Después de clase. [Terminada]

17

Llegué a clase y todas las chicas estaban emocionadísimas, y no entendía porqué, decidí preguntar antes de la clase de Inglés.

–Martina, ¿qué ha pasado?
–¡¿No lo sabes?! ¡Hay una chica en este insti que al parecer está enamoradisima de Matt!! Cris ha encontrado una carta en la que dice de todo, no se, no estoy segura, pero entre los profesores creo que saben que hay una chica así, pero nadie sabe quien es...¿lo sabes tú?

Casi me dio algo, sentí como toda la sangre de mi cuerpo subía a mi cabeza...era yo. Sinquerer se me cayó la carta a la salida seguramente...

–Em...n...n-no. ¿Cómo iba a saberlo? Tengo que irme– tenía que ir a hablar con Matt, que cagada. Si el sabía esto...no volvería a hablarme...–adios, no vendré a inglés 
–¿Tia estas bien?
–Sisi, no te preocupes...

Salí andando rápidamente de la clase, y tras pasar la masa de enanos de primero de eso gritando y corriendo por el pasillo conseguí llegar al departamento.

–Profe...¿podemos hablar?
–Se de qué, aquí no...–y me hizo un gesto para que mirara al otro lado, dónde estaba la jefa del departamento–ahora voy.

Cinco minutos después salió del departamento y me dijo que lo siguiera. Entramos en jefatura de estudios, no había nadie.

–Profesor, ¿has oído rumores de algo o de alguien?
–Si...todos los profesores están al tanto... Si te digo la verdad, tranquila, pero todos piensan que eres tú...

Pensé que era el momento de decírselo, lo tenía preparado, no para ese momento pero estabamos solos, asique que mas da. Se lo iba a decir.

– Profe...yo tengo que decirte algo. Verás yo...
–Se lo que me vas a decir, lo sé.
–¿Lo sabes?–Dije impresionada y a la vez asustada.
–Si Natalia, lo sé. Es obvio que ha sido alguna chica de tu clase u otra o incluso de otro curso, no tendrías que cargar con las culpas...lo siento.

Estaba confusa y molesta. Es decir, también estaba aliviada, pero...¿porqué no podría haber sido yo? ¿Tan increíble era?...

–Em...si, justo eso quería decirte.– forcé una pequeña sonrisa y él me la devolvió. De repente volvió a hacer lo del brazo. Volvió a apoyar su mano en mi piel y yo volví a ponerme nerviosa.
La puerta estaba cerrada y estabamos seguros de que nadie iba a entrar.

–Todo saldrá bien...tranquila.
–¿Y si no es así? ¿Y si llaman a mis padres y se lo cuentan? Es más, ¿y si les leen esa carta? ¿Qué haré yo?

Notó mi preocupación, y mi tristeza. Apartó la mano de mi brazo, y lo sustituyó por un abrazo, un largo y tierno abrazo mientras me susurró:

"yo estaré aquí para defenderte...tranquila...."