Lo suficientemente Varón

La inauguración de la galeria de arte

La gran noche había llegado, en la gran galería se exhibían obras de todo tipo y para todos los gustos, y el salón estaba lleno de opulencia y elegancia.

Sasuke ingreso al salón llevando de gancho a Naruto y presentándolo ante los invitados que se les acercaban como su acompañante en esa noche, lo que le causaba vergüenza y extrañes al rubio, pues se suponía que debía presentarlo como su asistente.

Los invitados le miraban con respeto, algunos con admiración y otros tantos con envidia y unos cuantos con deseo, pero eso a él no podía importarle menos, lo único que le interesaba en este preciso momento era el chico que se encontraba a su lado y el éxito que estaba teniendo su cuñado y si hermano, haciendo algo que les gustase y disfrutándolo sin reservas, mientras cosechaban los frutos de su arduo trabajo.

Naruto por su parte, se sentía un poco intimidado. Ese tipo de lugares no eran para él, ya que no encajaba con ese tipo de cosas, y ni siquiera ese traje de tres piezas gris y esa hermosa corbata naranja de diseñador le hacia sentirse cómodo. Sentía las pesadas miradas de todos puertas sobre si, y lo que más deseaba en ese momento era estar junto a su abuela viendo novelas y no en ese lugar sacado de cuento.

Un carraspeo, proveniente de a sus espaldas les hizo voltear, y se encontró con alguien que llevaba años sin ver; Itachi.

En su rostro se dibujo la sorpresa y la impresión que le causaba verle después de tanto tiempo, y tan cambiado, la madurez se acentuaba en su rostro, y daba muestra de que para el los años no habían pasado en vano. Al parecer, el tiempo había hecho maravillas con todos, sin excepción.

-Naruto, es bueno tenerte de regreso- dijo el moreno, para luego acercarse y abrazar efusivamente al rubio, quien correspondió al abrazo con la misma efusividad.

-es bueno estar de regreso Itachi, por lo que veo, el tiempo hizo maravillas contigo-- dijo, una vez se separaron.

-veo que también tuviste la misma suerte- alago el moreno, avergonzando un poco, solo un poco al rubio -si supieras todo lo que me ha pasado, te reirías, seguro- confeso, mientras se abrían paso entre las personas, que los observaban con un tanto de extrañes por lo irreal de la escena.

-y que te dijera yo, he tenido varias experiencias memorables- comentó el rubio, mientras se acercaba un camarero y tomaba una copa. -y Sasuke - pregunto, porque en algún punto, el moreno había desaparecido.

-debe estar por ahí, tal vez se encontró con algún socio, suizo darnos privacidad o sencillamente se fue para evitar que le dejara en ridículo, quien sabe- respondió con tranquilidad y con una expresión conocedora en su rostro, que le dijo al rubio que quizás el asunto iba más allá, pero decidió dejarlo pasar.

-tal vez- dijo, quitándole hierro al asunto.

-y dime Naruto, cuando piensas darle una oportunidad. Él ya no es un niño, es lo suficientemente varón para poderte satisfacer en todo lo que desees. Ya no es el niño de antes Naruto, y se nota que entre ustedes muchas cosas no han cambiado. Aprovecha las oportunidades que te da la vida, te lo digo por experiencia- aconsejo el mayor, apoyando su mano en uno de los hombros del menor.

Recibiendo un asentamiento por parte del rubio, a modo de aceptación, continuaron con su charla, que no duro mucho, pues un rubio con pinta de doncel estaba llamando al moreno.

-lo lamento, Naruto, pero debo irme, mi esposo me llama. Pero no te escaparas de nuestra plática, te esperó mañana en compañía de Sasuke y de Tsunade-sama en mi casa, tu y yo tenemos mucho de que platicar y te quiero presentar a alguien. Busca a Sasuke y espero que disfruten de la exposición- anuncio, despidiéndose del rubio y retirandose hasta donde había sido llamado.