Él (Marco Asensio)

Capítulo 39

Bajo las escaleras poco a poco y cuando llego abajo Marco me ve.

— Hola — le saludo.

— Niños id a jugar — los niños le hacen caso y se van al jardín a jugar. — ¿Teníamos una conversación pendiente no? — me pregunta enfadado y sinceramente no sé porqué está así.

— Bueno te escucho porque yo no tengo nada que decir.

— ¿Seguro?

— Sí ya te lo dije. No tengo nada de contarte.

— ¿Es verdad que te han ofrecido trabajo fuera y que piensas irte? — ¿Pero qué dice? ¿De dónde ha sacado eso?

— ¿Perdón? ¿Se puede saber quién te ha dicho eso? — ahora la que está enfadada soy yo.

— No importa quién me importa si es verdad.

— Pues no, no es verdad. Primero no tengo ninguna oferta de trabajo fuera del país y segundo aunque la tuviera no me iría.

— Cuando el río suena agua lleva... ¿No crees?

— Marco déjate de refranes, no puedo creer que estés insinuando que no me crees. ¿De verdad me ves capaz de dejar a los niños y a ti? ¿Qué necesidad crees que tengo de hacer semejante locura? — me ha dejado claro que no me cree. — Pero tranquilo no pienso estar con una persona que no se fía de mí — me voy directa a las escaleras para subir y hacer una pequeña maleta, me voy a Valencia. Cuando la tengo hecha bajo y veo a Marco sentado en el sofá con los codos apoyados en las rodillas mirando un punto fijo pensativo.

— Me voy, volveré en tres días que son los que tienes para decidir si me crees o si no me firmas los papeles del divorcio que te llegarán. Cuida de los niños — lo dejo ahí, me subo al coche y empiezo a conducir.

Es mentira nunca me ha llegado ninguna oferta pero... ¿Y si me quisiera ir qué pasaría? Él constantemente se va aquí y allá a jugar y nadie le dice nada.
Vale sí, estoy siendo muy egoísta al pensar eso pero cuando uno está cabreado piensa cosas así.

Por el camino me llama Carla, en estos momentos me encantaría no tener el móvil conectado al coche aún así lo cojo.

— ¡Ya han llegado! ¿Habéis hablado? — me pregunta y le cuento lo ocurrido. — ¿Y quién le habrá dicho eso?

— No lo sé Carla pero lo que más me jode es que no me crea. Hablamos cuando llegue, ¿vale?

— Vale. Adiós, ves con cuidado — dice y cuelga.

Ahora toca pensar que mentira le cuento a mis padres para no decirles la verdad.