"Prólogo"

64 5 7
                                    

Es curioso contar mi vida. Darme cuenta de como inició todo esto. Empieza cuando me entero de ese secreto que guardaban mis padres, el cual me enteré por accidente y que hizo que mi vida cambiara por completo.

Acababa de llegar de la escuela, siempre tengo la misma rutina: Levantarme, ir a la escuela, volver a casa, encerrarme en mi habitación, y así, cómo si fuera un ciclo. La cuestión es que no debía de enterarme así, supongo que algún día me lo iban a decir. Para ese entonces tenía sólo 9 años...


-Ya no podemos seguir ocultándoselo, nuestra hija debe saber todo... -dijo mi padre con seguridad, pero por su tono de voz se notaba que había preocupación de por medio.

-Es muy pequeña aún, no va a entender nada, ella es nuestro tesoro y no quiero que la perdamos, no quiero perder otra hija... -dijo mi madre sollozando ¿Perdieron una hija? ¿Se refieren a mí? No estoy entendiendo nada.

-No la vamos a perder... Selene es muy madura y entenderá, cariño. -dijo mi padre abrazando a mi madre. O sea, que si se refieren a mi.

-Es que Reynaldo ¡Por Dios! ¿Cómo le vamos a decir que no es nuestra hija? -dijo mi madre en tono de desesperación.

Quedé en shock, esa frase que dijo mi madre quedó en mi cabeza como un eco "No es nuestra hija" ¿Cómo puede ser? O sea nunca me imaginé que las personas que más admiro me hayan mentido. Tantas preguntas abordan mi cabeza... ¿Quiénes son mis padres? ¿Cómo llegué a esta casa? ¿Por qué no me lo dijeron? ¿Cuándo pensaban decírmelo?

Ya no sé qué pensar...

-Lucía cálmate... Así me haces más difíciles las cosas, amor -dijo mi padre más preocupado aún.

-¡¿Cómo quieres que me calme?! Tengo miedo, miedo de que todo lo que hemos hecho por ella no haya servido y que luego nos odie, ¡Por amor a Dios, Reynaldo! ¡Deja todo así, cuando tenga la edad suficiente le decimos y ya!

-Te entiendo cariño, pero entiende que si le decimos más tarde será peor.

-No le diremos nada. -dijo mi madre con los brazos cruzados. O sea que quiere ocultármelo, pues no... Entré a la habitación dejando sorprendidos a "mis padres". Ambos quedaron sorprendidos por mi repentina aparición.

-Quiero saber todo.

-¿De qué estás hablando? -dijo mi madre un poco ansiosa. Mi padre sólo nos miraba en silencio.

-Sabes de que hablo... Los escuché, escuché todo.-permanecian callados -¡Quiero saberlo todo!

-¿Vas a hablar o prefieres que yo lo haga? -le preguntó mi padre a mi madre con esa tranquilidad que siempre lo ha caracterizado.

Mi madre suspiró.

-Hija... -habló mi papá. -La verdad es que no eres nuestra hija de sangre. -En realidad somos tus tíos, ya que eres hija de la hermana de Lucía y de Anthony Santos o como lo conoces: Romeo Santos -dijo mi padre.

-¿Qué, qué? -me mareé de la impresión. -mi mamá se asustó y ambos me ayudaron a sentarme.

-La verdad es que tu padre era joven cuando supo que venías en camino, por lo que desapareció de la vida de tu madre y como ella también era joven le sugerimos hacernos cargo. Con el dolor de su alma ella aceptó. Luego de dos o 3 años, tu papá apareció de nuevo y comenzó a ayudar para tu crianza, buscaba compensar el que no estuvo cerca en tu vida. Tú mamá ya no quería saber nada de él, y decidió que lo mejor era que todo se quedara como estaba, para que no sufrieras.

-Es demasiada información para un sólo día. -dije abrumada.

-Lo sé... Pero era mejor que supieras todo... -dijo mi padre acariciando mi cabello que en ese entonces era castaño y largo.

-Mamá, ¿A qué te referías con que "No querías perder otra hija"? -dije. Mi madre me mira y luego a mi padre. -No se queden callados... No me oculten más cosas, por favor.

-Cuando éramos muy jóvenes... Lucía, quedó embarazada. Sería una hermosa niña, la cual llamamos Elene. Elene al llegar a la adolescencia, era intrépida, aventurera, extrovertida... Quería comerse al mundo, eso me asustaba por la cantidad de malas personas que hay ahí afuera, no quería que en una de esas, por lo ingenua que era, alguien me dañara mi hermosa flor -decía mi padre con un tono melancólico en su voz -Asi que le prohibí que saliera, pensé que era lo mejor para que ella no saliera lastimada por cualquier desilusión que le causara la cruda realidad... Discutimos, ella se encerró en su cuarto y esa fue la última vez que la vimos.

-Tomó su mochila -ésta vez habló mi madre -Una parte de su ropa, unos ahorros que tenía en una alcancía, era bastante dinero, porque llevaba mucho tiempo ahorrando; algo de comer y se marchó sin nosotros darnos cuenta... Duramos varios meses buscándola, pero fue inútil, desapareció y no dejó rastro. Las autoridades terminaron las búsquedas ya que eran en vano, parecía como si se la hubiera tragado la tierra -dijo mi madre con los ojos cristalizados. -Queremos pensar que no le pasó nada, aún tenemos la esperanza de que aparezca algún día.

-Cuando Elene se escapó tenías 4 años. En ese entonces ella tenía 14 años. No te acuerdas de ella porque estabas muy pequeña.

-Vaya... Llegué a compartir con ella. -dije para mí. -O sea que como tengo 9 años, ella tendría que tener 19 años...

-Si -dijo mi madre.

-Entonces... ¿Ella tiene 5 años desaparecida?

-Si -dijo mi padre nostálgico. -permanecí callada. No sé que decir, ni que hacer con esta información, mis padres no me quieren, pero al menos mis padres adoptivos si lo hacen, me siento bastante mal porque nada es como yo creía, eso duele.

-Me gustaría conocer a mis papás, ¿Creen que ellos quieran?

-Hablaremos con ellos, pero estoy seguro de que quieren hacerlo. Están más cerca de lo que crees y pienso que estarían encantados de hablar contigo. -dice papá mientras abraza a mi mamá. -Esperamos de todo corazón hija que entiendas que no te dijimos la verdad porque queríamos protegerte.

-Si, entiendo. -mentiras, me siento súper mal. - ¿Legalmente soy hija de ustedes?

-Si, pues tu madre no quería que hubiera ninguna complicación con tu crianza por temas legales así que legalmente tienes mi apellido -dijo mi padre.

-Bueno -dije un poco desconcertada. -¿Me puedo retirar por favor? Me gustaría estar sola.

Ellos se miraron un poco preocupados, pero no dijeron nada y me retiré a mi habitación.

Así fue cómo me enteré que era adoptada. Desde ese día, me volví muy desconfiada de las personas porque si mis padres me mintieron, que son las personas más correctas que conozco ¿Imaginen las demás personas del mundo y de mi alrededor? Ya desde ese día me cuesta confiar en las personas, me guardo mis sentimientos, a veces le hablo a mis plantas, son las únicas que no me dirán mentiras, no me van a juzgar y tampoco dirán lo que les cuento.




***

Aprendiendo A Amar ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora