Oh, boy.

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Todo se había vuelto loco.

Draco tomó la mano de Harry, para meterlo de golpe dentro de su habitación, cerrándola casi de inmediato.

Con el corazón a punto de salirle del pecho vio como su padre enojado salía del baño, luego de que la puerta se hubiera quedado trancada.

-Esta casa es una porquería. No entiendo que te gusta tanto.

Draco alcanzó a soltar un suspiro, como si hubiera sido la tarea más agotadora de toda su vida, mientras que Lucius sólo seguía con su mirada despectiva a cualquier rincón de aquel lugar que llamaba hogar ahora.

-Bueno, esta porquería - Sus dedos hicieron el gesto de las comillas en la palabra, con un tono más alto, para que se notase a qué se refería. - junto con Pansy, han sido lo único bueno en mi vida hasta ahora. Todo lo demás ha sido una mentira, todo es un juego, nada más me interesa. ¡Es el único lugar al que puedo llamar hogar, y Pansy es la única persona a la que le importo!

-Es hilarante que lo menciones. Tu madre sigue esperanzada en que vuelvas a casa.

-¿Siquiera le importa? Porque en lo que a mí concierne, no se ha aparecido por acá ni una sola vez, ni siquiera se ha dignado a enviarme una carta, algún saludo, nada. ¿Crees que puedes venir y tirar abajo mi esquema, todo lo que aprecio finalmente sólo porque te da la gana? No, no más, padre. Si es que aún puedo llamarte así, claro.

-Draco.

-Y dile a mi madre que si quiere venir, acá estaré, sino, allá ella.


Draco se sentía como en otro mundo, totalmente fuera de sí. Había perdido el temperamento como nunca antes frente a su padre.

Sin embargo esta vez no se sentía avergonzado, ni mediocre, como cada vez que su padre lo miraba a los ojos, esta vez era mejor.

Mejor que él mismo en su pasado, mejor que su padre, finalmente.


¿Se sintió satisfactorio al principio? Sí. ¿Después? No.

No se sintió para nada satisfactorio el tener la mirada fría de su padre sobre él. Incluso se podía decir que prácticamente lo quemaba, ardía su corazón al sentir la repulsión y el rechazo de su propia sangre.


Los pasos de su padre se escucharon huecos sobre el piso hasta la puerta, la cual abrió y cerró suavemente detrás de él.


Draco se hubiera sentido mucho mejor si golpeaba la puerta, si la hacía trizas, pero fue aquel acto calmado el que lo hizo reaccionar como lo hizo.

Comenzó a tirar todo, las lágrimas salían solas y ahí fue cuando Harry supo que debía salir de su escondite.

-¡Draco!


El rubio estaba de espaldas al ajeno, y se quedó completamente quieto al escuchar su voz. Harry se acercó suavemente y cuando estuvo suficientemente cerca, abrazó su cuerpo al suyo.

¿Cómo su simple tacto y aquella voz lo hicieron calmar de aquella manera?

Fue como una simple droga que bajó sus revoluciones al mínimo.

¿Eso era Harry para él?

Ahí se dio cuenta de todo, él era demasiado bueno.

Debía alejarse de él.

Textos calientes. // DrarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora