Textos calientes. // Drarry

Same day.

El timbre resonó en toda la casa.
El chico rubio se había quedado de piedra. Maldijo el momento en que decidió colocarse esa ropa y rogó porque la persona que estaba tocando se fuera.
No pensaba abrir la puerta con esa ropa.

Sonó una vez más.
Luego otra.
No se detuvo, así que Draco dio un quejido nervioso.
Se acercó a la perilla y la giró, apenas asomándose cuando la interrupción de un cuerpo se hizo presente, entrando en la casa, cerrando la puerta tras de sí.

Draco estaba paralizado, se sentía avergonzado y estaba totalmente sonrojado. Había cerrado los ojos cuando entró el chico. Tenía miedo de abrirlos.
Pero lo hizo.

—... ¿P-Potter?

Todo su mundo dio vueltas, su respiración se agitó y se sintió mareado repentinamente.
Y por alguna razón intentó escapar hacia su habitación.

No alcanzó ni a moverse cuando un brazo lo jaló, y sintió el golpe de la pared en su espalda, jadeando.
De repente tenía los ojos verdes recorriéndolo de pies a cabeza y estaba jadeando apresuradamente.

—¿Qué... Qué estás haciendo? Basta...
—¿Basta de qué? Aún no hago nada.
—¿Aún?
—¿En serio no reconoces mi voz, Malfoy?

De pronto mordió su labial inferior con fuerza, y negó con la cabeza. No podía ser.

—No... No, aléjate. No puede ser.
—Me llegaron tus fotos.
—Y-yo...
—¿Y esperas que no me aparezca luego de eso?
—. . .

Su rostro ardía, estaba completamente rojo.
La mirada de Harry en su cuerpo le hacía temblar.
No podía creerlo... El chico que siempre había sido su mayor amor, estaba ahí. Acorralándolo.

—Le acerté al traje... Te ves delicioso.
—¿Por... Por qué jamás me lo dijiste?
—Draco, no quería que te alejaras de mí.

Y por alguna razón sus manos se posaron en sus mejillas, y sin pensarlo sus labios estaban conectados.
Harry estaba sorprendido, era obvio, no se esperaba esa reacción.
Pero tampoco dudó. Sus manos se posaron en la cintura del adverso, y Draco no tardó en rodear su cuello.

Una cosa llevó a la otra, y las piernas del rubio pronto se encontraron rodeando las caderas del moreno, con su espalda pegada a la pared y sus lenguas chocando, jugando la una con la otra.

¿Cómo había pasado eso?