Compañeros de investigación-Alyno

Capítulo 2

Una vez purificado el akuma, los dos chicos decidieron irse a sus respectivas casas. De camino, Alya revisaba sus nuevas imágenes para el Ladyblog, mientras Nino controlaba que la chica no se chocase con nada.

–La verdad es que me has ayudado más de lo que esperaba –Nino sonrió orgulloso por el halago de ella.

–Ya te había dicho que no te molestaría, además conmigo cerca no te han vuelto a lanzar nada más.

–Lamento decirte que eso no ha sido gracias a ti –dijo ella escéptica– cuando hemos vuelto a ver la batalla el villano ya estaba prácticamente derrotado –ella no apartó la vista del teléfono en ningún momento, pero supo que él había puesto una mueca.

–Al menos podrías darme las gracias –contestó él cruzándose de brazos.

–¿Por qué? –ella sabía a que se refería, pero no podía evitar pincharlo un poco haciéndose la loca.

–Tal vez por salvarte la vida, no sé, solo como sugerencia –respondió él aún con los brazos cruzados.

–Me lo pensaré.

Nino resopló indignado y ella no pudo evitar reírse por la expresión de este. Fastidiarlo era muy divertido, hacía muecas muy graciosas.

–La batalla de hoy ha sido bastante buena y las imágenes que tengo son geniales –dijo ella cambiando de tema– por cierto, ¿cómo es que estabas por allí en ese momento?

–¡Ah! Eso –el moreno se llevó una mano a la nuca– iba de camino al cine, había quedado con Adrien pero al atacar el akuma me mandó un mensaje diciendo que al final no podía venir –suspiró– supongo que será cosa del maníatico de su padre, seguro que le tendría programada alguna sesión o algo así.

–Vaya, es una pena –ella guardó su móvil para mirar al chico al hablar– a mí me pasa lo mismo con Marinette. Cada vez que aparece un akuma ella se esfuma y cancela todo lo que tenemos planeado, creo que le tiene pánico a los ataques y por eso nunca me acompaña.

–Puede ser –Nino se encogió de hombros– creo que a Adrien le pasa algo similar, porque cada vez que atacan la ciudad desaparece, igual que Marinette.

–Si no conociese a mi amiga diría que oculta algo.

–Por mi parte, creo que Adrien se esconde para evitar que a su padre le de un ataque de nervios, así que entiendo su comportamiento.

Después de otro rato de charla, llegaron al portal de Alya. Nino se despidió de ella con un gesto de su gorra. Antes de que el chico se fuera, se acordó de algo.

–¡Nino espera! –el chico se dio la vuelta– gracias, ya sabes, por lo de antes.

Él tan solo sonrió antes de darse la vuelta e irse. Sin saberlo, ella también sonreía.

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–En serio Marinette, fue una batalla alucinante –Alya sacudía el brazo de su amiga emocionada– debías haber estado allí, ¡Ladybug se acordaba de mi nombre!

–¡Vaya Alya! ¡Cuanto me alegro por ti! –exclamó su amiga con una sonrisa, para luego sonrojarse al ver entrar a su amor platónico por la puerta de clase.

Aún no había llegado la profesora esa mañana y, sorprendentemente, Marinette había llegado temprano. Por esa razón había tenido tiempo de contarle todo lo ocurrido la tarde anterior. Detrás de Adrien entró Nino con su habitual gorra.

No tardo mucho rato más la profesora en llegar, sin darle mucho tiempo a Alya de seguir hablando con Marinette, cosa que tampoco sería posible pues esta estaba ocupada mirando embelesada a Adrien.

En mitad de la clase de química se escuchó un fuerte estruendo en la calle al lado del colegio. Un nuevo akuma entraba en acción.

Como era habitual, los evacuaron a toda prisa de la escuela. Alya recogió sus cosas a toda prisa y corrió hacia la calle para grabar la batalla. Perdió de vista a Marinette, pero no se preocupó pues ya era habitual, lo que le sorprendió fue ver a Nino corriendo a su lado.

–¿Qué haces aquí? –preguntó sorprendida.

–¿No es obvio? Evitar que te caigan más cosas en la cabeza.

Ella no pudo evitar que una enorme sonrisa adornase su cara, al igual que no pudo evitar pensar lo mucho que le gustaba que la acompañasen a sus investigaciones.

Le gustaba tener un compañero de investigación.