Capítulo 5

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Me estoy preparando para la cena, la verdad no sé qué ponerme porque no sé donde piensa llevarme. Decido ponerme esto:

No es ni muy elegante ni muy informal, me ha ayudado Carla a elegirlo, no tenía pensado contárselo pero me iba a acabar pillando y yo necesitaba ayuda

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No es ni muy elegante ni muy informal, me ha ayudado Carla a elegirlo, no tenía pensado contárselo pero me iba a acabar pillando y yo necesitaba ayuda. No he sido nunca de las que se preocupan por si los pantalones pegan con el color de la camisa y esas cosas ni siquiera entiendo que hago calentándome la cabeza por como iré vestida a una cena a la que no me apetece nada ir.

— Venga tira para abajo o llegará y todavía no estarás lista — en ese mismo instante llaman al timbre.

— Debe de ser él — digo y me dirijo a la puerta para bajar.

— ¡Ten cuidado con lo que haces! — me grita Carla antes de que yo cierre la puerta.

Bajo por el ascensor ya que las escaleras y los tacones no se llevan bien.

— Estás espectacular — me dice Marco nada más verme.

— Hola. ¿Nos vamos? — es lo único que soy capaz de responder.

Me abre la puerta del copiloto y yo me subo luego la cierra y sube él.

— ¿Puedo saber dónde me llevas? — le pregunto cuando no aguanto más el silencio.

— A un restaurante que hay aquí cerca.

Aparcamos el coche y vamos caminando hacia el restaurante, menos mal que ha aparcado cerca. Un camarero nos lleva a nuestra mesa que al parecer estaba reservada, todo muy pijo.

— Cuéntame algo sobre ti — dice cuando acabamos de pedir la cena.

— Bueno pues soy de Valencia y vine a Madrid a estudiar.

— ¿Qué estudias?  — pregunta.

— Periodismo.

— Yo luego me sacaría el máster de periodismo deportivo, así luego puedes venir y hacerme alguna entrevista después de algún partido — me guiña un ojo, adoro cuando hace eso.

— Más quisieras. Bueno tú serás famoso y eso pero sinceramente no se nada de ti.

— Acabemos primero contigo, solo me has dicho lo que estudias.

— Tengo un hermano mayor — no sé qué contarle.

— Yo también. ¿Tienes novio?

— Marco si tuviera novio no estaría aquí.

— Si tú lo dices... ¿Y tus padres están de acuerdo con que hayas venido a Madrid?

— Sí, de no ser por ellos yo no estaría aquí, en principio no quería irme. ¿Y los tuyos? ¿Qué les parece que seas futbolista?

— Mi madre falleció cuando yo tenía quince años,  mi padre y mi hermano están siempre conmigo y mi madre me apoyó mucho, llevo desde pequeño jugando.

— Yo... Lo siento mucho — siempre la tengo que cagar yo.

— Podrías venir algún día a vernos entrenar.

— Me temo que como no me cambien el horario en la universidad va a ser imposible. Acabo en junio y tengo entendido que la liga acaba a finales de mayo y luego viajáis a Cardiff para la Champions.

— Antes de irnos, que no nos vamos enseguida. Pues para no saber de fútbol estás muy enterada.

— Vivo con una madridista hasta la muerte que se muere por Isco, no para de hablarme de fútbol y para tú información sí que sé de fútbol pero no soy de ningún equipo.

— Tranquila acabarás siendo del Real Madrid tú también.

La cena ha ido muy bien hemos estado contándonos un poco nuestras vidas y ahora estamos volviendo a mi casa o eso creía.

— Mi casa no está por aquí — le digo por si no se había dado cuenta.

— Ya es que no vamos a tu casa. Di por hecho que como buena cena siempre hay que tomar algo después, así te enseño mi casa.

— Tú das por hechas muchas cosas Marquito y sinceramente me da igual tu casa, seguro que es muy grande y muy pija.

— No te dará igual cuando vivas en ella — acaba de aparcar delante de una casa y doy por hecho que es la suya y nos bajamos.

— ¿Perdón?

— Perdonada, pero no sigas negando lo que va a ser inevitable.

— Y según tú. ¿Qué va a ser lo inevitable? — pregunto mientras abre la puerta de la casa y entramos.

— Pues que tú y yo vamos a acabar juntos — me responde y yo me quedo sorprendida, esperaba cualquier respuesta menos esa pero lo que no me esperaba es que cuando me quise dar cuenta Marco y yo nos estábamos besando. Mi mente pensaba para, apártalo pero por otra parte estaba empezando a aceptar que este hombre me encanta.

Al final no tomamos ninguna copa porque nos acurrucamos en el sofá y nos ponemos a ver la tele.

Él (Marco Asensio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora