Capítulo XV: La Ashford Academy

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     Habían pasado ya bastantes años desde la última vez que Nene fue a la escuela. Le resultó de lo más extraño y entrañable tener que levantarse temprano para ducharse, vestirse con el uniforme y desayunar. Despertó gracias a que Sayoko fue a buscarla, se duchó y cambió su pijama, que consistía en una camisa de Lelouch y pantalones cortos entallados de licra, por el uniforme femenino de la Ashford Academy.

     Se dirigió a la cocina para tomar su desayuno y se sorprendió al ver a Lelouch preparando una deliciosa omelette. No pudo evitar soltar una risa divertida y golpeó la pantalla de su Xros Loader cuando escuchó a Mervamon soltar una risa.

     —Buenos días —saludó la joven Idol y tomó su asiento en el desayunador.

     Nunally ya se encontraba ahí, hacía figuras de origami mientras su hermano preparaba el almuerzo. Nene prefirió no preguntar por qué era que Lelouch cocinaba si tenían los servicios de sirvienta de Sayoko.

     —Buenos días, Nene —respondió Nunally con una sonrisa y buscó a tientas la mano de Nene.

     La joven Idol se acercó para que Nunally pudiera tocar su mano a modo de saludo. Era imposible no tomarle cariño a la pequeña. Lelouch se giró y le dedicó a Nene una cálida sonrisa. El muchacho ya llevaba puesto el uniforme masculino de la Ashford Academy, que era de color negro,  y usaba también un mandil de encaje rosa.

     —Te ves encantador —bromeó Nene entre risas, Lelouch soltó una carcajada.

     — ¿Lista para tu primer día en el colegio?  —preguntó el chico mientras servía los platos.

     — ¿Es necesario?  —se quejó Nene.

     —El colegio no es tan malo —aportó Nunally con una sonrisa—. Te gustará y los amigos de mi hermano te ayudarán a sentirte como en casa.

     Lelouch, sin borrar su sonrisa, dejó los platos enfrente de Nunally y Nene. Se sacó el mandil y tomó asiento para devorar su desayuno. Sayoko apareció entonces y se dedicó a alimentar a Nunally. El ambiente que se respiraba entre ellos provocaba que Nene se sintiera cómoda y protegida. Cada vez le gustaba más vivir en la mansión Ashford.

     Por petición de Yuu, Suzaku llevó al muchacho y a Airu Suzaki a conocer el Lancelot, que en ese momento estaba siendo examinado y reparado por Lloyd Asplund y su equipo. Yuu se maravilló al ver tan de cerca aquella abollada y parcialmente destruida mole de metal.

     —Eso es el Lancelot —dijo Suzaku señalando la maquina—. Quedó así tras la última batalla.

     — ¿Es difícil conducirlo?  —preguntó Yuu sin quitar sus ojos de encima del Knightmare.

     —Soy el único capacitado para hacerlo —explicó Suzaku—. Pero hay otros modelos más fáciles de conducir.

     —No estarás pensando en usar una de esas cosas para buscar a tu hermana, ¿o sí?  —intervino Airu mirando al chico rubio—. Si te le acercas dentro de esa cosa, ella te atacará pensando que quieres lastimarla.

     —Si ese sujeto, Zero, tiene uno de esos… —comenzó a decir Yuu.

     —Knightmare —aclaró Suzaku.

     —Sí, eso —respondió Yuu con indiferencia—. Si Zero tiene un Knightmare, yo también necesito uno para rescatar a mi hermana.

     —Puedo enseñarte a utilizarlo pero llevará tiempo —comentó Suzaku despreocupado—. De cualquier forma, deberías dejarme a mí esa tarea de buscar a tu hermana.

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