Jennie corría lo mas rápido que sus pequeñas piernas se lo permitían. Sabia que si no lo hacia ha ella también la iba a golpear, no quería que la pegaran otra vez.
Jennie entró en el baño, cerro la puerta y de puntillas coloco el cerrojo. Se sentó en el suelo pegando su espalda a la puerta y apoyando la cabeza mas tarde.
Escucho unos gritos que la hicieron temblar y taparse lo oídos, ya no aguantaba mas... Cerro los ojos e imaginó que todo eso no estaba pasando, se imaginaba en otro lugar con otro padre distinto, con un padre que la quisiera.
-Eres una zorra...- Volvió a gritar el adulto. -Eres una zorra de mierda y no te soporto...- Mas gritos y un golpe nuevo.
Después silencio, escucho un portazo, su padre había salido seguramente a fumar. Jennie se levanto y abrió la puerta con prisas. Vio a su madre en el suelo intentando ponerse en pie. Al alzar la vista vio su labio con sangre, vio sus mejillas moradas, sus brazos, su barbilla goteando lagrimas...
-Mama.- Gritó Jannie y corrió a abrazarla.
La mujer agachándose para poder abrazar a su hija comenzó a llorar nuevamente al escuchar los sollozos de la pequeña. Solo es una niña, solo tiene 8 años ¿Por que ella también tiene que vivir todo este tormento?
La cogió en brazos y fue con ella hasta el baño poniéndola encima de un taburete para que ambas se pudieran mirar al espejo, quito a la niña las lagrimas de la cara y la sonrió.
-¿Quieres que nos maquillemos juntas Jennie?- Pregunto su madre y ella asintió con la cabeza, la mujer quería ocultar aquellos golpes y así de paso Jennie se olvidaba un poco de lo que había ocurrido. -Iremos a casa de la abuela, tenemos que estar guapas.
Tenían que escapar de todo ese infierno.
Jennie ya tenia 11 años, era una niña tímida, callada y reservada. Le temía a muchas cosas y sobre todo al cambio de escuela... Su madre y ella se mudaron hace poco a la casa de sus abuelos, Jennie y ella no podían vivir mas con aquel monstruo.
-Jennie tienes que entrar, sabes que solo te puedo acompañar hasta la puerta cielo.- Jennie apretó mas la mano de su madre y la miro con os ojos vidriosos. -Jennie no puedes llorar, ya hablamos de esto...
-Pero mama no quiero ir, yo quiero quedarme con los abuelos en casa.- La niña miro al suelo al sentir la mano de su madre lejos de la suya.
-Me tengo que ir al trabajo cielo, luego te vengo a recoger.- Sin mas, se marcho con prisas. Jennie miro la escuela. Estaba llena de niños y niñas de edades parecidas a las de ella y entonces entró, miro a su alrededor y comenzó a sentir su corazón latir con mucha fuerza y eso le ponía mas nerviosa aun.
Comenzó a andar y choco con un niño que después la fulmino con la vista.
-Mira por donde andas.- Dijo entre diente el y siguió andando, no sin antes susurrarle un sonoro. -Idiota.
Jennie confundida miró a su alrededor y observo que otros niños también la miraban, trago saliva e intento huir. Huía como hacia antes, cuando su padre la perseguía para golpearla o para no ver como mataba poco a poco a su madre, huir ya era normal en Jennie cuando tenia miedo de algo o alguien.
Se encerró en un cuarto algo oscuro y al encender las luces vio que era el de la limpieza y que no estaba sola, una niña y un niño también estaban ahí. Ella lloraba.
-¿Tu quien eres?- Preguntó el niño a Jennie.
-Me llamo Jennie.- Susurro la niña con vergüenza.
-Yo soy Jimin.- Dijo levantándose del suelo. -La niña que llora tanto se llama Sinb.
Jennie miró a la niña y luego a Jimin.
-¿Por que llora?
-No lo sé, Sinb no habla nunca.- Dijo Jimin mirando a la otra niña.
-¿Que hacéis aquí?
-No tenemos amigos.- Jimin volvió a sentarse en el suelo y miro Jennie desde abajo. -¿Tu tienes?
-Creo que no.- Dijo Jennie sentándose enfrente de ambos. -¿Podemos ser amigos?
-Creo que si.- Dijo Jimin sonriendo.
Sinb asintió con la cabeza, era el principio de todo...
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-Estas loco si piensas que voy a ir a ese sitio.- Le respondió molesta Jennie a Jimin y caminó con mas prisa para que el chico la dejara en paz.
-Venga Jennie, tienes que venir...- Volvió a insistir Jimin. -Tu también lo necesitas.
Jennie se detuvo y miro a su amigo a la cara.
-¿Quieres dejarme en paz? Tengo que hacer cosas.
-¿Quieres dejar de comportarte como idiota?
Jennie le miro mal y continuo andando. Jimin la siguió y la agarro del brazo de tal manera que se detuvo, la fuerza de Jimin era mayor quizá por bailar tanto.
-¿Que?
-Es en la biblioteca a las 16:39...- Jimin no pudo acabar de hablar y se dio por vencido. Jennie se marcho otra vez.
Jennie se sentó en un banco y miro a su alrededor, el césped verde le hacia acordarse de su padre, trabajaba de jardinero y siempre traía flores a casa... Después cuando las flores se marchitaban el también lo hacia. Jennie suspira al recordar todo eso, ha pasado tanto tiempo y aun así no puede olvidar todo lo que vivió, no puede olvidar nada....
-¿Que haces aquí sola?- Pregunta Jackson sentándose a su lado. -¿Quieres?- Le ofreció un cigarrillo y ella lo agarro. -¿En que piensas?
-En mi padre.- Le dijo Jennie y el asintió con la cabeza y dio una calada a su cigarrillo entregándole un mechero a Jennie para que pudiera encender el suyo. -Era un capullo. -Jennie esbozo una sonrisa y miro a Jackson. -Ya nos veremos.- Dijo Jennie levantándose y marchándose de ahí.
Jackson sonrió como un bobo y vio su maravillo cuerpo irse ¿Cómo podía ser tan bonita?
-Mi mechero...- Susurro Jackson con otra estúpida sonrisa.
El próximo es Jackson