Alya sentía que no podía respirar. El akuma se carcajeaba con maldad viendo los estragos que había causado. Afortunadamente, los héroes de París se habían recuperado ya y habían vuelto a atacar al villano. Al alejarse el villano de ella, Alya al fin pudo moverse.
Rápidamente se acercó hacia donde yacía Nino. Lo puso bocarriba para poder comprobar si respiraba. Puso un dedo bajo las fosas nasales del chico, comprobando si salía aire.
No respiraba.
Alya se asustó más todavía, notando la angustia de solo pensar que podía haber perdido a un amigo, uno de sus mejores amigos. Acercó su cabeza al pecho del moreno, para comprobar si latía todavía su corazón. Pudo percibir un latido muy leve y lento, el suficiente para que él siguiese con vida.
Aún sabiendo que seguía vivo, no se alivió. Necesitaba verlo respirar, ansiaba verlo abrir los ojos, quería volverlo a escuchar reprenderla por ser una temeraria.
Alya se sentía impotente ante la incapacidad de hacer algo. Tan solo podía esperar a que sus amigos acabasen con el akuma. Notaba un fuerte nudo en la garganta y un picor en los ojos anunciando que estaba a punto de llorar.
-¡Ni se te ocurra morirte! ¿Me oyes? -proclamó Alya desesperada- ¡Cómo lo hagas atormentaré a tu espíritu por cabezota e imprudente! ¿¡Cómo se te ocurre hacer algo así!?
Nunca se había sentido tan frustrada, parecía que gritando era la única forma de calmarse. Escuchó a su amiga gritar su frase que indicaba que la batalla había acabado y pronto un montón de mariquitas envolvieron todo lo destruído por el akuma, incluido a Nino.
Esperanzada, Alya esperó a que el chico se incorporase y le lanzase algún comentario mordaz, pero tan solo siguió tirado en el suelo, aún inconsciente. Volvió a poner un dedo bajo sus fosas nasales, y le alivió comprobar que por fin respiraba. Su pulso también había vuelto a la normalidad, pero no entendía por qué no se despertaba.
-¡Alya! -Ladybug venía corriendo hacia ella, con Chat Noir tras ella- ¿Cómo está Nino?
-Ahora está bien, pero no despierta -explicó ella compungida.
-Podríamos llevarlo a tu casa, está aquí cerca y allí nosotros podremos destranformarnos tranquilos, ¿verdad?
-Sí, hoy tengo la casa para mi sola hasta la noche, así que os podéis quedar un rato -confirmó la morena.
Marinette y Adrien, usando la fuerza extra que poseían transformados, cargaron con Nino hasta su casa. Alya se encargó de abrirles la puerta y de llamar al ascensor para subir hasta su piso. En cuanto entraron a la casa de ella, sus amigos se destransformaron y dejaron a Nino tumbado en el sofá del salón.
-Por curiosidad, ¿tienes un poco de queso? -le preguntó Adrien a Alya, señalando a su kwami. Alya aún no entendía muy bien que eran esos pequeños seres, pero le indicó a Adrien donde estaba la cocina y le dijo que se sirviese él mismo.
-Yo iré con Adrien, Tikki también necesita comer -dijo Marinette antes de entrar en la cocina y dejarla sola con Nino.
Alya se acercó hasta el sofá donde este descansaba y se sentó a su lado.
-No me puedo creer que al final tuvieras razón -la morena empezó a hablar casi sin darse cuenta, aún sabiendo que él no podía oírla- grabar las batallas es peligroso, pero ojalá no hubieras salido herido para que yo tuviera que entenderlo -suspiró- ahora mismo seguro que estarías diciendo algo como "me debes 50€ por este rescate" o cualquier cosa parecida.
Durante su discurso, la chica había cogido la mano de Nino, sin darse cuenta, y ahora jugaba con los dedos de esta. Se sentía fatal, debido a que él había salido herido por su culpa, si ella no fuera tan temeraria, ahora mismo estarían riéndose y retándose el uno al otro.
Alya se iba a levantar, pero antes de que pudiera hacerlo, la mano que tenía sujeta antes la sujetó ahora a ella de la muñeca.
-Me alegra que al fin reconozcas que tengo razón -Nino abrió los ojos con una sonrisa burlona en el rostro, dándole a entender que lo había escuchado todo- y por cierto, pensaba exigirte algo más de 50€, porque esta vez casi no lo cuento.
Alya se recuperó del shock inicial y le propinó un puñetazo al chico en el brazo, que siguió riéndose.
-¿¡Cómo puedes bromear con eso!? -se soltó del agarre de Nino y se giró para encararlo mejor, este tan solo se incorporó para quedar a su altura- ¡Me tenías muy preocupada idiota! ¡No respirabas! Y por un momento pensé que estabas... -era incapaz de acabar la frase, pues siquiera pensarlo le provocaba un fuerte dolor inexplicable.
-Tranquila, ya estoy bien, ese akuma lo único que hizo fue paralizarme completamente, incluidos parte de mis órganos, ese era su poder, pero no mataba -trató de calmarle el moreno, sintiendo una extraña sensación de felicidad al ver a la chica preocupada por él.
En un arrebato, Alya se lanzó sobre él, dándole un efusivo abrazo, que descolocó al muchacho.
-No vuelvas a hacer algo así -murmuró la morena cerca de su oído.
-Sabes que seguiré haciéndolo para protegerte -murmuró él, devolviéndole el abrazo.
-Cabezota... -masculló ella, pero el chico supo que en verdad estaba sonriendo.
-Temeraria -masculló él de vuelta soltando una ligera carcajada.
Se separon para mirarse fijamente a los ojos. Alya revisaba el rostro de él, buscando alguna herida que necesitase cura. Encontró una raja que le cruzaba la mejilla izquierda, inconscientemente acercó sus dedos a esa zona para acariciarla suavemente. El chico sintió como su corazón daba un vuelco y su respiración se cortaba. Alya estaba más cerca de lo normal, y notar las caricias de ella en su mejilla lo dejaban patidifuso.
¿Qué narices me pasa?
Pensó, antes de formar una mueca al notar un ligero dolor en la mejilla donde Alya lo acariciaba.
-Necesitas que te trate esa herida, en seguida vuelvo -escuchar la voz de Alya de golpe fue como despertar de un agradable sueño. El ambiente que habían creado se había roto totalmente, dejándole una sensación de vacío, más aún cuando vio a la chica salir de la habitación.
Se acomodó aún adolorido, pues si bien el akuma no le había hecho daño, caer contra el suelo sí. Aunque era un dolor más bien leve que se le pasaría en un par de horas.
-Ya estoy aquí -canturreó la morena con un botiquín en sus manos. Volvió a sentarse donde estaba y aplicó un poco de agua oxigenada en un algodón- esto te va a escocer.
-Podré soportarlo.
Pero se equivocaba. En cuanto Alya colocó el algodón en su mejilla lanzó una exclamación de dolor y apartó la cara.
-Si se te infecta es peor, así que déjame que te cure -exigió la chica cogiéndole de la barbilla para evitar que se escapase- es lo menos que puedo hacer.
-¡Pero duele!
-Habértelo pensado mejor antes de lanzarte de esa manera -zanjó ella fingiendo enfado.
-Perdóname por preocuparme por ti, señorita -repuso él con retintín, para luego ambos echarse a reír.
Al otro lado de la habitación, Adrien y Marinette observaban divertidos la escena. Esta última se dedicaba a grabarlo todo con su móvil.
-¿Cuánto crees que tardarán en darse cuenta? -preguntó Adrien cerca del oído de Marinette.
-No mucho, o eso espero -respondió ella sonriendo con malicia.
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Compañeros de investigación-Alyno
FanfictionAlya es una intrépida aspirante a periodista dispuesta a lo que sea con tal de obtener una exclusiva. Nino no está dispuesto a permitir que Alya se arriesgue sola. ¿Qué puede ocurrir si deciden trabajar en equipo? Créditos del dibujo de la portada a...