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Por la tarde tenía academia, de física y química, mi madre me apuntó para asegurarse de que no vuelva a ver a Matt.

Comencé a caminar y a medio camino noté como un coche va lento tras de mi. Y me paré para ver quien era. Para mi sorpresa, no era agradable.

–¿Le llevo a algún sitio señorita?
–Solo te pedí un favor Matt. Que me dejases en paz, ¿puedes hacerlo?
–Em...no, no puedo. Sube anda, aqui no está Sonia para espiarte –dijo con cara pícara.
–¿Lo sabes? ¿Cómo?
–Venga ya, habló conmigo para decirme que parase de estar contigo en el recreo.
–Ah...y a ti lo único que se te ocurre es seguir haciéndolo, ¿no? Tengo clase de física y química, me voy, adiós.
–¿Ya me has sustituido no? Venga anda, sabes que te enteras mejor conmigo, sube.

Pasaba de discutir, me daba igual todo, asique subí y ya esta.

–¿Me vas a contar qué te pasa? –dijo sin quitar la vista de la carretera.
–¿Me vas a contar porqué no quieres que te llame 'usted'?

Paró en seco. Y bajó la mirada.

–Son cosas personales, Natalia.
–Y lo mío también, creí que confiabas en mi.

Me miró con ojos tristes y comenzó a hablar.

–Hace tiempo, hice unas prácticas para ser socorrista, y había un chaval, Miguel. Yo era demasiado serio, y no quería tener confianza con nadie, asique obligaba a todos a que cuando me hablasen me dijeran 'usted' y no 'Matt'. Ese chico tenía cáncer, pero le encantaba nadar. Comencé a cogerle mucho cariño pero jamás le dejé llamarme 'Matt'... Un día, por la mañana, oí a alguien gritar: 'eh usted, sacame de aquí porfavor '.  Lo oí a lo lejos asique...no sabía qué era a mi. Más tarde me paseé por toda la piscina y lo vi. –Al decir esto comenzó a llorar poco a poco– Miguel estaba tirado en el borde de la piscina, asfixiandose. Y supe que me gritaba a mi. Pero como dijo 'usted' y no 'Javi' no me di por aludido. No volví a ser socorrista jamás... Fin.
–Joder, no...no se que decir...no me imaginaba esto...pero tienes que olvidar ¿sabes? Todos cometemos errores...

No respondió. Volvió a empezar a conducir.

–Yo...profesor, Matt, perdón...
–No digas nada, ha sido mi culpa, jamás debí haberme hecho amigo de una alumna. –¿Amigo?...tu eres mi...¿amigo? –dije obligandole a parar.
–Eso pensaba yo, pero los dos no tenemos la misma opinión por lo que se ve y...

No le dejé acabar. Lo abracé. Lo necesitaba. Él y yo. Lo necesitabamos. Y él no se echó hacia atrás.

–¿Mañana....?–No me dejó acabar.
–En el departamento – susurró a varios milímetros de mi oreja, lo que consiguió que me pusiera nerviosa.

Me separé lentamente, y me bajé del coche.
Él bajó la ventanilla para poder oirme.

–Gracias por esta clase.
–Y además gratis.

Le sonreí y me alejé poco a poco.

Después de clase. [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora