5. Nanoalmas

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Estábamos en un ecosistema natural, sin rastro de humo, datos, cableados, cristal o luces de neón.
Ningún rastro del ruido de la vida en NeoDeltoya, ninguno de sus olores, ninguno de sus colapsos ni hedores, sin suciedad. Ni el ruido habitual de la muchedumbre, como insectos, ni el zumbido eterno de la tecnología. Por primera vez, todo era un silencio orquestado por varios sonidos que jamás había escuchado, estaba el viento, el ruido de algunos insectos, pero lo demás era nuevo para mi.

Nunca había escuchado el agua recorrer la tierra, esos grandes vegetales hacer ruidos agradables con sus hojas sacudiéndose por la brisa.

Le llamaban árboles.

No sabia del cierto si un mundo así existía o había existido alguna vez, pero según Meister todo era una recreación de como era antes el mundo, quizás 1000 años atrás, tal vez más, no podíamos saberlo con certeza.

-¿Que sientes aspirante Schneider? -Meister estaba preparando un polvo púrpura y lo puso en el dosificador, mezclo el H2o puro y el polvo brillante, sacudiéndolos.

Era la primera vez que lo veía ataviado con un equipo mas relajado, según la tradición bushi. Una tela del color amanecer oscuro, no demasiado gorda y cruzada sobre el pecho. Sin embargo no dejo su Zahntiger, la llevaba en la cintura sujetada por el cinturón negro. Unas botas abiertas de paseo completaban su equipo.

A pesar de todo, el Coronel Mayor, Klaus Stark no infundaba ni un ápice menos de respeto, quizás aún más, ya que podía verse lo humano que quedaba en él. Un antebrazo regenerado y una pierna totalmente sintetizada.

Supongo que pronto, en algún descuido yo también perdería alguna parte de mi, una mano, un ojo, un brazo o quizás una pierna. Era ley de vida si eras un Trapi, lo contrario significaba acabar muerto.

-Siento relajación, los pensamientos fluyen, reflexión, certeza, nada de tensión. -encendió el dosificador e inhaló el vapor púrpura en el que se había convertido el polvo.

-Bien, esa es la idea. Mañana te enfrentarás a la peor prueba, la única que decidirá si tu destino es estar entre nosotros. Tú Primera Orden. - sus ojos azules me escrutaron, buscando algún signo de debilidad, quizás pánico, pero no tenia miedo, fuera lo que fuera, lo haría, o moriría en el intento. Jamás me echaría atrás- Pareces decidido, ¿no te da miedo la muerte?

-Prefiero morir a fracasar, Meister. La vida no tiene demasiado valor si uno no cumple su destino.

-Primero debes aprender sobre la vida, después, ya conocerás la muerte. -me paso el dosificador burburjeante purpúrea y me he indicó que inhalara. No hacia falta que me lo ordenara. Fuera lo que fuera era un honor compartir esa misteriosa sustancia con la leyenda, Klaus Stark, el ensordecedor.

-No conozco esta sustancia Meister, ¿...es Divinorium?

-En otros tiempos se le llamaba semillas de jaguar, dejó de existir hace tiempo pero, esta recreación consigue sus mismos efectos. -volví a pasarle el dosificador y solté el vapor morado.

-¿Cual es su función, Coronel? -Klaus Stark hizo un gesto como presentando todo el paisaje con su brazo.

-Que abras los ojos, joven Schneider.

Estuvimos un rato en silencio admirando las maravillosas vistas. Sentía pureza y esa palabra no significaba mucho para mi si no se refería al h2o, drogas o aire. Un silencio profundo después, Stark volvió a hablar.

-¿Qué sabes de las nanoalmas?

-Sé, que de alguna forma, las necesitamos para vivir.

-Mira a tu alrededor. Todo, esta lleno de nanoalmas. No es tan fácil verlas. Pero están ahí. Formando parte del todo.

Primera OrdenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora