Hacía meses que seguían reuniéndose y sin duda habían llegado a ser amigos.
Tiffany había logrado que ese grupo de marginados de alguna manera de dejara de serlo para empezar a ser simplemente un grupo.
-¿Entonces así es como os llamáis?- Preguntó con una sonrisa en la cara tras escuchar el nombre que ellos mismos habían puesto al grupo.
-Exacto, somos el club de los incomprendidos.- Sinb cogió gota patata de la bolsa. -Gracias por ayudarnos, te necesitabamos Tiff.
La mujer abrazó con fuerza a la adolescente.
-Perdon.- Dijo para luego separarse. -Me emociona que mis pacientes me agradezcan cosas que podrían haber hecho también sin mi.
-Sin ti nada de esto sería posible. Te lo aseguro.
Tiffany pellizco una mejilla a la menor.
-Vamos vete o me harás llorar, ¿Te esperan para una fiesta no?
-Si, Jackson y Jennie han dejado de ser novios...- Dijo disimuladamente.
-Y eso quiere decir que...- Sonrió Tiffany.
-Jackson y yo podríamos tener una relación.- La chica dejó la bolsa de patatas en la mesa. -Si y se lo que me vas a decir, Jennie es mi amiga pero ya encontrará otro novio, ¿No? Es guapa y lista y graciosa y todos los chicos quieren estar con ella.
-Y tu también eres todas esas cosas, ahora vete. Llegarás tarde.- Volvió a repetir.
Sinb hizo una pequeña reverencia y luego se marchó.
Tiffany tapó su cara con ambas manos y comenzó a llorar. Daría cualquier cosa por decirle a Sinb que es su madre, daría cualquier cosa por poder llamarla hija.
Rosé abrazó la cintura del contrario y comenzó a besarle apoyandose en el coche. Estaba muy enamorada. Llevaba meses enamorada de Jimin. Sabía que el también la quería, eran tan dulce y tan tierno. No necesitaba a nadie mas cerca, su madre solamente sabía hacerle daño y su padre había dejado de llamarla. Claro, también tenía a los incomprendidos. Ellos eran sus amigos y tenía claro que estarían a su lado durante mas tiempo del que pudiera pensar.
Un horrible sonido que venía del coche hizo que se separase de golpe de Jimin.
-¿Que haces?- Preguntó el chico enfadado mirando a la persona que ahora estaba en el asiento de copiloto.
-Uy, perdon.- Seulgi sonrió con algo de malicia y volvió a sentarse en uno de los asientos de atrás.
-Lo ha hecho adrede.- Jimin miró a Rosé. -No soporta vernos juntos.
-No digas eso, tu le caes muy bien.- Sonrió Rosé acariciando la mejilla a Jimin. -Aun que a veces no lo parezca tu tambien eres su amigo.
-Quizás en otra vida.- Respondió intentando tranquilizarse. -No le he hecho nada para que me trate así.
Rosé sabía en el fondo que a Seulgi le gustaba Jimin, le dolía mucho reconocerlo pero era la verdad. Seulgi estaba completamente enamorada de Jimin pero el no la había elegido a ella. La hija del alcalde se lo confesó poco antes de que Jimin y Rosé empezaran a salir, cuando supo que habían empezado una relación prometió por la amistad del grupo que no estaría metida en medio.
-Quizás tiene un mal día.
Jimin nunca supo nada de lo que sentía Seulgi, Rosé y ella habían prometido no contarselo a nadie nunca.
-Siempre tiene un mal día.
-Hola parejita.- Sonrió Sinb al llegar. -¿Interrumpí algo?
-Tranquila, ya se te habían adelantado.- Maldijo en voz baja Jimin pensando en la chica que estaba dentro del coche.
