Capítulo 11

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Un nuevo akuma atacaba a la ciudad. Ladybug y Chat Noir no habían tardado en aparecer para poner orden, al igual que Alya y Nino, que estaban escondidos tras un coche grabando preparados para llevar a cabo el plan que habían preparado con sus amigos.

El akumatizado se trataba del príncipe Alí, amigo de Rose, el cual se había visto abrumado por tantas obligaciones y ahora era víctima de Hawk Moth.

Ambos morenos se encontraban relativamente lejos de la pelea, a una distancia prudencial para evitar más accidentes.

Sus amigos no tardaron en derrotar al villano, para luego dejar que su akuma volase libre. Los héroes se fueron siguiendo a la mariposa, dejando a sus amigos vía libre para que hiciesen su parte del plan. Se acercaron al príncipe Alí, el cual estaba un tanto desorientado.

–¿Estás bien? –preguntó Alya ayudándolo a incorporarse.

–Sí, más o menos, ¿qué ha pasado? –Alí parpardeó repetidamente tratando de entender donde estaba.

–Fuiste akumatizado, pero ya ha pasado todo –le explicó el moreno tranquilizándolo.

–¿Le hice daño a alguien? –Alí pareció alarmarse por algo– ¡Rose! ¡Yo había quedado con Rose! ¿Sabéis si está bien? Tiene que estar preocupada por mí.

Acto seguido, Alí salió corriendo en busca de Rose, dejando a ambos chicos solos.

–Debemos seguirlo –Nino asintió decidido a las palabras de Alya y ambos salieron en persecución del príncipe.

Lo siguieron escondiéndose tras arbustos, coches, postes, semáforos... Tan solo para observar como pasaba una agradable tarde con Rose.

–Creo que el chico estará bien –dijo Nino convencido– no creo que vuelvan a akumatizarlo hoy.

–Está bien, pero mañana debemos tenerle vigilado en clase –opinó la morena estirándose y bostezando profundamente– ya tenía ganas de irme a casa de todas formas, me muero de sueño.

–Pero si solo son las siete de la tarde, ¿cómo puedes estar tan cansada? –Nino abrió los ojos soprendido por la somnoliencia de la chica, hasta que de repente se le encendió una bombilla en la cabeza, metaforicamente hablando– ¿Hasta que hora estuvistes anoche en el Ladyblog?

Alya sonrió culpable, como una niña a la que han pillado en una travesura.

–Había muchos comentarios en la página y mientras los leía, respondía, actualizaba y multitud de cosas más acabé acostándome sobre las cinco de la mañana –la chica se llevó una mano a la nuca, un tanto avergonzada porque su amigo la hubiese pillado. Nino la miró con reproche, preparado para soltarle un "sermón" a modo de broma, hasta que una figura le llamó la atención.

Un akuma se acercaba hacia ellos, pero ninguno de los dos podía haberlo atraído, a no ser que...

–Alya, tenemos que salir de aquí –dijo el chico comprendiendo todo de golpe, agitado. Cogió a la morena de la mano y empezó a correr arrastrándolo con ella.

–¿Qué ocurre Nino? –preguntó la chica bastante extrañada, aunque disfrutando del hecho de que sus manos estuviesen unidas.

–Uno de los akumas multiplicados nos persigue –explicó torciendo una esquina tratando de evitarlo– si llega a alcanzarnos quedaremos petrificados bastante tiempo y no podremos ayudar a Adrien ni a Marinette.

Alya miró detrás de ella, pero no vio un único akuma persiguiéndolos. Una veintena de ellos los perseguían y estaban pisándoles los talones, convirtiendo a algunas personas que encontraban por el camino.

–Tenemos que escondernos –sugirió Alya, sintiendo como sus piernas empezaban a dolerle de tanto correr. Nino tan solo asintió y empezó a buscar desesperado un lugar donde poder ocultarse.

