Capítulo 3

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El akuma de esta vez no parecía muy poderoso, sin embargo, desde la posición de los morenos pudieron ver como en verdad esa debilidad era una falsa fachada y resultaba ser un akuma bastante fuerte. Tuvieron que perseguir a los héroes prácticamente por toda la ciudad. Alya, que ya estaba acostumbrada a correr tras los héroes, no tuvo ninguna dificultad. En cambio, Nino tenía que respirar forzosamente cada vez que paraban debido al esfuerzo físico.

–No entiendo de donde sacas tanta energía –jadeó él en una de sus paradas– yo ya no puedo más.

–Fuiste tú quien deció acompañarme, así que atente a las consecuencias –zanjó ella concentrada en la batalla.

Las imágenes que estaba obteniendo no tenían nada que envidiar a las de la última pelea en la que ella casi sale herida. Sencillamente, las imágenes de hoy eran alucinantes. El poder del akuma consistía en hechizar a las personas y hacerles sufrir fuertes alucinaciones. Los rayos que lanzaba, afortunadamente, solo se dirigían hacia Ladybug y Chat Noir y no había civiles cerca, salvo ellos por supuesto.

Nino y ella estaban escondidos tras un coche aparcado. El chico mantenía la vista fija al frente preparado para cualquier cosa que pudiera ponerla a ella en peligro. No hablaban mucho, ya que Alya había indicado que entonces sus conversaciones se escucharían en el vídeo y estropearía todo.

Los héroes estaban empezando a llevar la ventaja de la pelea, o eso creían ellos, porque en un momento en el que Chat había conseguido inmovilizar al akumatizado con su bastón, este lanzó un rayo en dirección a Ladybug que se encontraba de espaldas invocando su Lucky Charm. El héroe de negro no pudo defender a su compañera y esta no tardó en tirarse al suelo atemorizada por las alucinaciones.

Alya gimió consternada por lo que estaba presenciando. Su admirada heroína se encontraba en un apuro y no podía hacer nada para ayudarla.

O tal vez sí.

De repente, una idea acudió a su mente. Le dió a Nino su móvil, quien solo pudo mirarla con duda antes de deslizarse entre los coches. Había visto caer el objeto invocado por el Lucky Charm detrás de un coche cercano a ellos y estaba dispuesta a cogerlo para ver si podía usarlo.

Paso a paso, llegó hasta el objeto, el cual resultó ser un escudo. Extrañada lo examinó, tratando de averiguar que hacer con él. Miró a la pareja de héroes, tan solo para comprobar que Ladybug se sacudía nerviosa por lo que estaba viendo, con los ojos completamente negros al tener las pupilas dilatadas de terror. Chat a su lado trataba de hacerla volver en sí, abrazándola y diciéndole que todo estaba bien, que no era real lo que veía. Luego fijó su vista en el villano. Este poseía una pistola con la que atacaba a las personas.

Alya trató de pensar en un plan, tal y como su heroína favorita haría. Observó el escudo una vez más e ideó una estrategia. Necesitaba que cierto gato la ayudase.

–¡Eh, Chat Noir! ¡Aquí! –llamó la atención del héroe, que corrió a su encuentro con su compañera de batalla en brazos– tengo un plan con el que podrás derrotar al akuma y salvar a Ladybug, escucha.

Le explicó en breves palabras su plan al chico, el cual accedió a ayudarla en seguida (todo fuese por salvar a su bichito) y en pocos minutos estuvieron listos.

Dejaron a Ladybug apoyada en el coche, farfullando frases incoherentes.

–¡Eh! ¡Villano de pacotilla! –el akumatizado centró su atención en la osada chica de gafas– ¿a que no puedes conmigo? –preguntó con su mejor tono desafiante.

Mientras, Nino observaba la escena pensando que la chica estaba completamente loca, pero preocupado a la vez por su bienestar. La observó avanzar hacia el villano que había aceptado su reto y la atacaba, pero ella se protegía con el escudo. A la vez, Chat se acercaba a la persona poseída por detrás, para robar la pistola (o eso supuso).

Ágilmente, el héroe consiguió el arma y el akumatizado rugió con rabia. Alya sonreía contenta por haber ayudado a sus héroes.

Desafortunadamente, aún no había acabado. Una alocada Ladybug saltó de detrás del coche, dispuesta a atacar a Alya con su yoyó mágico, pero esta estaba de espaldas y no la vio. Chat acababa de activar su Cataclysm para destruir el objeto, por lo que no llegaría a tiempo a salvar a Alya.

Sin pensarlo, Nino corrió en dirección a su amiga, la cual acababa de darse la vuelta al oír el enloquecido grito de la heroína. Esta, cerró los ojos preparándose para lo peor, hasta que sintió un fuerte empujón al costado que la derribó. Había aterrizado sobre algo blando, pero antes de comprobar que había pasado, se fijó en como Ladybug volvía a la normalidad tras Chat destruir el objeto.

No observó como la chica purificaba el akuma, pues escuchó un quejido debajo de ella.

Abrió los ojos con sorpresa al observar a Nino debajo suya.

–¿Estás bien? –le preguntó él mirándola fijamente con sus ojos miel.

Sus ojos de cerca son impresionantes.

Se golpeó a sí misma mentalmente por pensar eso.

–S-sí, tranquilo –¿por qué tartamudeaba? Eso tenía que ser cosa de Marinette, sus tartamudeos eran contagiosos– gracias por salvarme, otra vez.

–Creo que empezaré a cobrarte por cada rescate, así conseguiré dinero para una mesa de DJ nueva –ella rodó los ojos y él tan solo dejó escapar una carcajada.

–Muy gracioso –respondió levantándose y ayudándolo a incorporarse.

–Hablo en serio, sería casi tan rico como Adrien –se mofó él, a lo que ella respondió con un codazo no muy amistoso en su costado, lo que provocó una fuerte exhalación del chico.

Definitivamente, dejar que Nino la acompañase había sido una gran idea.

Pensó mientras lo veía sobarse la zona golpeada fulminándola con la mirada y ella tan solo sonreía inocentemente.

Compañeros de investigación-AlynoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora