~Anahi~
Cuando él avión aterriza en él aeropuerto de Reno, ya me he acordado de porque no visito a menudo a mi madre. Tener que volar 2,720 kilómetros atravesando él país durante seis horas y media no es algo que llame mi atención. Bajo del avión y hago todo el proceso para obtener mi maleta. Mi familia vive en Carson, city y de aquí hasta él hogar en él que crecí, hay media hora en carro.
Cuando recibo mi maleta me dispongo a buscar con la mirada a mi primo, no le encontraba por ningún lado. Quince minutos después ya me estaba haciendo la idea de que se le había olvidado. Saque mi celular y llame a mi mamá pero en él segundo timbre siento como me arrancan él celular de mi mano. Preparada para insultar al idiota que tiene mi celular me doy media vuelta, pero mis palabras quedan atrapadas en la garganta cuando veo a Alfonso.
Alfonso: Hola primita querida. ¿Me extrañaste?
Mis palabras seguían sin aparecer, mi cerebro esta fundido. Una cosa era imaginarme que tanto había cambiado desde la última vez que nos vimos y otra cosa es tenerlo en frente. Él estaba vestido con unos vaqueros apretados, una camisa blanca por debajo de su chaqueta negra y sus botas negras. Su pelo negro de lo que recordaba pero siempre con ese estilo tan desordenado que le quedaba endemoniada mente bien, sus ojos color miel que parecían estar examinandome y sus labios que invitaban besar...
«No te vayas por esos pensamientos o vas a empezar mal» Me regaña mi vocecita y decido tomarle la palabra. Sacudo un poco la cabeza para despegarme.
Alfonso: Si no estuviera tan acostumbrado al efecto que causó en las mujeres, estaría sumamente preocupado por tu palidez y falta de palabra. Aun así empieza hacer incómodo, Anahí.
Y tal como lo recordaba, igual de ingerido.
Anahi: Hola.. –mi voz sale débil asi que carraspeo un poco –¿Como estas?
Alfonso: Bien y ¿Tu? Debo decir que luces muy bien. Dejame ayudarte con esto.
Él toma mi maleta y con una mano me indica que lo siga hasta la puerta de la salida. Tomo este momento para serenarme y volver a tomar él control de todo mi cuerpo. Me repito una y otra vez que debo ser fuerte. Alfonso me lleva hasta él que parece su auto, un BMW negro, claro como no. Mete mi maleta y luego abre la puerta del copiloto, lo veo dar la vuelta hasta que entra por la puerta del conductor, él enciende el auto y sube la calefacción, estamos en octubre y las frías brisas de otoño me calan hasta los huesos. Suspiro y ya estoy preparada para seguir con cualquier conversación.
Alfonso: Entonces... –el dice primero después de emprender él camino a casa– ¿Llegaste al orgasmo después de que colgué él teléfono?.
Ok, tal vez no con cualquier conversación. Mis mejillas se tornan rojas y yo lo fulminó con la mirada.
Anahí: Alfonso por favor no empieces–digo en advertencia.
Alfonso: Yo empecé, lo que no hice fue terminar –dijo burlón– Y no me digas Alfonso, di Poncho–me guiño un ojo.
Gruño indignada y enojada.Anahí: Sabes perfectamente a lo que me refiero. Poncho, solo quiero pasar esta semana en paz. ¿ok?
Sus ojos miel se oscurecen por un momento y su rostro se endurecen.
Alfonso: Sabes querida, pensé que en todo este tiempo en él que hemos estado alejados te había servido para entender que es lo que realmente quieres, veo que me equivoque. Pero no te preocupes, eso hace de todo esto mas interesante.
Anahí: Poncho, no existe un "esto". Sigo manteniendo lo que siempre he pensado, nosotros no debemos hacer nada. Somos primos.
Alfonso: Él que no debamos no quita él que podamos, Anahí.
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• Los juegos de mi PRIMO • © COMPLETA.
De Todohot 🔥 (+18) [Aclaración: Esta historia no es mía todos los derechos quedan reservado a la autora Nanita ]