Capítulo LI: El Vórtice de Lloyd Asplund

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     Abrió los ojos con un sobresalto. De pronto, todo pareció lejano y fantasioso. Era como si estuviese despertando de una horrible pesadilla. A juzgar por el dolor que sentía en cada poro de su cuerpo, era una pesadilla muy vívida. La parte de su cuerpo que más molestaba era su ojo derecho. Sólo podía asimilar el dolor con haber bañado su ojo con ácido clorhídrico. Mas sin embargo, podía ver con ambos ojos y eso la hizo sentirse tranquila. Parpadeó un par de veces para aclarar la imagen de su entorno y pudo ver que se encontraba en una habitación de hospital. Intentó incorporarse pero su estómago dolía a horrores. Giró entonces la cabeza hacia la ventana que dejaba a la vista el cielo nocturno. Algo más, además de las estrellas y del simple hecho de estar viva, llamó su atención.

     Su reflejo.

     Bajó lo pies de la cama y esbozó una mueca de molestia al pisar el frío suelo de mármol.

     Se acercó más y más a la Nene que le devolvía la mirada en el reflejo de la ventana y llevó una mano hacia su ojo derecho para confirmar que era ella. Efectivamente lo era y en su ojo aparecía aquella figura, ese brillo inusual que recordaba haber visto en los ojos de Lelouch.

     El Geass.

     Comenzó a respirar agitadamente intentando hacerlo desaparecer y entonces, de repente, vio también a CC reflejada en la ventana. Se giró de golpe y ahogó un gemido cuando sintió el dolor en su estómago. CC la miraba con indiferencia.

     —Te acostumbrarás —aseguró la excéntrica mujer del cabello verde—. Yo te ayudaré a que lo hagas.

     — ¿Qué me hiciste?  —preguntó Nene.

     —Sólo hice lo que Lelouch hubiera querido.

     Escuchar su nombre hizo que una punzada de dolor en su pecho le robara el aliento.

     De pronto, vio en su mente todo lo ocurrido tras el último ataque de X7. Un par de lágrimas resbalaron por sus mejillas. Se sintió agradecida con CC cuando sintió sus manos sobre sus hombros. La abrazó con fuerza y Nene ahogó sus sollozos en el hombro de la mujer. Era eso todo lo que necesitaba. Poder sostenerse en alguien.

     Rompieron su abrazo repentinamente cuando Suzaku Kururugi entró en la habitación.

     Nene se sintió culpable cuando vio el cabestrillo que usaba el chico. Suzaku caminó a veloces zancadas hasta donde lo esperaban Nene y CC. Le entregó el Xros Loader a la chica y la tomó por el brazo. A Nene le parecía que todo estaba ocurriendo demasiado rápido. ¿Dónde estaba ese momento en el que alguien le explicaba lo sucedido? ¿Dónde estaba esa persona que le explicaría que efectivamente Lelouch había muerto? ¿En qué momento alguien le diría lo que pasaba con el Geass?

     — ¿Qué pasa, Kururugi?

     Habría querido llamarlo por su nombre de pila. No olvidaba aún que él la había sacado del Gawain. O, al menos, la suya fue la última voz que escuchó.

     —Schniezel El Britania viene en camino —respondió Suzaku casi en un susurro—. Cornelia está en el piso de abajo. Si Schniezel te ve aquí…

     Así que por eso estaba comportándose de esa manera. Cornelia estaba viva, herida en alguna habitación del hospital, y Schniezel querría cortar la cabeza del culpable. Sintió el temor surgiendo dentro de ella. ¿Cómo podría luchar estando en esas condiciones?

     — ¿Qué vamos a hacer?  —preguntó Nene con voz temblorosa.

     Suplicó para sus adentros que Suzaku prefiriera quedarse en paz con Schniezel.

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