¿Qué es una maid?

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Charlie
Ya era de día y me desperté, y al parecer Fifi también. Le di los buenos días y fui a prepararme para ir a la escuela.
Ya estaba listo y antes de irme me despedí de Fifi. Ya en la escuela me reuní con Jeff, mi amigo, le trate de contar lo que me había pasado pero pensó que le quería jugar una broma.
Después de clases lo trate de invitar a mi casa para que lo viera el mismo pero tenía otros asuntos pendientes.
Llegue a mi casa y lo primero que vi fue a Fifi jugando con los cojines de los sillones. Me acerque y observe a Fifi, no sabía si sonreír o enojarme ya que era algo tierno y frustrante a la vez.
-Hola amo- me contesto ella volteando hacia mí.
-¿Amo?
-Perdón. Charlie.
En eso empezó a acomodar los cojines.
-¿Estabas jugando?
-Solo fue un poquito, no estás enojado, ¿cierto?
Me acerque a ella y le acaricie la cabeza. Ella lo tomo muy bien y empezó a ronronear.
Luego fuimos a la cocina y empecé a cocinar. Fifi se convirtió en mi ayudante de cocina.
Hicimos una sopa increíble y algo de filete frito.
Empezamos a comer y Fifi devoro su filete, al parecer tenía mucha hambre. Terminamos de comer e invite a Fifi a salir a tomar un helado. Ella acepto y casi al instante salimos de la casa. Llegamos a la heladería y empezamos a ver los helados.
-Hace mucho que no como uno de estos- dijo Fifi -¿Cuál me recomiendas?-
No supe contestar así que pedí dos de chocolate. Nos sentamos en una mesa y empezamos a comer. Fifi se veía medio curiosa por el helado, empezó a comérselo rápido. Ya sabía lo que iba a pasar y no sabía si advertirle o dejar que continuara. Al final Fifi soltó un grito, se le congelo el cerebro. Yo empecé a reír un poco y cuando me detuve le explique cómo se debía comer. Terminamos y salimos a caminar un rato.
Pasamos a lado de una tienda de ropa.
-Fifi, ¿te parece bien si mañana te compro ropa?
-¿Por?
-Es raro verte vestida con mi ropa, creo que necesitas algo más cómodo.
-Bueno...
Llegamos a casa y dormimos otra vez como la noche anterior.
Era sábado y nos levantamos. Fifi se encargó de hacer el desayuno.
Salimos a la calle y llegamos al centro comercial. Buscamos una tienda de ropa. Cuando la encontramos, Fifi se puso a pasear por los pasillos y yo la seguía, parecía una niñita pequeña.
Ella empezaba a ver la ropa y me preguntaba que si podía llevarse esa prenda, yo le decía que sí.
Al final se llevó tres faldas, dos pantalones, cuatro playeras, un suéter, dos pares de zapatos, dos pares de tenis, cinco bragas y cinco sostenes. De paso le compre un pijama y una toalla para el baño. Cuando ella vio la toalla me pregunto que para que era y le dije que era para cuando la bañara. Se aterro cuando escucho la palabra baño. Después de pagar salimos y llegamos a casa, ella se probó su nueva ropa, y me pidió privacidad. Se podría decir que esa noche dormí en el sillón.
Pasaron algunos días y Fifi usaba su ropa y además hacia unos trabajos del hogar mientras estudiaba, lo cual me ahorraba algunos problemas.

Fifi
Pasaban los días y empezaba a acostumbrarme a ayudar a Charlie aunque no me lo pidiera.
Busque en Internet una forma de compensar lo que Charlie había hecho por mí. Encontré algo, era algo llamado maid, y era como una ayudante en la casa. Yo era perfecta, pero necesitaba un traje y no le quería decir a Charlie.
Busque en la casa y en una caja abandonada encontré mucha tela. Con ella empecé a crearme el mejor traje de maid.
Paso un día y espere a que llegara Charlie. Cuando empezó a abrir la puerta yo me acerque y lo salude.
-Hola amo
-No soy tu amo Fifi... ¿y ese traje?
-Te gusta...
-¿Dónde lo compraste?
-Lo hice con telas negras- me acerque más a él, casi queriéndole dar un beso -¿Entonces sí?
-¿Si qué...?
-¿Puedo ser tu maid?
-¡QUEEEE!
-¡No te voy a cobrar, con que me dejes comer y vivir aquí me doy por pagada!- le dije casi suplicando -¡Por favoooooooooooooor!
-Bien, pero tendremos que poner reglas.
Fuimos a la sala y nos sentamos.
-Primer regla. Tú te encargas de la limpieza y parte de la cocina. Dos. Si es necesario comprar algo, tomas dinero y lo compras, no hace falta avisar. Y tres.... De hecho no se me ocurre nada.
-Solo va a ser eso.
-Creo que sí.
-Y te puedo llamar amo- dije casi con los ojos iluminados.
-Creo que no hay problema.
-Gracia gracias gracias.
Yo ya me iba, pero el amo me detuvo.
-Ya me acorde de la tercer regla.- dijo con un tono aterrador
-¿Y cuál es?- conteste preocupada
-Te tienes que bañar por lo menos una vez a la semana.
-¡ÑYAAAA! No, eso no, no me quiero bañar. No me gusta el agua.
El saco una sonrisa y me acaricio el cabello y las orejas. Luego fue a jugar con sus videojuegos.
Esa noche dormí en el sillón y me quede pensando en el amo. Él era bueno conmigo y no pidió nada a cambio de salvarme la vida. Charlie es muy distinto a varias personas que conozco. Sera que ciento algo por él. No lo creo, solo es mi amo y yo su maid, aparte somos muy distintos. Tal vez sea admiración, no lo sé. Creo que ya es hora de dormir.

Mi neko maidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora