La Sargento Krüger blandió su espada cuántica con las nanoalmas quemando el aire, el espacio era reducido.
Asesté el mandoble cargando todo el campo cuántico sobre ella, las espadas chocaron y mi piel empezó a sentir el calor. Un calor que quemaba y ardía, ella intento otro golpe medio que conseguí bloquear girando la Blitz hacía el suelo. Aproveche el movimiento de muñecas para girar sobre mi mismo y atacar en la parte que tenia descubierta, sus piernas. Krüger esquivo con un rápido salto hacía detrás. Movió su Rache de forma armoniosa dibujando un circulo en el aire y volvió a la formación de ataque clásica. Se detuvo a admirar el resto de peleas al lado nuestro.Katsuragi y Rei seguían peleando, como dos bailarinas, que se escabullen de unos acompañantes poco cortéses. Ágiles en esquivar y aprovechar cualquier movimiento inútil del enemigo.
Rei clavó su daga en la pierna de uno de los agentes y la sangre salió a borbotones, luego corto el tendón y el agento cayó al suelo, incapaz de tenerse en pie. Soltando alguna maldición de forma gutural.
La Mayor Katsuragi había cortado en varias partes los cuerpos de los agentes de la ACOC, sin embargo no había dado un golpe certero ni definitivo. Era extraño en ella, aunque experimentados, no debían suponer un gran peligro para una experta en el manejo de las dagas.
Entonces ví su corte en la pierna, y la dirección constante de su atención:
Rei.
Katsuragi estaba pendiente de que Rei no sufriera el menor rasguño. Y eso la había distraído de blandir golpes definitivos.El aire se había enrarecido y calentado a causa de nuestras armas.
Las megaestructuras eran testigos, como siempre, de nuestros actos. Sin juzgarlos pero siendo forzados a ver nuestras glorias y tragedias.La viuda negra observaba con agrado el espectáculo de esas dos mujeres.
Rei había herido al otro enemigo con una puñalada profunda.
Katsuragi giró sobre si misma en el aire y atacó de una sola estocada a los dos Kriegers, bloquearon su ataque por poco.Krüger parecía satisfecha, como si quisiera ver morir a sus propios hombres.
Su Rache era del mismo tipo que la Blitz, un mandoble un poco mas pequeño que una Zahntiger. Diseñada para ser blandida casi como un sable, evitaba el peso de los mandobles clásicos para ganar ligereza y velocidad, pero sin perder potencia como ocurre con los sables.Antonia Krüger me miraba con sus ojos lilas. Unos ojos tan bellos como artificiales.
Habría elegido ella misma ese color.
Seguramente al dañarse los originales en alguna batalla.
Sonreía y retiro el resto del velo que cubría su cabeza, dejando relucir una magnífica cabellera pelirroja, que onduló levemente con la brisa nocturna.- Sargento Schneider, en verdad eres un joven apuesto. Y siempre tan serio y entregado a la causa de la TP. La leyenda emergente, Schneider, el que corta.
- Sargento Krüger, había creído entender que las palabras sobraban entre nosotros.
Agarré fuerte el mango de la Blitz, busqué un poco más de equilibrio en la posición de mis piernas.
Era una mujer muy atractiva, experimentada en combate, poco más joven que Meister o Akira Asano.- Realmente te le pareces. - jugueteó moviendo la espada. - Luchamos mano a mano en la última guerra con tu maestro. Klaus Stark, el ensordecedor.
Guerra psicológica.
Desconcertar al objetivo.
Distraerle con algún tipo de lazo afectivo.
Parecía saber mas de mi, que yo de ella.-- Nunca me hablo de ti. - Mentí, hablo de ella en varias ocasiones, aunque solo se refirió a ella como gran guerrera y estratega. ¿Parecerme al Coronel Mayor?
No pude evitar sonreír aún con más orgullo y prepotencia.- Querido, ¿desde cuando habla Klaus Stark sobre sus mujeres?
- ¿Sus? -- Parece que le había dado por hablar. De todas formas no iba a caer en sus artimañas.
- Bueno, si alguien te a contado sobre la guerra. No sabíamos nunca si alcanzaríamos a ver un nuevo día. Así que durante las cortas noches, dábamos rienda suelta a nuestras pasiones.
Sugirió una especie de coqueteo con su expresión. Y prosiguió la charla:
- Nacieron muchos bastardos que la TP adoptó en sus filas. - Me miró de arriba a abajo sin pudor. -Yo misma podría ser tu madre.
Engaños y falacias para debilitar mi equilibrio mental, la estrategia pura y dura de un cuerpo a cuerpo, aplicable a las grandes batallas. Desestabilizar y confundir la tropa.
- ¿Me estas diciendo, Sargento Krüger, que diste a luz después de la guerra?
- Así es Schneider, ¿Puedes asegurar quienes son tus padres? ¿Estas seguro que tus recuerdos, tu identidad, no ha sido programada por la TP?
Más mentiras y engaños. Debía actuar y cortar la estrategia psicológica. Era para volverse loco. ¿Quien podía asegurar que sus recuerdos eran reales en estos tiempos? Cualquiera podía diseñar un pasado, hackear una mente, programar una conducta.
De echo, Krüger tenia razón en algo. Programar con el entrenamiento intensivo nuestras mentes y conducta, era lo que hacía la TP.- De todas formas Sargento Krüger, ya poco importa todo esto. Tu objetivo es totalmente contrario al mío.
- Es una auténtica pena joven leyenda Schneider. - Alzó su espada. - Se acercan tiempos en que necesitaremos héroes, pero los héroes, siempre son los primeros en morir.
- Es una pena si, pero el pasado debe dejar paso al futuro. - Agarré con fuerza el pomo y con un movimiento de muñecas puse la Blitz por encima de mi cabeza y acumulé las nanoalmas.
De reojo pude ver que Katsuragi y Rei habían acabado al mismo tiempo con sus oponentes. En un solo movimiento y acumulando energía cuántica, la daga Saito atravesó el cuello de los dos, cortándoles la cabeza. Y estas rodaron con un pequeño rastro de sangre a los pies de la Mayor. Los cuerpos permanecieron unos nanosegundos de pie para caer inanimados.
Rei había clavado el mango de la daga en la frente, acumuló nanoalmas y con otro rápido movimiento acuchilló varias veces su torso, su contrincante se desplomo al instante.Ahora me tocaba lidiar a mi con mi enemiga.
Ambos saltamos el uno hacia el otro. Le di una estocada con la punta y se zafó por poco, dio un tajo que desvíe a tiempo, hiriéndome el hombro.
Un corte profundo, la ropa estaba caliente y húmeda por la sangre.
Con fuerza intente esgrimir para agujerear el torso de Krüger, esquivó, recibiendo un leve corte en la cara.Iba a darme su corte en vertical cuando algo desgarró su torso, pudo girarse escupiendo sangre en grandes cantidades y susurró: -Herr... mm... aaah...no...tu. - partiéndola en dos antes de que pudiera acabar.
Una espada la había agujereado por la espalda y acto seguido había cortado con fuerza hacía arriba, desgarrando la carne por completo. La sangre me salpicó el rostro y pude ver como el cuerpo destrozado de Krüger yacía sin vida, sus nanoalmas se concentraban en la espada cuántica que la había matado a traición.
- ¡Tebas a matado a Krüger! -exclamó Katsuragi.
- ¡Schneider cuidado! - gritó Rei.
Entonces lo ví.
Delante mío.
Tebas.
Krieger de la Vieja Guardia, y discípulo de Kazuya Nairobi.
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Primera Orden
Ficção CientíficaPortada por @thedemonsdynasty Gif por @BlasfemiaBohemia ¿Puede amar alguien que ha perdido su humanidad? Cuando has escalado en la corporación de guerreros TrapiGuard a base de sangre debes dejar atrás empatía y sentimientos, solo cumplir órdenes...