Vio cerca de ellos una cabina telefónica antigua, que ya casi no se usaba pero se había quedado como decoración. Se dirigió hacia allí y empujó a la chica para que entrase primero. Asegurándose de que los akumas no iban hacia su escondite, se metió en la estrecha cabina.

–Bueno, no es el mejor sitio para ocultarse, pero al menos estamos seguros –Nino se rascó la nuca nervioso, pues la estrechez de la cabina provocaba que ambos quedasen prácticamente pegados entre ellos.

–Me has salvado, otra vez –dijo Alya tratando de aligerar el ambiente– creo que deberías o cobrarme o comprarte unas mallas e ir por ahí salvando a más gente –ambos estallaron en carcajadas con la ocurrencia de la chica.

–Me parece que prefiero cobrarte a ponerme unas mallas y hacerme el héroe –respondió él guiñándole un ojo a la chica.

–¿Cuánto valdría este rescate, monsieur? –preguntó Alya con diversión en su voz.

–¿Quién ha dicho que quiero dinero a cambio? –Nino aplicó un tono juguetón a sus palabras, inclinando ligeramente su cabeza hacia la chica.

–Sino quieres dinero, ¿qué quieres? –Alya le devolvió el tono juguetón al chico, provocando que este tuviese que tragar con fuerza para evitar perder la compostura. Tenía que reprimir sus impulsos si no quería cargarse la relación que tenían.

–¿Tú qué crees?

Alya fingió quedarse pensativa un rato, mientras por dentro trataba de controlar los nervios que le provocaba tenerlo tan cerca. Jamás en su vida había estado en una situación parecida, pero se le hacía enormemente contradictoria. Por un lado, tenía ganas de avalanzarse al chico y besarlo hasta quedarse sin aire; pero por el otro, le avergonzaba tenerlo tan cerca y pensar que tal vez él se sentía incómodo aunque no lo aparentase.

–No sé que podría ofrecerte, a parte de hacerte una entrevista para mi blog –Alya elevó su cabeza ligeramente, dejando sus rostros uno frente al otro.

–No es una entrevista lo que me interesa –la voz de Nino salió extrañamente ronca, y Alya pudo sentir como cada terminación nerviosa de su cuerpo se activaba ante ese sonido. No pudo evitar mirar fijamente los labios de su compañero, los cuales tenía muy cerca.

Demasiado cerca.

Elevó la vista de nuevo y le sorprendió la intensidad de la mirada de él, como si estuviese dispuesto a confesar algo.

–Lo que realmente me interesa es...

Sin embargo, Nino no pudo acabar la frase. La puerta de la cabina se abrió de golpe, mostrando a su amigo en su traje de héroe.

–¿Qué haceis ahí dentro? –preguntó Chat Noir elevando una ceja– vamos, ya no hay peligro.

Nino fulminó a su amigo con la mirada, y pensó en cantidad de formas de matarlo en aquel instante. Había echado a perder todo el valor que había formado para declararse a Alya y ahora ya no tenía tiempo.

–Nos vemos mañana Nino –escuchó mascullar a Alya antes de  huir hacia su casa.

Genial, seguro que la asusté.

–¿Y esa cara? –el moreno volvió a fulminar a su amigo, el cual retrocedió asustado.

–Resulta que mi mejor amigo me ha interrumpido cuando estaba a punto de besar a la chica que me gusta –Nino avanzó un paso hacia Adrien, y este retrocedió otro.

–Nino yo n-no sabía que... –la voz de Adrien temblaba, hasta que atemorizado empezó a correr lejos de su amigo.

–¡¡¡Despídete de tus siete vidas!!! –exclamó antes de perseguirlo.

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N.A

Lo prometido es deuda. En mi país habría actualizado dos veces en un día. Si alguien se pregunta por qué, esto se debe a que por mi cumpleaños (osea, hoy) decidí subir doble capítulo, ya que quería hacer algo especial.

Espero que os haya gustado.

Hasta el próximo capítulo😘

Compañeros de investigación-AlynoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora