Epílogo

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–Habeis hecho un gran trabajo muchachos –el maestro Fu sonrió orgulloso admirando a los cinco chicos frente a él. Ellos sonrieron orgullosos y halagados por sus palabras.

–Maestro Fu –dijo Adrien un tanto nervioso– ¿Qué va a pasar con mi padre?

–No debes preocuparte chico, me he encargado de que olvide todo lo relacionado con los Miraculous y ahora mismo está en tu casa trabajando como siempre –explicó Fu, provocando que Adrien suspirase aliviado.

–Entonces, ¿ya no habrá más akumas? –preguntó Alya, con un ligero matiz de decepción en su voz.

–Por ahora no –la expresión decaída de Alya no pasó desapercibida para ninguno. Nino intuyó que la chica debía estar pensando en que ya no sería más una heroína y que ya no tendría héroes a los que grabar ni más material para su Ladyblog– pero eso no significa que París deje de necesitar superhéroes.

Alya volvió a levantar la cabeza emocionada por esto, y se giró para mirar a Nino con ojos brillantes deseosos de nuevas aventuras. El chico le sonrió, contento de verla tan feliz por poder seguir haciendo lo que más le gustaba.

–¿Y ahora contra quien vamos a combatir? –Chloe alzó una ceja escéptica.

–El mal nunca descansa, pronto ya vereis como teneis algún ciudadano que salvar o algún conflicto que resolver –respondió Fu a la pregunta de la rubia. Chloe asintió complácida y se llevó una mano a donde descansaba su peineta, orgullosa de tener un Miraculous.

–Bueno chicos –Nino se colocó frente a ellos con los brazos cruzados, simulando estar serio. Sus amigos lo miraron interrogantes, sin entender bien su comportamiento, pero él los ignoró– ¿A qué esperamos para celebrarlo?

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–¡La idea de celebrar la victoria en el karaoke ha sido buenísima! –lo alabó Alya de vuelta a sus casas.

–Gracias, ha sido bastante divertido –opinó él con una pequeña sonrisa– ¿Has oído lo mal que cantaba Adrien? Era como si estuvieran atropellando a un gato al lado de tu oído –Alya estalló en carcajadas con su comentario, y él hizo lo mismo.

–Eres muy malo Nino –bromeó ella sacándole la lengua– y tú tampoco es que cantes como los ángeles –repuso la chica con una sonrisa inocente, a lo que él frunció el ceño fingiendo molestia.

–Luego el malo soy yo –repuso sarcástico, a lo que la chica, juguetona, le propinó un pequeño codazo en el costado.

–Parece mentira que todo haya pasado ya –Nino se giró a mirar a Alya, la cual miraba hacia arriba como si estuviese recordando todo lo que habían vivido esos días– y pensar que todo inició por un cabezota y molesto moreno que no paraba de regañarme por ir a investigar...

–¿Quién será ese chico del que hablas? –Nino se llevó una mano a la barbilla fingiendo una expresión pensativa.

–Seguro que lo conoces, lleva gafas, gorra, es un temerario... –enumeró ella a la vez que iba contando con los dedos.

–¡Oh vamos! –repuso Nino chasqueando la lengua– en el fondo te encantaba que te regañase.

–¡Eso es mentira! –contestó la chica cruzándose de brazos.

–¿Segura? –el moreno alzó una ceja, a lo que Alya respondió mirando a otro lado, haciéndose la loca– Que yo recuerde, cuando estaba inconsciente luego de salvarte de aquel akuma tú decías algo como "si estuvieras aquí ya me estarías regañando o exigiéndome dinero".

–Yo no recuerdo nada de eso –Alya seguía mirando para otro lado, pero Nino pudo observar una pícara sorpresa en sus labios.

–En el fondo te encanta que te acompañe a investigar –Nino se apoyó en la pared al lado del portal de Alya, al que acababan de llegar. Ella se colocó frente a él, con las puntas de sus pies rozándose– reconócelo.

–Está bien, lo admito –dijo la chica alzando las manos en señal de rendición– me encanta que haya alguien que se preocupe por mí y me vigile la espalda cuando voy a investigar.

El chico se quedó enmudecido ante las palabras de Alya. Tan solo pudo dejar su mandíbula caer en una clara expresión de vergüenza y sorpresa. La morena lo cogió de la barbilla y le cerró la boca suavemente, manteniendo su mano en la mejilla de él.

–Tú y yo tenemos una charla pendiente –expresó ella de pronto, dándole un ligero toque en la nariz con su mano libre.

–¿S-sobre qué? –al moreno le salió la voz entrecortada debido a lo íntimo que sentía todo.

Me va a dar un infarto como siga así.

Sobre lo que hablamos en casa de Adrien, antes de todo el lío de Hawk Moth –Alya se acercó un poco más, quedando sus rostros a escasos centímetros– hay algo que quiero preguntarte respecto a eso.

–¿El qué? –preguntó Nino totalmente abrumado con la intensa mirada de ella y su repentina cercanía. La chica rodó los ojos y bajó su mano hasta los auriculares que él llevaba en el cuello.

–¿Tú qué crees? –la chica pegó un pequeño tirón de los auriculares del moreno, provocando que él se inclinase hacia ella– Nino Lahiffe, ¿quieres salir conmigo y ser mi compañero de investigación indefinidamente?

El chico soltó una ligera carcajada nerviosa. Alya era tan decidida que lo adulaba completamente. Abrazó a la morena por la cintura y la acercó completamente a él, dejando sus labios a milímetros de rozarse.

–Sin ninguna duda –respondió antes de unir sus labios en un beso.

Nino pudo notar como Alya sonreía al besarle y en seguida una agradable sensación le invadió el pecho.

–¿Dónde quedó el "no estamos saliendo"? –los chicos se separaron asustado para ver a su lado a la familia al completo de la morena. Los padres de ella los miraban divertidos y con ojos brillantes. Las hermanas de Alya, en cambio, hacían gestos simulando vomitar.

–Esto...Nosotros... –Nino trató de justificarse con los padres de Alya pero esta se le adelantó.

–Ahora subiré a casa y me podreis interrogar, pero antes, ¿me permitis despedirme de mi ahora novio?

Un fuerte sonrojo se apoderó del rostro del chico al observar como los adultos se reían y se llevaban a las niñas con ellos hacia el edificio. En cuanto desaparecieron por la puerta pudo respirar tranquilo.

–Será mejor que no tardemos, no vaya a ser que a mis padres les de por bajar con una cámara y empiecen a echarnos fotos para el album familiar –el moreno miró a Alya alarmado, pero ella se dedicó a volver a besarlo para evitar que hablase, algo con lo que estuvo más que de acuerdo.

Si alguien le hubiera dicho hace unas semanas que iba a enamorarse de una chica imprudente y temeraria le hubiera dicho que estaba loco. Pero ahora mismo no podía más que pensar en lo afortunado que era de haber conocido a una chica como Alya.

Alya, por su parte, pensaba en lo afortunada que era de haber conocido a un chico tan cabezota y tierno como Nino, sin él ya hubiera acabado en el hospital un montón de veces.

Ahora eran el compañero de investigación del otro.

¿Había algo mejor que eso?

Compañeros de investigación-AlynoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora