"En la antigüedad se hablaba del otro lado, del más allá, también conocido como Koete o Druben según las antiguas lenguas madres. Pero con el tiempo ese significado derivó a los confines desconocidos del mundo, los lugares inexplorados donde antaño sucedieron cosas, cosas que ahora ignoramos."
Registros de la Vieja Guardia, fragmento del tomo 2 según la traducción del Gaido Freiheit.
El vasto terreno se expandía más allá del horizonte, más allá de nuestras vistas, mucho más lejos de donde viene el viento fresco, mas lejos incluso, de donde llegaba nuestras visiones expandidas. Stark se cubrió al levantarse una ventisca de polvo, su pelo cobrizo quedo lleno de polvo, que al siguiente soplo de aire, sacudió sin más.
— ¿Lo hueles joven Schneider?—Stark miraba al infinito, donde acaba la línea de lo que llamamos Druben.
— ¿El que Coronel?
—La Guerra.
—Solo huelo el polvo, Meister.
—No estás oliendo bien, chico.
Stark señalo el vasto terreno y dejo escapar una plegaria, no pude escuchar lo que susurro pero me pareció escuchar la palabra leyendas.
Después de un silencio, habló.
—Krieger Schneider, aquí yacen los grandes kriegers de la antigüedad, esto es el mundo antiguo, pero como ves ya no queda nada de él, algunas de las batallas más grandes ocurrieron cerca de aquí, hace miles de años.
—Nunca me había acercado ni siquiera a los límites, antes del más allá.
—Ni lo harás joven Schneider.
—Nunca me había preguntado siquiera que podría haber.
—La ciudad es inmensa, un hombre podría morir sin haberla recorrido jamás de punta a punta. Así que no hacerse ciertas preguntas, es quizás más natural que hacerlas.
Gire sobre mí mismo y vi la monstruosidad de NeoDeltoya como si la viera por vez primera, como si todo mi mundo, fuera algo vasto y desconocido, incluso amenazante. Cúpulas y megaestructuras, megaformas y luces y eones de todo tipo, formas y colores que podían hacer que olvidaras el resto, todo quedaba por encima de esa gran pared que llamábamos los limites. No parecía que esa gran pared pudiera hacer algo para proteger la cuidad de alguna amenaza exterior. La vastedad de la ciudad había sobrepasado con creces el recinto que la rodeaba. Una inmensidad y otra contrastaban frente a frente, la absoluta nada, y la megaciudad que parecía infinita. ¿Pero que peligros podían venir de la vacío infinito?
Note la mano de Klaus Stark en mi hombro, me había perdido en la visualización de la nada absoluta con mi visión aumentada.
― ¿Y qué crees hay en el más allá, cadete?―dijo.
—Nada, absolutamente nada.
Stark rio y luego me dijo:
—Aquí tuvo lugar la guerra de Illios, donde el krieger mas legendario de todos los tiempos perdió la vida, y muchas vidas y mundos después aún da nombre al punto débil de un enemigo.
― ¿Y quién es esa leyenda tan antigua de la que jamás he escuchado hablar?
—Oh, ya nadie recuerda su nombre, pero eso no importa, recordamos que existió y sus hazañas. Dicen que era rápido como si sus pies volaran, manejaba su espada como si fuera ágil como una pluma, y era capaz de enfrentarse a otros kriegers por centenares, hay quien dice que era invencible con un único punto débil, su talón. Hay quien dice que el talón de Achilles, pero no tenemos ningún dato certero de que ese fuera su nombre.
― ¿Entonces que sentido tiene? No es una leyenda, nadie le recuerda.
― ¿Eso crees? Estoy hablando de mucho antes de que existiera la primera protoespada.
― ¿Antes de la primera protoespada?
—Eso es el principio de los tiempos, muchos miles de años antes de que el emperador y la emperatriz se unieran unificando el mundo, ¡vamos Schneider! No seas tan iracundo, si hueles con atención, quizás consigas ver mucho más de lo que ves ahora.
¿Me estaba jodiendo? Meister no era precisamente alguien bromista, era afable, incluso amigable pero siempre con una seriedad latente en todas y cada una de sus palabras.
Solo había arena, y por más que aumentara mi visión, seguía habiendo arena, arena y polvo hasta el infinito.
Nada más.
—Meister, si esta burlándose de mí, deje de hacerlo.
—La guerra se acerca Schneider, y cuando llegue, y huelas el olor que desprende, entenderás lo que digo.
— ¿Y cuándo comenzará?
—Tendrás que perder tus ojos antes, descubrir quién eres, ver un mundo nuevo que desconocías, falta un buen rato para todo esto, krieger Schneider.
― ¿Puedes ver el futuro, Meister?
—No es exactamente eso, es como si las nanoalmas susurraran, cuando empiezas a verlas, te muestran muchas cosas, las que sucederán no son más que una de las muchas.
—Entonces es posible presentir el futuro.
—Presentir es una buena forma de llamarlo.
—Perderé mis ojos...descubriré quien soy, un mundo que desconozco, suena muy interesante. ¿Y cuando seré una leyenda como Klaus Stark el ensordecedor, Meister?―y clave mis ojos en los suyos con orgullo y algo de chulería.
—No soy vidente, si quieres que te vendan historias, y te estafen puntos neurológicos, podemos ir al sector nueve.
― ¿No hay nada de eso en tu profecía, Coronel?
—Tendrás tu momento pero no puedo saber más, pronto, tu también podrás ver.
—Por eso estamos aquí, Meister.
—Así es.
El Coronel Mayor salto el muro y empezó a descender por los residuos, y las antiguas ruinas de lo que fuera que hubiera antes. Cuando se acerco a los límites una ventisca de polvo difumino su figura, sonaron unas alarmas, al parecer, todo esto no era parte de mi instrucción oficial.
Los límites empezaron a moverse, encerrando el perímetro sobre si mismo, el calor era distinto a cualquier cosa que yo conociera, y el olor a polvo y arena, pronto, se convirtió en otra cosa.
Me apresure a atrapar a Klaus Stark entre la nebulosa de polvo y viento. Lo que fuera que hubiera en Koete, Druben o como lo llamaban, Más Allá, estaba más allá del horizonte.
Pronto iba a averiguarlo con mis propios ojos.
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Primera Orden
Ciencia FicciónPortada por @thedemonsdynasty Gif por @BlasfemiaBohemia ¿Puede amar alguien que ha perdido su humanidad? Cuando has escalado en la corporación de guerreros TrapiGuard a base de sangre debes dejar atrás empatía y sentimientos, solo cumplir órdenes...