sabotaje

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Un nuevo día había comenzado y Naruto, como siempre, se había dirigido a su trabajo. Ya había tomado escarmiento de la pequeña broma de su abuela y su jefe,pero aquello no le impedía tener un sentimiento de venganza quemando en su interior, por lo que, con una sonrisa, avanzaba por las calles, contando mentalmente y esperando ansioso cada segundo, deseando que su celular sonase.

Y no paso mucho tiempo, antes de que su aparato móvil sonara con insistencia, y con una sonrisa zorruna en su rostro, contesto el aparato, alejando un poco el celular de su oído, para salvaguarda su audición unos años mas.

—¡mocoso del demonio! ¡dime ya que mierda hiciste con mi sake!— grito la mujer completamente furiosa.

—yo, nada. Pero disfruta del agua que es vida, es salud. Y no te preocupes por tu reserva, todo esta en las mismas condiciones— dijo el rubio con una enorme sonrisa.

—¡MOCOSO DEL DEMONIO, REGRESAME MI SAKE!— grito la mujer exasperada.

—que pases un saludable día, abuela, adiós — dijo con socarronería, antes de cortar la llamada.

El rubio sonrió, antes de entrar en el complejo empresarial, preparándose para otro día laboral.

Le sorprendió, de sobremanera, no encontrarse con Sakura y con Karin, merodeando por la recepción, pero, ignorando esto, decidió tomar el ascensor y dirigirse a la oficina con su jefe.

De camino a la gran oficina, decidió quitarse su saco y quedarse en camisa, puesto que ese día era caluroso y se estaba sofocando con tanta cosa puesta.

Puso el saco sobre su brazo, y continuó su camino a la oficina. Después de todo, era un día perfecto y nada podría arruinarlo ¿cierto?

....

Sasuke y Chino se encontraban en la oficina. El Uchiha se encontraba revisando algunos documentos, cuando un mensaje en su computadora, le advirtió de algo que había olvidado por completo.

—¡mierda!— exclamo con molestia, para luego volver a su pose inmutable.

—que sucede, señor Uchiha— pregunto la mujer con interés, mientras dejaba un café en la mesa del ejecutivo y lo miraba con atención.

—tenemos una junta hoy, y necesito a Naruto aquí en este mismo instante, no tenemos tiempo que perder, la junta es en hora y media— dijo con seriedad, tintada de una profunda preocupación.

—oh, ya veo— la mujer sonrió con malicia, pues esta era la mejor oportunidad para sabotear al rubio. Sabia que su jefe cuidaba muy bien de su apariencia y la de sus empleados. Si "accidentalmente" el rubio ensuciaba, no podría asistir a la reunión, pues daría una mala impresión de la empresa y sabía lo importante que era esa reunión para su jefe, por lo que, sin más opción, tendría que llevarla a ella.

Su jefe regreso la vista a su computador, y ella, al escuchar pasos acercarse, se despidió de su jefe y empezó a dar pasos cortos hasta la salida, mientras mantenía la vista baja, para evitar cualquier sospecha. Y no fue cuestión de mucho, para que él rubio abriera la puerta y ella chocara con él, aprovechando para derramarle el café encima arruinando su camisa y su pantalón.

—¡ay! Disculpeme, que tonta, no lo vi, lo siento— fingió arrepentimiento, mientras trataba de limpiar al rubio.

El rubio no decía nada, solo se quejaba del ardor que le producía la sustancia caliente sobre su piel.

El azabache, que había observado todo, murmuro una maldición, para luego ponerse de pie, para ir a la zona del desastre.

—tsk, maldición. Naruto, te estaba esperando porque tenemos una importante reunión, pero, no puedes ir así y no tenemos tiempo— dijo con frustración.

Lo suficientemente VarónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora