Hacked

Cap X: Lío

Medio día del último día hábil, viernes 17 de marzo. Los alumnos salían en masa de las puertas de la facultad, y entre ellos también estaban Peridot y Lapis, rodeadas por el resto de su ''grupo'', se despidieron con un abrazo y ambas sentían como su vínculo se estrechaba, lo que las llenaba de satisfacción, aunque Peridot parecía mucho más feliz con el tema, la culpa seguía ahí, fastidiándola y muchas veces causándole graves dolores de cabeza e insomnio, por lo que se le hacía urgente ayudar a la morena.

Lapis había pasado al centro comercial de la ciudad para poder comprarle un regalo a aquella rubia, lo que más la convenció fue un telescopio que traía como regalo un peluche de un extraterrestre y un libro de astrología y astronomía, sin duda era un regalo costoso, pero sentía que lo valía, además sus padres le exigían generosidad cuando debía regalar algo, así dejaba bien puesta a la familia, que un regalo barato viniese de una familia tan poderosa los hacía ver como si fuesen unos tacaños intentando ahorrar. Después pasó a comprarse ropa nueva para poder ir, quizás un poco innecesario, pero necesitaba cuidar su reputación, por lo que le habían informado, al menos 60 personas irían, se habían encargado de hacerlo masivo, al parecer, pero estaba casi segura que a Peridot le terminaría incomodando eso.

Se hacía tarde y la hora de comienzo se acercaba más, Peridot esperaba un poco ansiosa en su casa la llegada de las otras cinco. Cada vez más ansiosa, pero empezaba a notar que el tiempo pasaba y ni una señal de presencia, sus padres eran buenos fingiendo que no sabían nada, Peridot llamaba muchas veces a Perla, pero esta nunca contestó.

El llamado de la puerta alertó a la baja y fue corriendo a abrirla, Amatista la saludó dándole un gran abrazo, luego le tapó los ojos y con desesperación la rubia intentaba librarse hasta que la sentaron en un auto, pidió respuestas todo el camino, su insistencia no cesó hasta bajarse y sentir un poco de música, luego un gran silencio aunque podían escucharse cuchicheos en el fondo, abrieron ambas puertas y Peridot pudo ver otra vez. Una multitud gritó Feliz cumpleaños, Peridot entró en un pánico, incluso si tenía una sonrisa en la cara, la gente se apartaba para que ella pasase al escenario, dónde había una banda muy conocida en la región.

– ¡Y esta es Peridot! ¡Un gran aplauso a nuestra cumpleañera! ¿Algunas palabras? – Peridot en un estado de shock se acomodó el cabello y con la frente alta pronunció unas palabras dignas de ser grabadas en la historia.

– Gracias – obviamente lo anterior fue sarcasmo, el desánimo y el nervio con el que lo dijo provocó un silencio entre todos los asistentes, hasta que una imprudente persona de la multitud gritó ''¡Te amo Peridoto!'', parecía ebrio. La música empezó a sonar nuevamente y Peridot se dirigió a un lugar no muy lleno, al lado de un mesa llena de regalos, miró con impresión cómo la mesa estaba repleta incluso si no muchos la conocían.

– Es Peridot, imbécil. – gruñó mientras se tomaba la cabeza con ambas manos. Dirigió su atención a un grupo de personas que saludaban a alguien que acababa de llegar, al parecer una chica, porque los hombres hacían gesticulaciones con las manos o con los ojos, otros, más educados, retomaban la postura dando la buena cara. Esta habló con un guardia y le indicó la mesa con los regalos, el obsequio que traía la joven era realmente grande.

Peridot miraba con atención intentando reconocerla, esta dejaba con dificultad el regalo sobre la mesa y la miró a los ojos, Peridot sonrió, podría reconocer esos ojos siempre, ahora se sentía tan distraída por no haber relacionado el cabello azul. Corrió a abrazarla, y esta lo recibió con gran cariño.

– Feliz cumpleaños, señorita mayor de edad. ¿Qué tal la fiesta? – Peridot rodó los ojos y puso una expresión seria, para luego reír un poco.