Primera Orden

2.Batalla Atrincherada (Apertura)

Dentro de la nave los kriegers repasaban su equipo, dosis suficientes de tetramet, el micro kit de sutura, las dosis alimento sintético, dagas cuánticas para el combate a corta distancia, vigilar el nivel de puntos neurológicos para tomar buenas decisiones, el uniforma de combate bien ajustado y que permitiera total libertad de movimientos, las botas, las hombreras de neoacero y aleación de unobtanium, y por supuesto, y lo más importante: el núcleo de sus espadas cuánticas. Iban a pasar varias jornadas con el equipo puesto, aunque el momento decisivo tendría lugar con el asalto. La entrada directa al campo de batalla.

─¡Klaus Stark! ─gritó severamente el General Sugawara─ Has tenido suerte de llegar a tiempo, de lo contrario te hubieras quedado en tierra.

─¡Lo siento General! Mis disculpas ─dijo el joven cuadrándose como mandaba el protocolo Bushi.

─Bien. Espero que en la batalla de hoy seas igual de rápido en destruir el frente ─El General se giró pero a Klaus le pareció ver un atisbo de sonrisa en su expresión.

Cinco naves de asalto se dirigían al campo de batalla a las afueras de la ciudad, con cerca de cincuenta mil kriegers de la Vieja Guardua, la mayoría jóvenes que se habían formado poco antes de la guerra, por eso la mayoría a pesar de destacar no ostentaban ningún titulo más allá de su catalogación genética como Krieger. La mayoría eran Alfas, kriegers que por linaje y sus aptitudes naturales, habían nacido para la guerra.

La Batalla de los Limites, como fue nombrada por tener lugar en los limites de NeoDeltoya, a las afueras de la ciudad, fue renombrada más tarde, debido a la encarnizada lucha que estaba teniendo lugar.

El General repasaba junto al Coronel Mayor Süskind la situación actual de la lucha. Sus respectivos Zweibeste* en la holovisualización, hacían lo mismo, donde se veían los cálculos en directo de las bajas y movimientos de los batallones en acción. Los kriegers miraban las imágenes que mostraban la pantalla, podían reconocer a algunos compañeros durante nanosegundos, pero el caos empañaba unas imágenes de carne, energía cuántica reventando cuerpos y nanoalmas que pasaban de una espada cuántica a otra, era difícil saber por las imágenes si las bajas eran de uno u otro bando, sangre, vísceras, miembros amputados y cuerpos moviéndose tan rápido como lo permitía un espacio abierto lleno de guerreros intentando acabar los unos contra los otros.

─¡Kriegers! Esto es lo que nos espera ─gritó el Coronel Mayor Süskind─ La Muramasa y sus metacorporaciones aliadas tomaron posiciones mucho antes que nosotros con el objetivo de controlar las ubicaciones más altas, pero olvidaron algo, La Vieja Guardia no ataca como un gran ejercito sino con escuadrones de pocos hombres, más rápidos y con una movilidad difícil de predecir para sus estrategas. Los flancos exteriores están casi cubiertos, ahí se dirigirán las naves de los batallones 35, 88, 140, la nuestra y la 77 irán directas donde esta teniendo lugar la lucha más encarnizada, para eso estamos aquí, nosotros vamos a dar fin a esta batalla, matar a cuantos más enemigos mejor, acumulad nanoalmas y abrid espacio para dispersar al enemigo ─el general carraspeo y tomo la palabra.

─Lo que quiere decir el Coronel Mayor Süskind es que la ubicación donde nos introduciremos con un agresivo ataque es ahora mismo una masa de kriegers de uno y otro bando, donde es difícil discernir de donde viene un ataque y de quien, tanto ellos como los nuestros están sitiados entre la multitud de cuerpos luchando por sobrevivir. Deberemos mantener la cohesión desde el centro donde atacaremos e ir abriendo espacios hasta crear una extensión donde poder movernos con algo de agilidad, y poder atacar de forma más amplia, debemos conseguir poder movernos en un radio que nos permita atacar con libertad a cualquier enemigo que se acerque, recordad de mantener bloqueado el espacio que vayáis ganando a tosa costa ─señalo los maniobras buscadas en el mapa cuatrodiminesional que se abrió sobre su cabeza para que todos pudieran verlo─