Compañeros de investigación-Alyno

Capítulo 1

–¡Cuidado!

Ante este grito, Alya no pudo hacer más que agacharse esquivando el ataque de un nuevo akuma.

"Eso ha estado cerca"

Pensó para sí. Es cierto que estar en la calle cuando un akuma acecha es aterrador, pero más miedo le daba a ella no estar al tanto de lo que acontecía a los héroes.

Y allí estaba, con su móvil a punto filmando cualquier detalle de la batalla entre los héroes y una persona akumatizada, oculta penosamente tras un arbusto.

Los héroes eran conscientes de su presencia y debido a esto debían mantener su atención también en ella para evitar que sufriera algún daño. Ya la habían salvado innumerables veces, pero no eran capaces de echarla, mucho menos hacerle ver al peligro al que estaba expuesta.

 –¡Vete de aquí Alya! –le gritó Ladybug. La chica tras el traje estaba más que preocupada por su amiga y no soportaba verla tan cerca de cada batalla. A Chat tampoco le era indiferente, pues en el fondo era amiga suya también y se preocupaba por lo que podía pasarle.

Alya hizo caso omiso a las advertencias de la heroína y siguió tras aquellos arbustos. Tan ensimismada estaba que no vio el objeto que había lanzado el akumatizado hacía donde ella estaba. Para cuando se dio cuenta, ya era tarde para apartarse. Gritó aterrorizada por lo que se le venía encima y cerró los ojos esperando el inminente impacto. Sin embargo, lo único que sintió fue un tirón de su camiseta hacia atrás.

Sin saber como, ahora se encontraba tirada en el suelo, alejada de la batalla y del objeto que le habían lanzado. Notaba a alguien detrás de ella, que seguía sujetándole la camiseta, impidiéndole que se moviese. 

 –¿Tú estás loca? –reconoció esa voz en seguida. Se giró y, efectivamente, ahí estaba Nino.

–Que sea periodista no significa que esté loca, te lo he explicado un montón de veces–dijo cruzándose de brazos.

–Lamento informarte que aún no eres periodista oficialmente –ella gruñó, logrando asustar al moreno, quien se subió las gafas nervioso– es decir, aún estás en el instituto.

–Pero eso no me impide ejercer la labor de tal.

–Si tú lo dices...–replicó él ganándose una mirada fulminante por su parte– ¿No crees que lo que haces es muy peligroso?

–No es peligroso –el chico arqueó una ceja.

–Me parece a mí que no conoces el significado de esa palabra, porque se considera peligroso el hecho de que sigas batallas de cerca en las que casi siempre te caen cosas encima.

–¡Eso es mentira! –exclamó.

–¿Ah sí? –él frunció el ceño– ¿Qué me dices de cuando casi te cae una portería encima? ¿Y un coche? ¿O la semana pasada cuando viniste con la muñeca dislocada por caerte de la bici mientras seguías a los héroes? 

Se había quedado sin palabras. Debía reconocer que Nino la había dejado boquiabierta. No se había parado a pensar en todo ello pues consideraba que una periodista debía hacer algún que otro sacrificio. Aún así, ella no daría su brazo a torcer y seguiría investigando por muy peligroso que fuese.

 –No pienso dejar de hacer lo que más me gusta solo porque sea un poco peligroso, así que ya puedes irte –dijo incorporándose y sacudiéndose la ropa, para después encender la cámara de su móvil y volver a su arbusto para seguir grabando. No tardó ni medio minuto en notar como Nino se sentaba a su lado y miraba la pelea con ella.

–Ya que no puedo evitar que sigas haciendo esto, espero no te importe que te acompañe para evitar que te caigan más cosas en la cabeza –volteó para encontrarlo mirando fijamente a la pelea, atento a cualquier ataque que pudiera dirigirse hacia ellos. Ella volvió a concentrarse en su móvil.

–Mientras no me molestes por mi vale –dijo asintiendo con la cabeza.

No estaría mal tener a alguien que le cuidase las espaldas, además, Nino era su amigo y sabía que podía confiar en él.

¿Qué podía pasar?