Capítulo XIX [Impedimento]

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Doble capítulo: 1/2

POV Luna.

— Yo quiero un café late sin grasa y con leche deslactosada ligth con doble shot y un pastel dietético. — pedí y la chica del mostrador junto con Matteo tenían cara de confusión.

— Hola, Lucy, solo dale un chocolate caliente y un pastel de chocolate también. — sonrío Matteo.

— ¡No! Quiero un café late sin grasa y con leche deslactosada ligth con doble shot y un pastel dietético. — declaré.

— Le das el chocolate y el pastel, yo quiero un frappe y tú delicioso pastel de queso con fresa. — le guiñó Matteo a la cajera que al instante se sonrojó. — ¿Cuánto va a ser, preciosa? — abrió su cartera Matteo y antes de que yo pudiera protestar diciendo que podía pagar lo mío la chica hablo.

— Para ti no es nada, guapo. — le coqueteó y yo abrí la boca incrédula.

— Gracias, princesa. — le guiñó y yo fruncí el ceño.

— Ahg, vámonos. — bufé.

— Solo te costará tú número de teléfono. — se mordió el labio la rubia.

— Con gusto, anota cincuenta y cinco...— comenzó a dictar y lo mire incrédula.

— Vámonos, dije. — lo hale del brazo pero no se inmutó.

— ¿Es tú novia? — frunció el ceño la cajera.

— Si y si no te importa me lo llevo. — lo hale más fuerte y este rió pero se vino conmigo sin antes guiñarle a la cajera.

— Eres una celosa, pensé que no querías nada conmigo. — sonrío coqueto.

— No estoy celosa, solo cansada de ser el mal tercio con tu ligue del día. — bufé.

— Claro, por eso inventaste que eres mi novia. — asintió con ironía.

— Cállate.

— ¡Mesa catorce! — gritó la cajera anunciando que el pedido estaba listo.

— Ya regreso, voy por el pedido. — intentó ir Matteo pero puse una mano en su pecho y lo detuve.

— No, yo voy, tú consigue mesa. — impuse y el rió para después ir a hacer lo acordado.

Fui hasta la barra y después de compartir una sonrisa falsa con la cajera tome el pedido en mis manos y busque con la mirada a Matteo, que se había sentado al otro extremo del café en una de las mesas que quedaban pegadas a las grandes ventajas con vista a un gran parque.

— Tú pedido. — coloqué todas las cosas en la mesa para después sentarme y dejar mi mochila con la de el, en la silla extra de a lado.

— Gracias, ¿Lo ves? — me miró. — Siempre vas a ser la chica delivery. — me guiñó y yo rodé los ojos.

— Voy al baño. — bufé tome mi mochila y me levanté del asiento.

Crucé la acogedora cafetería con pisos de madera y techos no tan altos rumbo al baño.
Entré en este y me observé en el espejo, a pesar de que no estaba tan demacrada saque mi bálsamo sin color y humecte mis labios que sentí como me lo agradecieron.
Me puse una leve capa de máscara de pestañas y guarde el resto, no tenía ganas de maquillarme.
A pesar de todo, mi pelo seguía en una condición no tan mala ya que me había bañado pero no me había lavado el pelo así que este no estaba esponjado y todavía se veían las ondas de ayer, solo que estaban más sutiles.
A pesar de todo mi apariencia era buena.

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